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Y vaya que quisisera saber de ti.Pero me pusiste condiciones.Primero fue que estabas ocupada y que ya no nos podíamos ver.Luego, que ya no escribiera después de las once.Luego, que ya no te escribiera porque estas ocupada.Y ahora vienes y me hablas.Y sólo para que te busque y ver como con otros, si sales a deshoras, si tienes el tiempo libre... y conmigo sólo pretextos.Ni siquiera me das tu honestidad o tu franqueza.Solo te limitas a decirme "estoy ocupada".No te imaginas cuando duele eso.Así que vienes, ¿para que? ¿Cómo debo interpretarlo? ¿Eres bondadosa porque me regalas de tu tiempo? ¿Y debo agradecértelo atendiendo rápidamente a tu llamado? Tu me pusiste todas estas estúpidas condiciones para hablar contigo...No soy un adivino. Y no voy a dejar de cumplirlas.Porque eres mujer, y sé que cuando veas que pierdes, buscarás mis errores.Pero solo encontrarás los tuyos.Veras todas las condiciones que me pusiste.Todos los muros.Todo el hielo que puse.Tu no quieres ser mi amiga, ni nada.Solo quieres un esclavo que te atienda sentimentalmente cuando te sientas sola.Yo no gano con eso.No acepto el trato. Sentado en su trabajo, el Polaco Perro Peludo acomodaba sus cosas para salir sin problemas pues ya era la hora de regresar a su casita chiquita bonita. Al mismo tiempo, la Secre Razcuacha Mapacha conversaba con el Jefe Jesús Jirafa. -¿Cómo es posible?- Dijo el Jefe Jesús Jirafa, -que ese Peludo Perro Polaco…- -¡No!- Interrumpió la Secre Razcuacha Mapacha, -se dice: ese Polaco Perro Peludo- -Ah sí, claro- Continuó diciendo el Jefe Jesús Jirafa, -¿cómo es posible que ese Polaco Perro Peludo no se canse de ese trabajo que es muy duro? -¡Santa Catarina Bailarina!, tiene usted razón- Respondió la Secre Razcuacha Mapacha, -¡Ese trabajo no lo pudo hacer ni el Elefante del Guante Parlante, ni Ruth la Mamut de Beirut… ni siquiera el Tocayo Gallo de Mayo! -Debe ser uno de esos feligreses extraterrestres silvestres- Sentenció pensativo el Jefe Jesús Jirafa… … La chicharra sonó y el Polaco Perro Peludo tomó la mochila en sus colmillos… Y ladrando suavecito, fue contando en mil versitos, lo fácil que le resulta morder decenas de huesitos. FIN Vivir con el temor de que sin esperarlo reciba un balazo y muera. Por más que intente levantarme, esta máquina no se levantará. Ese es mi temor.Saber que los años pesan cuando pasan luego de que se posan. Las edades ya no son lindas, ahora tener tantos años exige tantas cosas.Ser encadenado en un estereotipo de chico rudo, en donde no pueda expresar mis sentimientos sin que piensen que eso es falso. Claro, es muy común que yo no tenga nada que sentir ni a nadie a quién querer. Eso es lo que esperan de mi, ¿verdad?Conseguir empleo en donde el jefe directo no tenga traumas. Empresas que se aprovechan de los que trabajan y concienten a los que sólo revisan su facebook. Idiotas. Y para colmo, esos compañeros huevones, te odian porque haces tu trabajo, te traicionan, son venenosos.Entre tanta tonteria, entre tantos cuentos de hadas de adultos, entre tanta basura, se me olvida escribir.Porque se envicia, me envicio, soy adicto sin que quiera dejar de serlo. Aunque quiera renunciar a esta vergüenza eterna.Me sorprendo hablando como un adulto, hablo como uno de ellos y soy uno de ellos.Mátenme pero no de un balazo.Máten esto que hay en mi. Mátenme este hoy.Si, ojalá fueran espinas pasajeras.Me encierro entre contratos y monedas. Entre casas y cuentas bancarias.Entre placeres que me esclavizan.Sin que pueda recordar como gritar auxilio.Como escribirte: perdón. Soñé hace tiempo contigo. El caos se desataba y todos creían que era un loco al fungir como profeta. Cuando el cielo cayó sobre la tierra y el día se volvió oscuridad, sólo tres personas protegían el último refugio. Una silueta borrosa, yo cerrando la puerta del refugio. Y tú. Hubo tal calma, que lo de menos era esperar que cayera del cielo: la última de las siete plagas del nuevo siglo Agradezco que hayas apreciado mi forma de ser contigo. Te quiero, por no huír al conocerme. Te aprecio por tratar de mentirme en busca de que sonriera. Sin embargo... Debes saber que todos mis suspiros, mis tontos poemas y mis sosos escritos, le pertenecen a alguién más. Y sí, como pudieras adivinar, no fuí correspondido. Aquel tiempo fue fatal, fue de estupidez extrema, de amor vivo enfrascado en palabras muertas. Una chica peculiar de hace tiempo, cuyos recuerdos sólo me molestaban. Ella sonreía y yo le hacía muecas; ella me saludaba y yo me burlaba de ella... creyendo que así era como debía demostrar mi afecto. ¿La olvidé? No. Dudo que pase eso. Pues cada éxito o fracaso me recuerdan a ella: ¿dónde estará? me digo. Dónde. Quizá con su novio haciendo el amor, besándose toda la noche. Él, acariciando su cuerpo: maldito afortunado. Tocando sus labios con "sus" dedos. Tratándola como su novia, cuando yo quise tratarla como una diosa. Pero: "es humana, nada del otro mundo", me digo al regresar a la realidad. Es normal que a ella le guste ser tratada como la novia de... y no como una santa. A mi tampoco me agrada eso. Soy humano... "nada del otro mundo". Me trataste como yo la hubiera tratado. Me presumiste como yo la hubiera presumido. No fue agradable, debo decirlo. Soy más que una bufanda que en el viento se ondea, lista para adornar el cuello o para alejarse de él cuando ya no haga falta. Ella era más que un mechón de cabello. Me dejé llevar. Ya no suspíro por ella, pero es ella... Es ella a quién debes de agradecerle, si acaso dices que soy buena persona. Si acaso crees que algo valgo... dile gracias cuando la veas. Su desaire bien merecido a mis sentimientos hicieron valorar mejor un beso, una caricia, una noche en compañia. En tu compañia, en tus besos. Por eso al primer día te besé como quién no se ha visto en mil días. Te abracé como si quisieras irte al sentirte sola. Te cuidé cual tesoro, te hice mi confidente, mi amiga de travesuras infantiles y amante del placer. Aprendí lo que es jugármela por una mujer, a llenarme de celos si alguién más te saludaba. A traspasar lineas. Somos humanos, queriendo ser algo fuera de este mundo. Le estoy infinitamente agradecido, a esa mujer. Pues me hizo un mejor hombre. Y si yo hubiera sido ella, me hubiera gustado que me explicara sin darme tantas pistas el porqué. Que pensándolo bien, quizá lo hizo y quizá apenas lo estoy notando. Por ella me esforcé tanto por quererte, aunque no lo notaste. Por ella sé, que si seguimos así nos volveremos villanos. Me presumirás como un objeto inerte, digamos un celular. Te engañaré cuantas veces pueda, en tu cara besaré otros labios. Somos inmaduros aún para buscar amor. E infantilmente te diré que nos besemos toda la noche, sin compromiso, sin nada que nos ate al día siguiente, sólo placer. Llámame "celular" entonces, si te apetece la idea. Juguemos pues. Aunque debemos recordar que también jugando hay raspones y cicatrices. Al que sigue de mi en tu vida, le podrás juzgar, podrás saber si te quiere solo porque la gente dice que eres linda o porque realmente te considera hermosa. Sentirás sus besos: si son porque te quiere sentir en él o porque viene de frente una chica cualquiera... o porque juega a quererte, como tu y yo. Sabrás que detrás de cada chico y su aparente buena forma de ser, hay un manojo de sentimientos inestables similares a los que te forman a tí. Hombres buscan mujeres perfectas. Mujeres buscan hombres perfectos. Soy el hombre más imperfecto, pero no quiero serlo por siempre. Busquemos la perfección y una nueva cita de amor los días que siguen a nuestros futuros pero fallidos amores. La vida dará vueltas. Sigamos caminando. Es probable que nos encontremos de nuevo. Con ganas de amar sabiendo lo que cuesta. De darnos siempre un último beso. De hacer a diario el amor, de desnudar nuestros cuerpos a plena luz del día y decirnos la verdad sin trabar la lengua. Pues es seguro, que ya para entonces sabremos lo que buscamos y que tan dispuestos estamos para ello. Aún soy un mozalbete en esto de saber amar. A fin de cuentas. Somos humanos... buscando alguien para compartir su vida. Para amarse por siempre. Algo que no hacen los humanos. FINAbraham Arreola En un acto de ocio, yo consentir me dejo, por aquel lindo viejo, que se dice mi abuelo. Tú haces que yo vea mi cara de bobo, de sonso, ante todos esos trucos que aquel viejo hace con tanta facilidad. Mira sus manos, arrugadas, esos dedos con pequeñas lunitas en cada uña: cuentos mejores que los televisados, brujos, chaneques. Amor. Te diría que no me vieras, pero si no lo hicieras, no me vería yo en semejante trance. Trace, género, musical, obra de teatro caracterizada por basas sus diálogos en melodías, armónicas, como el hecho de estar oyendo una radio vieja junto al homónimo masculino. Sigues viéndome, desnudo, y no te sonrojas, sin ti no sabría que cuando me enamoro soy feo y cuando se enamoran de mi soy un galán. Sigues viéndola desnuda y no me platicas… lo olvidas, vaya instrumento, tan leal e imparcial… Tan inútil. Tan seductor como una mujer, ante tu presencia no puedo evitar mostrarte mi rostro con o sin pelo, mi sonrisa falsa y luego real por aquella anterior. Me provocas locura, te veo en cada auto, en cada casa por la que paso, tanto te veo, que volteo y creo, que me veré, y no es, más que un débil recuerdo de tu presencia. Y sigues, presente en mi vida, mientras me veo en ti abrazando a quien tiene noventa años menos que yo. Tenía celos porque tú viste todo lo que yo no pude ver, pero ver no se compara con vivir; no podrás contarles a mis nietos tus cuentos, ni a mi esposa los secretos que guardo bajo el colchón, junto a esos monstruos jubilados. Nuestra existencia casi desaparece con todos esos golpes que la vida nos dio. A lo tuyo le dicen cuarteaduras, a lo mío, arrugas. Y el doctor por no verme, te ve, me ve, dándote más esperanzas de vida. Pero te irás conmigo. Estoy de pie, y mi corazón no funciona: mi reloj se detuvo, como piedra me detengo en ti. Pero estás viejo, volamos en descenso. Ya en el suelo… Me veo al verte… Hecho pedazos. Los dos muertos. Yo… Sonriendo. Silencio que pueden despertar… Debo procurar que estén dormidas para que no noten lo que estoy haciendo. Bajar mi voz, abrir la boca e inflar mis pulmones a tope. Recuerdo cuando se dieron cuenta, les dio pena al principio decirme que era, pero no podían dejar de escucharme por la noche. Es que es inevitable y también lo es hacer ruido, fingen roncar para hacer ruido y espantarme. Es que es inevitable, es de noche y no hay nadie cerca, entonces mi memoria se refresca y mis manos comienzan a temblar; las dos que estaban recargando mi cabeza, bajan sigilosamente acariciando el mueble de madera, caliente por mi temperatura nocturna, y fría por su estructura metálica. Una vez que mis manos han cambiado a una postura más cómoda, subo el volumen de la música, mi ritmo cardiaco se hace lento, un compás a dos tiempos que rige a un musculo toma las riendas del cuerpo entero… la emoción comienza. En pequeños sustos me detengo por temor a despertarlos a altas horas de la noche; no es la primera vez que me dicen al día siguiente lo que hice la noche anterior. Por eso, con mi boca abierta, en una técnica de respiración continua, evito el sonido del salibeo al que suelo estar tentado. Porque cuando llego a ser descubierto, puedo fingir perfectamente que nada ha pasado: no reniegan, a la misma historia las he acostumbrado. Silencio, al fin, que ya nadie escucha lo que hago en las noches; me he vuelto más cauteloso y cada vez menos sonido producen mis manos. Así es como funciona mi cuerpo, que por las noches no duerme; porque siendo aún cauteloso, podrán darse cuenta del ruido que traigo yo. Pero aunque sepa que sepan, no me detendré hasta que haya acabado… Con mi relato, con mi historia: de escribir. Ya ha pasado mucho tiempo desde aquel día en que me levante a mirar un auto a control remoto nuevo. Mi boca dejo de pronunciar palabras dulces con aquel tono de soprano que tanto enternecía a los adultos; ahora sólo dice lo necesario para comunicarse, mientras el bigote oculta la resequedad de mi vida. Mis ojos se han arrugado lo suficiente como para resistir el peso de la noche por tanto trabajo, trabajo eterno; pero también se han vuelto enamorados de la almohada, y en cada oportunidad que se presenta, los dispongo a entregarse al lujo de una cobija sobre una cama dura. Mi barriga amenaza con crecer si continuo usando el autobús, comiendo hamburguesas lejos de casa, sentado frente a la computadora largas horas. Refrescándome con soda y no con agua, por el simple pretexto de que se llaman casi igual. Mis manos han tocado todo tipo de perversiones, de amistades, de tratos, de fuerzas: de experiencias. Toman con delicadeza a la vida mientras la sostienen firmemente. Mi pelo ha vuelto a crecer, después de que a tanta greña haya decidido poner fin a tal distracción. Mis pies ya no son flexibles, truenan al caminar, se hinchan por no moverse: esperan que aquellas épocas en las que eran musculosas vuelvan, esperando que en un despertar estén tan activas como antes, esto, con tan solo un deseo… Mi corazón, lleno de amor sin dar, de triunfos olvidados, de palabras memorables, de rechazos fatales, de pensamientos suicidas, de mujeres amantes, de grandes rivales por majestuosas batallas; deseos que me matan cada vez que duermo, ilusiones que me animan despertar, a vivir… De ilusiones. Si olvidara por un momento que nueve punto ochentaiún metros sobre segundo al cuadrado me tienen en el suelo… parece difícil, pero basta recordar. Recordar a cuando me encerraba en mi mente, cuando mis ojos se dilataban ante el caer de mis párpados, cuando juntaba las manos y recordaba lo que hice a lo largo de un año. En espera de algo mágico, que viene del cielo sin tocar el suelo a tocarme a mí. Si es cierto que el tiempo no existe, puedo saltar y salir jugar con aquellas esferas de cristal; recordar que de entre tantas de mis cosas, algunas tienen un valor especial y otras un valor divino, místico, mágico. Que de la nada brotó para ser algo, para alguien, que soy yo. Aquella sensación de poder ilimitado nos hizo hacer maravillas, proezas eternas que forjan leyendas en cada ciudad, colonia, calle y casa; aquella fuerza divina, que nos fue prestada en una breve época, es la que nos hizo llamarnos: humanos, y que en ese entonces, siendo aun divinos nos enorgullecíamos de decirnos: niños. En vez de llorar por saber que fue mentira, de entender porque aquellos días siempre terminabas desobedecido, de imaginar que habría pasado si tu hubieras vivido por eso y de suspirar cada vez que dan ese tema por cerrado, prueba en hacer las cosas ahora que crees haber despertado. Y. Tú. Deberías entender, que la nobleza que indirectamente dices tener te vuelve a introducir en el mundo mágico, pero que esta vez, ya no tocas el suelo. Y observa cómo es: una carta en el suelo dirigida al cielo se contesta. Mi vergüenza sobre eso murió hace años… porque entendí que no debía ocultarlo, sino mostrarlo a la luz para que el sol desvaneciera este sentimiento tan obscuro. Aún no entiendo cómo es que tengo tal inclinación; no sé de donde pude obtener esa afición tan aborrecida en esta sociedad: tan condenada por todo el mundo. Ahí estoy yo, sentado en la banqueta mirando los autos pasar, reafirmando un cliché de un hombre pensativo, pensativo sobre su aspecto moral; dicen que mi padre tiene esa afición, que cuando él llegó a demostrar aquel aspecto, la familia entera lo olvidó y me lo cuenta hasta ahora como un rumor o una anécdota prohibida. Cuando miro a mi padre no temo, pero también pareciera que me lo he olvidado. Y mirando al suelo, mis fuertes pies caminan sin importar si el suelo es de tabiques o cristales; y no entiendo cómo, sin haberme criado con mi padre, pude heredar un gusto tan poco habitual. Contaría más acerca de ello, pero sería dar demasiadas pistas; sé que tendrán que leerlo, pero no quiero que sepan mi padecimiento; quiero que aquella infección se evapore con el correr de los años… Si es cierto que otras vidas nos anteceden y que de ellas arrastramos nuestras alegrías o desventuras, no quiero pensar lo que en mi vida pasada tuve que pasar, ni quiero pensar lo que tuve que aguantar: no sé si me porte muy bien para merecer esta vida, que me parece encantadora por cierto, o sí derrumbe mi destino terminando aquí, ahora, para aprender las consecuencias sin haberlas vivido, para no sacrificar una vida más en retrocesos… Pero eso sí, antes que mi obsesión acabe con mi cerebro, me llenaré hasta quedar saciado; nadie lo sabrá, tal vez hasta el final, pero se sorprenderán que ese defecto no afectara mi vida, mi destino, mi familia… Estoy loco y lo sé… tanta genialidad sólo puede justificar una característica de semejante magnitud. Es algo extraño… y eso quiere decir que yo también estuve o estoy, tuve o tengo. No me apresuro y hasta me asombro de que no sea un factor femenino la causa de estas letras: este ensayo, ensayo definido de la literatura muy mía. Lo leí y… cielo santo… mientras yo lo pensé, ¡él lo escribía! Seguramente: tantas cosas, tantas cosas a mi mente vienen. Porque si él la conquisto por su físico, ahí no tengo oportunidad; soy más blanco y de un pelo más inquieto, pero no soy alto ni tengo barba y aunque necesite no uso lentes… que según oí es un fetiche importantísimo cuando se trata de ser un hombre apuesto. Apuesto a que tengo ganas de usar unos, pero no cuadrados, cuadrados hay muchos; pero también debería tener el pelo largo, porque así parecería artista pop mezclado con un dj fresa de pura música electrónica… Y pensaba, siempre las ideas se comparten: claro esta idea no me llegó a mí por arte de magia, sino por la magia de la comunicación. Pensaba en que hacer un blog se le ocurrió a cientos de personas más, pero pocas concretaron en lo que realmente visualizaron. Y mientas yo pensaba… él lo escribía. Es increíble pensar en la manera ordinaria de razonar, puesto que no lo hice porque me pareció algo sencillo, algo establecido, algo que no se publica en un muro, en un perfil. Presume de un pensamiento, gastado por cientos de personas más. Pero aquí va mi parte, mi versión: que importa si recibo tu rechazo, mujer hermosa, mujer indefinida, porque no has ido una sino varias las que forman el concepto de la no aceptación amorosa; la siempre eterna actitud de superación convierte a ese hombre de risas y popularidad que tanto repudias, en un joven de gesto caballeroso y de voz agresiva, para luego pasar a un niño consciente de su locura que en vez de mutilar el rosal, crea ramos de rosas con papel y sonrisas, para luego ser ignorado una vez más… Sí, aunque haya abierto el facebook, a mi no me basta ese sitio para subir mis notas. Este blog es mío, auténticamente mío, y apenas lleva el cincuenta por ciento de Jesús Abraham Arreola Hernández; no uso muros ni hago notas: al lector agradezco por su visita, porque no lo etiqueté; porque esta versión me gusta más, porque también sé usar una computadora, pero no tanto como para dejar de ser comunicólogo; porque más que usar un tornamesa para mezclar música ya hecha me dedico a recitar melodías improvisadas a cada momento; porque sé que esto no puede quemarme: porque esto no es siquiera humo. Disfruto del vinilo sin necesidad de pasarlo a un archivo mp3 ni presumo de jugar al disc jockey con compact disc. No soy músico. Soy música… y vivo a 33½ rpm. La mejor calidad posible. Que me ha causado gracia aquel texto, un pensamiento precario similar al mío. No pude evitar sonreír… porque si él la conquisto con su forma de ser, me puse bastante bruto como para no demostrar lo que una verdadera persona tiene: psicología humorística. Es decir: él es raro, pero está en lo estándar: en donde se conforma con que le digan “estás loco compa”; entonces una vez más tuve razón. Niña, si lees esto, no te enojes y mejor ríe; relee aquel texto sin nombre 3: entre más tiempo pase, más vigencia tendrá. No te lo dedique sólo porque sí. Y te digo niña, porque no me impresiona ninguna parte de tu cuerpo como para resaltarla cada vez que te quiera besar; y te digo niña porque no existes en una forma real, porque entre morenas, blancas y güeras no hay preferencia: que mejore su raza el que se sienta inferior. Quiero escribir una risa, pero que no sea burlona. Que sea traviesa, picara, jocosa, una risa que no puedas entender porque no has reído así en tu vida; esa risa que te da la razón, breve, sonora y que termina con un suspiro diminuto, anuncia el silencio de una frase guardada: “ya lo sabía.” Y así como él fue mejor persona… así vamos todos poco a poco. Porque él, no es ese que la conquistó, es una proyección por medio de un discurso simple pero similar: sólo que precario. Rio, risa traviesa que arde en aquel que no comprende, no es carcajada. Como típico macho crees haber ganado, miras tu trofeo de cabellos rizados… pero buscas aquella expresión triste del que aparentemente perdió, acto tras acto esperas ver en mi un aspecto de derrota lúgubre. Eso, que no entiendes, que te irrita al verme solo y feliz mientras tú la abrazas, que te hace subir el volumen de tu voz mientras estoy cerca; eso que te hace reír de una manera tan ficticia, eso es lo que me hace encogerme de hombros de manera alegre y extrañada ante una nueva incógnita del ser humano. Porque de entre tantas cualidades puedo exponer al público una: tengo el don de vender, ideas, conceptos, libros, galletas con rompope… Justo después de que haya decidido decirle a aquella niña lo que ya no podía ocultar más bajo aquel rostro de timidez abstracta, llegaron los hombres: si a mí se me antoja, a muchos también. Psicología juguetona del hombre normal. ¿Ser normal es malo? Dijo alguien intentando ser irónico y aspirando al sarcasmo divino. Díganle loco si se siente bien… Yo soy, aunque para ustedes una pila de conceptos tengan que reunir para hacer tan sólo mi silueta. Cito a un amigo que cita a un personaje que no recuerda quien es. Yo puedo amar, en el caso de que yo ame, a muchas mujeres como a ti te amé; pero jamás encontraras alguien que te ame de la misma manera en la que te ame yo. En palabras masculinas: tú la tienes, yo no. Tú deberías ser feliz… ¿o no? En mis palabras: tú la tienes, yo nunca la busqué. No puedo sentir la ausencia de algo que no quise: porque aun ella no tiene forma definida, aun estoy como dijera una película mexicana de antaño: enamorado del amor. Le dije lo que sentía, siento o sentiré por ella; hasta ahí. Analogía: es como si te señalara el puesto donde venden taquitos de trompa y te digo que están muy buenos; automáticamente esperas que corra en busca de ella… digo, en busca del puesto… por lo que te apresuras a ganarme el pedido, y ya cuando te estás comiendo las trompitas en tortillas calientes, no hay nadie a tu lado: ¿a quién le ganaste? Miras a tu alrededor, todos los compradores cayeron por el mismo truco y se preguntan: ¿están buenos, no? Sin recibir contestación alguna. Lo siento, aunque fui yo quien le dio valor de atractivo a la niña, no seré yo quien legitime la valía real de dicha adquisición tuya. Sin embargo, después de todo esto, existe el tétrico final. Lo que él escribió es el reflejo de su ira contenida hacia las damas que en su tiempo lo maltrataron… desahogándose en un llanto desenfrenado de letras incompresibles ante la dama que lo supo apreciar. Sin entender me mira con rabia y aspira a llenarme de golpes sin cesar: amigo mío, podrás romper mis huesos uno por uno, pero disculpa si después de eso aun sigo llamándote con acento senil: imbécil. No hace falta decir que… Psicología de botana y un Barthes riendo. Rio, donde las mujeres lavan su ropa. Blog… Me seduce la carne, pretendo encontrar amor.En la inocencia de sus ojos, en la silueta de su cadera.Aunque.Mi momento está cerca, ella aún recuerda sus muñecas, sus amores, sus tareas.Viajo a donde los "yo" cazan monstruos o mueren al querer hacerlo.Eres esperanza. Diana que se esconde tras lianas y arbustos. El centro no es meta, es hogar.Esmeralda que se perfecciona al paso del viento. Erosión, experiencia, paciencia. Sofí alterado, realeza en las calles de mi pensamiento. Témpano de plata.Mi lugar es la selva. Ya no la pradera, blanco final.Los monustruos me llaman y no quiero ir solo.Amar. Tomarnos de la mano. Ser el motivo mutuo. ... Cuando todo perezca.La selva agonize y la que fue pradera ahora sea desierto. Dunas en donde comenzar un bosque nuevo. O mínimo, una pradera. Si te tomo del brazo. Si muerdo tu labio. Si me aprieto contra tí y la pared.Si lo hacemos a oscuras. Detrás de la puerta. Si sonreímos y te toco. Si mentimos y te tomo.Si con mi mano bajo tu túnica froto tu piel. Si rozo tus pechos con mi índice.Si apenas soy niño y tu mujer.Si nos atrevemos. A las caricias a escondidas, a los escalones sombríos. A usar el albedrío a nuestro favor.A morderte el cuello y frotarme en tu entrepierna. A suspirar sin abrir los ojos.Si esto pasa, no es pecado. Es comunión. Si te hago sentir placer. Si me haces sentir amor.FIN Y de que sirve escribir si no se está enamorado. ¿Es que acaso mi importancia literaria no tiene relevancia si no me sonrojo al ver una mujer? Esta es la versión que nació de la libreta verde, que para no transcribir, se hace de nuevo. Era la conferencia sobre la importancia del periodismo en nuestro país bonito. Allá por el año 2010, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales un evento increíble dio comienzo… La conferencia parecía tener momentos de tensión, ya que el ponente remarcaba la importancia de atreverse a lo imposible, de estar siempre prevenidos para todas las acciones; el ponente no dejaba de acercarse al frente, en dirección de los jóvenes que escuchaban atentos, levantaba su mano a la altura del pecho, mientras que los dos profesores que lo acompañaban no dejaban de mirarlo… el tema periodístico a tratar: “porque nos odian tanto”. Entre sollozos el ponente dejaba ver su decepción ante la postura de todos los medios y su favoritismo por la venta ante el descuido del bien social. Agua, charla, atención en todos los ámbitos, las fotografías no dejaban de dispararse a cada momento; alumnos tomando notas a cada instante, la conferencia estaba alargándose más de la cuenta, resultaba demasiado interesante tal tema. Y ahí estaba, allá por el año 2010, en medio de una importante conferencia: una camioneta negra, con los cristales rotos pero blindados, con las llantas deshechas, con el cofre humeante e hirviente… y del lado izquierdo de los ponentes, la pared desladrillada. Fue repentino, nadie se percato de lo que estaba ocurriendo, un silencio domó el ambiente de relajo juvenil; todos bajo el hechizo del “pause” miraban aquella camioneta, negra, misteriosa y prohibida; el ponente se acercó a la camioneta, bólido inquietante para el fundador de varios medios de comunicación, ya no buscaría la noticia, él sería la noticia, y la forma en que se presentaba tal evento, le auguraban una tétrica publicación en los sucesos y decesos. El segundo en acercarse fue un joven de corpulento cuerpo y caminar perezoso, escudriñaba y fruncía el rostro intentando descifrar lo que ocurría dentro de la camioneta, movía sus lentes esperando atravesar el acero negro metálico… nada. El ponente para no perder liderazgo comenzó a invocar a los seres que dentro de aquella camioneta debían encontrarse: ¡algo debía estar ahí dentro!, ¿qué fue o quien fue el que llevó ese vehículo hasta ese lugar? El tercer joven aun sentado en su butaca miraba el humo del motor: las llantas silbando el aire de caucho caliente, el mofle jugando como el único percusionista; los cristales, tantos como incontables, el color de la camioneta: aún sin perder el brillo metálico, brillo en donde se reflejaba el cuerpo pensativo de aquel joven. Fue el tercero que se levantó, fue el tercero que se acerco a la camioneta, fue el tercero en tocar el oscuro metal hirviendo. Fue el primero que llevó su mirada hacia el camino anterior… Sólo una carretera pasa cerca del auditorio y es un cruce, por lo que es necesario bajar la velocidad antes de llegar a la intersección, ninguna dirección apunta al auditorio; si bien es una camioneta con bastante peso, mostraba un gran daño, daño que no se veía reflejado en la pared destruida: esta parecía un muro de unicel, que se rompe sólo una parte; debía venir de más lejos el auto, de una persecución tal vez, pero atrás de esa carretera esta una cerca de acero, atrás una carretera que circuncida al Cerro de las Campas, cerro cercado también por cercas de acero… El tercer joven miró al ponente que no dejaba de gritar, al joven corpulento que intentaba abrir la puerta… miro a su alrededor: nadie se había levantado… el susto de tal entrada les robo el aliento y no pensaba devolvérselo… Zumbaron los oídos del tercer joven y miro que algunas gotas comenzaban a caer sobre la pared tirada; lentamente camino hacia afuera, era el único que tenia de frente la salida, los demás se levantaban poco a poco para, entre un ataque de curioseo, destripar a la camioneta. Aquel joven salió del auditorio donde minutos antes había una conferencia sobre el periodismo: el sol era inclemente y la lluvia lo convertía en un invidente. Esperó a que sus ojos se restablecieran: sus oídos se agudizaron antes, percató el murmullo de los jóvenes que atrás quedaban atrapados atrapando al vehículo, notó que ese zumbido era un aparato desconocido que provenía de lo lejos, escuchó autos correr a toda velocidad, tal vez… el sonido de gente gritando… sus ojos volvían a ver… Un inmenso y escalofriante ruido le hizo saber que algo más grande que un auto había caído cerca de él, tan cerca como para refrescarlo con un mortal aironazo a su pelo, tan lejos como para no aplastarlo como a todos los que dentro del auditorio estaban… adulando la mínima expresión de misterio. Sus ojos retomaron la nitidez de costumbre, su cerebro proceso la información visual y la relacionó con lo que los oídos, ahora aturdidos, habían recabado segundos antes… el diagnostico era obvio. Debía caminar... necesitaba correr.Tenía que vivir. Son uno, y son enemigos. Aquí el incidid, sin sal, insípido. Uno llego primero que el otro, un teclado es más cómodo que el aire libre; porque así ya no se transcribe, sólo se copia y se pega; necesita de ser leído, sueña con un premio cervantino o esa cosa del nobel por la trayectoria y buenísima literatura… espera vaciar todas sus palabras; técnica, comas, puntos, acentos: el programa, software, lo hace todo… Desahoga sus penas en letras sin sentido, en palabras que se justifican con el orden de un algoritmo mágico. Imprimir, el trabajo está hecho, un texto, un poema, un ensayo, está hecho. Y de esa pantalla plana salió un viejito, un poema, una cartota de amor, textos raros, extraños y diarios variados mareados… Uno o dos, a lo mucho tres… lectores por montón, que miraban en una hoja impresa aquellos códigos que aquel, primero en llegar, plasmó entre plástico y gomita sensible a los impulsos eléctricos. Pero el otro, ya tenía rato, desde el año trece ansiaba con llegar. Y justo cuando el primero, el más joven, el que se escuda bajo un teclado estaba en pleno apogeo: llegó el escritor de antes. Y las libretas se llenaron de cositas bonitas y cuentos cursis, poemas raros, que no acabarán ahora; poemas extraños que no se han dicho, pero son más hermosos cuando el viento sopla de manera violenta y fría. Cuando las nubes grisáceas anuncian la lluvia anhelada él escribe con más pasión. Y cada vez menos hojas disponibles. Ah, aliento lindo, te respiraré hasta el final de mi canción eterna… Y estaba comiendo gerundios mal empleados, cuando recordé la tarea de periodismo digital... Como dijo Sócrates: "la tarea con comida, ¡es lo máximo!" Seguramente ya era maestro en esos tiempos; un diez a cincelazos mientras traes la comida de vuelta porque a cada golpe se va acercando a la orilla de la mesa, donde al final existe un perro con hambre. Por cierto, yo estudio periodismo digital. De modo que sin perder tiempo, espere hasta llegar a casa para realizarla. Ya en casa, me dispuse a realizar otro blog; porque ya tengo uno, donde la musa pelusa que no escucha, esta muy chucha porque lucha mucho para sacarse el moco, que aun siendo poco, la deja muy confusa. Al final del relato, muy al final, más o menos por aquí termina la anécdota; la historia de valor sobre un niño que con un poco de sueño realiza sus tareas, sin importar cuantas cosas llegué a inventar por tanto cansancio y tan poco café. Aquí es donde el final comienza porque la historia acaba. ¡Hola! ¿Cómo estás?, bien, me alegra; sabes, ya me canse de tu indiferencia, no puedo evitar sentirme un miserable tan solo por ver tus ojos amenazantes, llenos de cólera, rencor, tan solo por cosas que no tienen sentido... por favor, dame tiempo y te demostrare que soy bueno, que soy un caballero que vale la pena; veras que soy hombre de palabra y te daré todo cuanto me has estado pidiendo. No me empujes de nuevo... Te prometo que mañana te pago, pero no le digas a los vecinos. Dicen que todos los hombres son iguales… Lo que pasa es que a los que son diferentes no los contamos. Jesús era un joven estudiante que siempre pasaba por el mismo lugar; sin embargo, no por eso dejaba de admirar cada detalle, una y otra vez: el mismo árbol, el mismo cielo, las mismas montañas, el mismo camino, siempre algo nuevo que ver. Dicen que mirar al suelo no es bueno, siempre y cuando no se trate de escudriñar la tierra; mosquitos muertos, bichos extraños, arañas, hormigas. Antes de entrar a la privada de tepetate donde él vivía, existe una pequeña avenida, y en medio tiene un pabellón, donde se supone tendría que haber piso, pero siguiendo la costumbre, solo hay tierra. Buscando algo en cielo, Jesús se percato que su agujeta del pie derecho estaba suelta; sin vacilar se detuvo y con un movimiento un tanto cómico se agacho a amarrar aquel juguetón cordón. A unos cuantos centímetros de su zapato negro, se encontraba una lámpara, abierta, sin pilas, de metal o aluminio, color gris (o color metálico o alumínico), un poco llena de tierra, pero sin raspaduras de la parte de arriba, la luz saldría perfectamente… o eso se esperaba cuando le colocaran las pilas de nuevo. Paso por aquella obscura y tepetatesca privada, donde hasta el final reside él; aquella privada, más que tepetate, tiene muchos secretos, es una vecindad a gran escala, por ella han pasado ya tres generaciones sin contar a los que llegaron a instalarse; las casas de aquella súper vecindad son de un tamaño considerable, fácilmente caben dos o tres casas de las que actualmente construyen; pero la casa de Jesús era diferente, aparentemente era más grande que todas las demás casas, pero en el fondo… había más terreno que le pertenecía, era todavía más grande. Como sea, Jesús llego a su casa, fue hacia donde están sus cosas y tomo dos pilas; luego, salió al inmenso terreno que tenia y que estaba alumbrado por tan solo un foco de cincuenta watts. Todas las lámparas que compraba siempre terminaban rompiéndose, fundiéndose en la basura después de haberse fundido; pero esta aparentaba ser más resistente, lo suficiente para ser juguete de un niño de veinte años. Encendió la lámpara. Brillaba como pocas, tenía la misma fuerza que esas lucecitas laser que vendían en los tianguis; Jesús se sentía un niño, sabiendo que ya tenía trabajo, guiando aquel halo de luz fría que se asemejaba a un reflector de alta potencia. “Hola muchacho” dijo una voz en donde la lámpara no había estado alumbrando, donde desde que cayó la tarde solo había oscuridad. Jesús no tenía porque responder, o no quería, evidentemente se sintió amenazado ya que alguien estaba en su casa sin ser visto y sin permiso. Como todo buen muchacho, Jesús conocía su casa, así que apago la lámpara, apago el foco, tomo una roca entre sus manos y sus ojos poco a poco se adaptaban a la noche, permitiéndole reconocer toda figura fantasmagórica que en el fondo era su casa llena de árboles frutales; ese día vestía colores oscuros, así que camino poco a poco hacia la entrada para ver si con el reflejo de las luces de los vecinos y el sol nocturno lunero podría distinguir algún contraste o sombra que no siguiera el ritmo del viento. Pero no descubrió nada nuevo. Recorrio toda su casa, entre arboles, ramas secas y nada pudo ver. Más seguro, intercambio la piedra por la lámpara, alumbro desde el fondo de su casa hasta la salida; en efecto no había nadie. “Hola otra vez…” Aquella voz se presento, pero Jesús ya estaba fuera de su casa así que la persona misteriosa tambien; pero no vio a nadie, con deducciones naturales miro la lámpara para descubir alguna vocina causante de aquella confusión. “Efectivamente, soy la lámpara”. Jesús dio la vuelta para ver que justo frente a una pequeña ermita llena de flores y series navideñas estaba un hombre de edad avanzada con mirada fija pero serena y acariciando un cuervo negro que parecía emitir sonidos similares al acto de habla. “Diga señor, ¿que se le ofrece?” dijo el joven con voz sonora pero calmada. Saludo poco usado en estas épocas, pero que a él le permitía establecer contacto con otras personas sin entrar en confianza jamás. Había poca luz, pero con esa era suficiente; Jesús tomo la lámpara con demasiada calma alumbrando hacia una pared gris de tanto tabique económico. “No apagues la lámpara, porfavor…” dijo aquel señor, con leve sonrisa prosiguió, “soy un genio, de hace millones de años y esos tiempos se parecían a estos: caos, miedo, un mundo a punto de acabar”; Jesús ya había apretado el botón de apagar, miro al señor y rápidamente acciono el botón de nuevo para evitar la molestia de aquel sujeto. Durante una milésima no hubo luz; “bien hecho, gracias” dijo aquel viejo caminando de brazo al cuervo y sentando en donde aparentemente no había nada pero que después resulto ser una silla; Jesús creyó que tal efecto se debía a que las luces navideñas se apagan en ocasiones y por lo mismo se perdían algunos objetos entre aquella oscuridad aleatoria. “Bueno señor, me retiro, le dejo su lámpara… buenas noches”, dijo Jesús mientras dejaba la lámpara encendida en el suelo y con cuidado empujaba la tabla que le servía de puerta; sin perderlo de vista en ninguna ocasión, Jesús se perdió entre su noche casera, noche familiar que le brindaba seguridad y desde donde vigilaba las acciones de aquel hombre de la lámpara. Dijo el hombre, “sé que aun estas ahí, Jesús”; después el hombre se levanto, se puso de pie en dirección a la puerta de Jesús. A Jesús le provocaba un poco de gracia por la frase que había dicho, parecía una oración unimembre pero que no iba dirigido a él, sino a alguien que es omnipresente. “Jesús, así te llamas”, dijo el viejo sin dejar de abrazar al cuervo; “así es señor, que se le ofrece”, Jesús más confiado había respondido, ya que el señor tenía el suficiente respeto para no entrar a su casa, cuando era tan fácil empujar una tabla. “Oye”, dijo el señor y se agacho por la lámpara; la apago, luego la guardo en su pantalón algo desgastado, luego dijo “soy un genio, ya sabes, de esos que cumplen deseos”. Jesús sonrió, lo miro a los ojos pensando en todos los relatos acerca de tantos genios con lámparas pero que ninguna de esas funcionaba con pilas doble “a”; se acerco poco a poco a la luz de aquella serie decembrina, para estar los dos frente a frente y sin ocultar nada. “¿Cuantos deseos?” dijo mientras dejaba caer naturalmente sus manos en su espalda, sólo sujetándose por unos cuantos dedos; inmediatamente el ahora genio reconoció la postura de seguridad del muchacho ante la situación, no recordaba algo similar antes. “Son dos deseos… claro, con sus debidas consecuencias”, disfrutando el genio; siempre los resultados habían sido caóticos: todo el dinero del mundo, el amor de una mujer, noches de lujuria infinita, vida eterna, fuerza ilimitada; era un genio y sabia como compensar adecuadamente la ambición del hombre, fuese del tamaño que fuese. Jesús inclino su cabeza hacia la derecha, luego hacia la izquierda, sonriendo regreso su cabeza hacia la derecha; pensaba en algo sencillo pero que, en caso de ser cierto, fuera útil. En ese momento, Jesús recordó que en su casa ya no había donde sentarse; que aunque a él le gustara siempre estar de pie, las visitas no. También pensó en un disco de música instrumental que desde niño buscaba, pero por haber sido hecho tan lejos, no llegaban tantos ejemplares al país. Pensó en su enciclopedia científica, que ya estaba un poco gastada; de tener otra, la enciclopedia más usada podría servir para los niños, porque venían con una historieta que aparte de inculcar la curiosidad por saber el nombre de cada nube, también provocaba el gusto por la lectura. El hombre se volvió a sentar; la silla magia apareció. Jesús se decidió. El genio se adelantó. “¿Quieres una silla que se aparezca cada vez que sientes?”. Una sonrisa traviesa… el otro deseo seria para deshacer el primero, quedando en cero los números deseosos. “No, gracias… sólo quiero tres bancos de plástico; no sé si los hayas visto, en algunas tiendan las venden a diez pesos cada una, pero hace mucho que ya no traen.” Jesús mirando al genio esperaba que su deseo fuera cumplido; el cuervo cantó y el señor le fue pasando por encima de la cerca banco por banco hasta llegar a tres… Jesús sonrió, eran los bancos que él quería; pero el genio no pensaba un castigo para tan poca visión; un millón de pesos, los entregaría en monedas de cincuenta centavos, o entregaría billetes falsos, o los tomaría de algún banco… ¿pero un banco? Jesús no dejaba de sonreír, miraba con discreción hacia otros lados, pero no distinguía más que al genio y a su cuervo; ninguna cámara, ningún vecino molesto o chismoso, nada… “¿Solo son de plástico cierto? ¿No tienen nada de mágico?” dijo Jesús sentándose en un banco de los tres. El genio únicamente repitió la primera pregunta en forma de respuesta, “Cierto, sólo son de plástico”. “Aun te queda un deseo: muchacho.” El genio cambio su rostro jocoso por un rostro inexpresivo. Jesús entendió el disgusto disfrazado, así que se puso en pie, con la postura que llevaba manejando desde hacia varios minutos ya. Pero ya había visto algo; esta vez podía pedir algo más grande, un auto, un arma, una dotación gigantesca de refrescos, salud eterna, un manantial en su casa, su casa bien construida, más terreno, dinero a montones, tener novia, ser asediado por mujeres hermosas… ¡eso era! “Deseo que te vayas lejos…” dijo inquieto, Jesús miro al genio. El genio, no hizo caso al deseo; pensaba cuestionarlo, pero lo más que podría quitarle serian tres bancos de plástico, ciertamente no le podía hacer nada; su ambición era tan distinta, que el genio pensó en un modo de compensarla e incitar los verdaderos deseos de Jesús que tanto había reprimido en esos dos primeros deseos, de los cuales solo uno se había cumplido. Tocándose la barbilla con una mano y sujetando con la otra a su cuervo parlanchín alego, “mira, si cambias de deseo, puedo cumplirte un, deseo, más.” Las pausas siempre son importantes para remarcar el precio a tratar. Otra vez, deseos que se cumplen tan fácilmente; Jesús miro al cielo, aun con las manos detrás sujetándose mutuamente con dos o tres dedos; pensó en una computadora que tanta falta le hacía, o aunque sea unos miles de pesos, para pagar la inscripción a la universidad, el tendría razones para satisfacer sus deseos ya que muchas cosas necesitaba; tal vez una puerta o un vestido para su madre, era una acción bondadosa y desinteresada… Ella no tiene un signo en especial; y no es necesario las exclamaciones entre paréntesis: la ironía es natural, y el orgasmo de la ironía es el sarcasmo. “Bueno, sólo quiero cincuenta mil dólares, en billetes de a cien dólares.” El genio ante tal respuesta, sólo tomo una pesada bolsa negra de basura e inmediatamente se la entrego al muchacho. Tal vez ahora, el segundo deseo sería mucho más ambicioso. Y efectivamente, lo era. Jesús miro la bolsa, aparentemente de basura, pero que abriéndola lo suficientemente se apreciaban los billetes americanos. Jesús rio por ver tanto dinero en sus manos, ahora si sentía ganas de pedir algo más que solo tres bancos y cincuenta mil dólares. “Quiero que dejes de ser genio…” El genio creía entender la respuesta. Tal vez dándole un deseo más se sentiría seguro… “Mira, si quieres…” no pudo terminar el genio cuando Jesús le dijo “¡otro deseo?, solo deseo que dejes de ser genio, y, deseo que tomes estos cincuenta mil dólares... es decir, con un deseo más me basta.” El genio pensó en ser un humano normal, sin poderes, morir y no vivir más esperando salir de aquella lámpara alcalina. Además el muchacho rechazo el cuarto deseo y se dispuso a entregarle el dinero; así que podía vivir tranquilamente el resto de sus días. “Te doy un deseo más… aun te quedan dos.” Dijo el genio apretando con fuerza a su fiel cuervo, mientras miraba al joven por encima de las narices, con aire de grandeza y poder. Jesús solo dijo “deseo un arma, una pistola vaya”. Ahora si estaba seguro el genio; canto el cuervo por segunda vez, le dio su arma, dijo en secreto las condiciones y prosiguió: “solo te queda un deseo más, y ya no pienses que te daré más deseos este es el ultimo, así que piénsalo bien porque no habrá vuelta atrás…” Jesús se imagino una serie de sucesos de lo que vendría, miro el arma, miro el dinero y los tres bancos; “deseo, que seas humano”, no hay humano que tenga poderes y los dos lo sabían. De inmediato el genio involuntariamente tomo la lámpara, la encendió, la apago y él con su cuervo permanecieron en la privada. Estaba ahora desprotegido… pero libre. Se sentía mal por haber perdido, su ambición era provocar ambición, y sabía que el último deseo era irrevocable; cayó en su juego y ahora solo le quedaba su siempre fiel ave negra. Jesús le dio primero el arma; el ahora, de nuevo, señor se apresuro a tomarla y le apunto al rostro del joven pidiéndole el dinero, pero sin esperar respuesta disparó. Jesús un poco espantado, se seco con la maga de su suéter el agua de aquella pistola; tomo la gran bolsa negra y la hizo pasar por aquella puerta de madera; el señor no comprendía ya los sucesos, pero tenía en sus manos cincuenta mil pesos… y una pistolita de agua. El señor tomo al cuervo con suavidad, lo acaricio; después tiro la lámpara, y recogió la bolsa: salió en la noche un señor con su cuervo arrastrando una pesada bolsa negra… Un joven en la puerta de su casa recogía una lámpara y con cierta pereza nocturna recogía sus tres bancos; al llegar a su cama, Jesús acomodo aquella lámpara entre otras dos que tenia; solo que, una estaba prendida. Pero en un momento dejó de estarlo. Titulo original: No es depresión, tampoco alegría triste. Quién sabe… yo sí. Este es el ensayo que debí escribir en una libreta, para que el cansancio me fuera despertando poco a poco. Así es señores, ya no sé si seguirla o no. Todo indica que sí, pero ella, se sabe hermosa y disfruta ver que mi vista la sigue a todos lados; desde donde estoy veo todo, y la veo a ella... Bendito lugar. Lugar donde todos los locos llegaron un día. Pero aquí yo no doy vuelta, va haber bronca, eso es cierto; se lo ha ganado. No pienso demostrarle que soy el más guapo, porque sería imposible. Tampoco que soy el más popular, porque no resulto simpático para todo el mundo. Pero cuando se respeta el albedrio, la gente se aprovecha; y como a los niños: un buen escarmiento… para ella no, para mí. Eso se demuestra con hechos y no palabras. Pero, aquí solo hay palabras… la acción se vive primero, se escribe después: si se quiere. Les contaré que obtuve un material audiovisual, con un valor muy elevado; no se encuentra en cualquier lado y vale la pena que sea compartido… Pero… el internet no es la opción correcta. Día cero: alguien ansia ser el sujeto más famoso de todos los foros en los que se ha suscrito porque así será un gran usuario; cada foro le llamara de una u otra manera, pero ese usuario será tan agradecido, que tendrá la autoestima para poner una gran “firma” en “gif”… en fin, ya trae ganas de sobresalir, porque le duele la conciencia de ser llamado “leecher”. Día uno: yo subo el archivo en un servidor que para mí es cómodo, claro, el internet es comodidad. Digo las especificaciones, digo el peso, digo la página de donde se puede descargar, doy la dirección. No pido comentarios, porque bajarlo es mejor muestra de interés que un “chido carnal, bajando…”. Día dos: alguien busca este material en su “buscador” preferido. Esa persona ha encontrado lo que ha estado buscando, lo baja, lo disfruta, lo comparte y en tristes ocasiones, lo presume. Día tres: el que desde el día cero estaba esperando, encontró algo que no existe en la web. Copia y pega el formato, borra el nombre de quien la subió y se sienta a mirar como su ordenador se llena virtualmente de agradecimientos, mientras su cuarto sigue vacio… sigue igual. Día cuatro: un usuario lleno de ética le reclama que eso solo es un “copy and paste”. El usuario, dueño de el “post” “original” sólo responde que “si esta en internet, es de todos”. Día cinco: maldiciones en los comentarios porque el archivo esta “corrupto”, reclamos una y otra vez ya que no hay respuesta alguna; el ahora “posteador” se enoja y amenaza con “no subir más archivos si no le van a agradecer” olvidando su política “ruda” y “radical”. Día seis: el “post” ya no tiene visitas, el archivo fue borrado de la página donde estaba almacenada; el usurario ya copio, pego, y “posteó” otras cosas y se ha olvidado del “link inválido”. Los últimos comentarios son de “súbelo compa, que no lo encuentro por ningún lado”. Día siete: un usuario curioso, encontró la página original; donde como todo buen “aporte” se sigue manteniendo en “línea”. Baja el archivo, lo disfruta, lo comparte… Día cero: un usuario tiene ganas de comentar algo, hizo un texto breve, creyendo con eso llenar su blog; sin saber que otro usuario borrará con toda la intención el nombre del autor, para en algún foro “subirlo como propio”. No me quejo, pero reconozco el contexto “cibernético”. Como dicen los “uploaders”: <>. Pero aun falta… Semana dos: Él es tan perfecto como nadie: nadie es perfecto. ¿A alguien se le habrá ocurrido? Mejor dicho: ¿a Alguien se le habrá ocurrido? Supongo que sí, tiene tanta historia como fama. Yo recuerdo que Nadie ha batido todos los records del mundo en un solo día. Que cuando Clark Kent era un miedoso, Alguien le dijo unas palabras de valor y lo convirtió en lo que Nadie podía ser. Nadie era tan valiente para saltar de cabeza a un volcán. Alguien me dijo que debía tener lentes por solo treinta mil pesos. Pobre, Nadie es tan estúpido, como para dejarse engañar por su mujer frente a sus ojos; y eso que Alguien ya le había dicho que su esposa estaba por malos caminos. Alguien murió debajo del tren, él quería imitarlo, porque Nadie es capaz de detener a un avión con el pulgar sin siquiera haberse lastimado la yema de sus dedos. No hay problema, a diario muere Alguien y Nadie se preocupa. Así es la competencia amigos. Diría Alguien de las caricaturas animadas. Nadie puede dejar de pasar esos recuerdos. Hacer sujetos a… esas cosas cualquiera que sean, parece ser tan fácil: al menos Alguien me dijo que así seria y Nadie me dijo lo contrario, o tal vez fue una mala broma porque a Nadie le pregunte. Justo cuando escribía esto, Alguien me dijo que lo que yo escribía era un plagio; pero no lo creo, por que el no es Nadie para reclamarme, así que prosigo… Justo cuando Doña Gallina iba a cruzar la calle, Alguien la ayudó y Nadie la atropelló. Inmediatamente Alguien la llevo al hospital y Nadie la atendió, por lo que ella salió inmediatamente del hospital sana y salva, porque Alguien le hizo el milagro y Nadie podía explicárselo. Exactamente lo mismo pasó cuando se invento la rueda; a Alguien se le ocurrió lo que a Nadie se le había atravesado por la mente: estaban en sintonía estos sujetos. Era de esperarse que Alguien hiciera el primer modelo de la rueda y Nadie fuera capaz de corregirlo; por esta razón la rueda siguió su evolución; Alguien mejoraba la rueda y Nadie hacia una crítica constructiva. En la sala de una hospital a las nueve y cuarenta y tres, nacieron unos gemelos muy bonitos: Simon y Cirilo, Alguien se hizo muy amigo de ellos; los gemelos eran muy traviesos ya que eran vaqueros y debían amansar a las fieras; pero aun estaban muy pequeños para hacerlo, así que solo se conformaban con soñar… Alguien les dijo un día: "Simón, Cirilo, si montaran… serian los mejores jinetes y Nadie podrá ganarles". Desde entonces Simón y Cirilo son dentistas; por lo que hasta esos días Nadie podía igualárseles; desesperados porque Nadie hacia lo que ellos, Simón y Cirilo intentaron suicidarse, pero Nadie los salvo. Esto es obvio: Nadie está en todas partes. No me miren feo. Alguien me dijo que esto sería gracioso y evidentemente Nadie se rio. En misa: el sacerdote al ver el pueblo tan desanimado, les ordeno que guardaran silencio, ocasionando una gran fiesta; pero al final tuvieron que sacar al silencio donde lo tenían guardado para volverlo a usar. Al menos así me lo dijo Alguien. Nadie dijo que el viento se suelta; pero si se suelta el estomago, ¿porque no ha de hacerlo el viento también…? El amor es terrible, porque a Nadie le había dicho tantas palabras de amor; pero fue tal el desaire que solo Alguien me prestó atención… y aun se la debo. La coherencia es importante para una tesis, pero sin fantasía, ¿dónde puede entrar la creatividad?; por más realista que sea el cuento, o la novela; Nadie puede hacerlo así, pero yo no. Un poema les dedicaría si tuviera rimas en cada pulgar; o versos en cada folículo piloso. Pero es roña la que me da, que siendo tan canijos peleando ante los menores que nosotros: Nadie sera capaz de pelear con alguien más grande que él. Ahora sí, viene lo feo. No porque la estética lo odie, pero tal vez es que encontramos a los personajes perfectos y debería de fijarme primero si es que Alguien ya lo ha escrito… En este momento estoy preguntando vía internet… Ojala Alguien me ayude. Aun estoy en eso; pero veo siempre el mismo cuento; por lo visto Nadie me aviso de los personajes faltantes: Todos y Cualquiera. Cualquiera pudo invitarlos, pero vendrían Todos. Pero hacer un cuento donde estén Todos no lo hace Cualquiera; además viene incluida la fabula, puede ser que Alguien se invente otra similar o mejor, para que Todos la entiendan, pero si Nadie reconoce derechos de autor, no valdría la pena hacer tanto esfuerzo. Porque, entonces yo podría emocionarme… e introducir cientos de personajes Y Hablar Como Si Todo Fuesen Sujeto Por Que Todos Merecen Ser Escuchados, Por Que La Moraleja De La Sociedad En Ajenada Debe Ser Impartida A Todo El Mundo… Eso Nadie se lo va a tragar, pero no Todos, Cualquiera puede hacerlo pero evidentemente Alguien notara el fallo en tal narración. Es en un lugarcito llamado México, donde a falta de personajes: usamos a Nadie como protagonista, afeando el paisaje; porque Nadie está donde Todos han fallado, y Alguien siempre dirá lo que a Cualquiera se le va de la vista. Cuestión de jerarquías. Y luego porque vienen las confusiones: no eres Nadie para decirme lo que debo hacer; este trabajo no lo hace Cualquiera, Cualquiera tan perezoso; Todos somos humanos; de Alguien oí. Sobre ellos van nuestras culpas. ¿El país está como está porque Nadie hace nada o porque Nadie no hace nada? De ahí que Nadie se confunda; si debe actuar como la materia obscura que analógicamente es, o hacer lo que es deber de Todos. Si es la primera, Nadie es un poco perezoso y por su culpa el fracaso total es inminente; si es la segunda, Nadie nos odia, porque se esmera en hacernos sufrir no haciendo nada. Por eso es que mejor le echamos la culpa a Alguien. Alguien debería hacer algo; etc. Sería un ensayo aburrido a mi parecer; porque a Todos se les ha ocurrido, pero con permiso de Nadie, no hay persona que entienda que el reclamar las cosas no mejora la situación. Por eso, si Nadie hace nada, o si Alguien siempre hace trampa no me interesa en este momento; por eso debemos estar Todos atentos a Cualquiera que se atraviese por nuestro camino. Por eso mismo, no puedo indagar en el tema: Nadie me va a pagar, y lo hará solo en moneda ficticia, no me conviene; Alguien lo va a leer y posiblemente le parecerá aburrido porque Cualquiera puede redactar algo triste en estos días. Es este pensamiento que Don Rufino estaba enamorado, de Doña Petronclasia; Nadie estaba triste, porque era tan fea como ella; Alguien llevo a Don Rufino a un bar donde a Nadie conoció, el flechazo fue instantáneo; un verdadero milagro había ocurrido, y Nadie estaba presente para verlo. Era en la misa donde Don Rufino con Nadie se caso: Yo, Rufino, acepto a Nadie como mí prometida… Dadle las arras a Nadie, o que Nadie bese a Don Rufino o a que no te enteraste que Nadie se casó con el señor de la miscelánea, que Nadie se enamoro de él: lo mejor, dicen que a Nadie le gustaba los ronquidos que ese señor producía en la noche. Petronclasia se caso con Alguien, le fue un poco mejor; Petronclasia se fue a vivir en casa de Alguien… Ídem, ídem, ídem. Es decir, el mismo cuento que el párrafo pasado. Porque Nadie es alma gemela de Alguien así como así. Son la pareja perfecta, nacieron para que, al contar la historia de Alguien, contáramos la de esa persona y la de Nadie más. Inspirado en un hombre cualquiera, que se enamoró de una tal...Sinopsis.Una conciencia inconsciente. Ese hombre cualquiera sabía que ninguna chica, antes de ella, le había hecho sentirse vivo e impotente.Sin querer, intuia que sería rechazado. Así como sin querer también, intuía que ese joven que era en ese momento... desaparecería para dar lugar al verdadero hombre.Al hombre viejo, al que ese hombre cualquiera [el hombre joven] intenta describir en este texto sin nombre, sin lograrlo.Quizá se atrevió a acercarse a ella así como era él, a expensas de fallar en su conquista, incluso pudo haberlo deseado así. Pues si vemos bien, con un poco de suerte y galantería, pudieron ser una pareja, pero hubiera sido más fugaz que un flash de fotografía.Como si fuera una vacuna, él se medico contra la fantasía amorosa... Para saber lo que quería, debía primero sufrir por no saber exigir nada de la vida.Para evitar enamorarse, tuvo que hacerlo primero. Como si fuera una vacuna. Y la escogió a ella para tal misión. Por hermosa... por fuerte... por inolvidable... qué sé yo. Aunque tuvo que arriesgarse a perder hasta el más banal saludo de su parte. Por precavido... por tonto... por heróico...Qué sé yo. Soy un hombre joven... todavía. ... Camino. Lento, tranquilo, nostálgico, admirando todo a mi alrededor; no importa si es un perro verde, o uno café, es digno de ser recordado; veo como los camiones son mas rápidos que yo, los autos mas rápidos que yo, los adultos mas rápidos que yo, los niños mas rápidos que yo… no me importa decir que ya me case de caminar, me he ganado ese derecho ¡no importa a quien! solo lo hago; la gente me pregunta cosas, me cuestiona, pone a prueba mis conocimientos: cuando buscan pelea, pierden sin que yo levante siquiera mi guardia... soy testarudo, necio, ya lo sé, díganme algo novedoso; mis pisadas son fuertes, aun puedo caminar sin bastón; mis dientes, se comienzan a descarapelar, mis riñones protestan a falta de agua, se me duerme mi cuerpo sin pedirme permiso, siento que la cabeza me revienta; todo da vueltas, o mejor dicho le doy vueltas a todo. Ya comienza mi historia, miren y sientan como su morbo y proyección se mezclan para hacer de mi historia, su historia; no se preocupen, dentro de un párrafo la describiré, pero tengo que concentrarme; Ken Griffin y su choclo me ayudan a pensar, a recordar; la silla no tanto, todo asiento debería tener un colchón o como le dicen los que saben… descuiden, estoy haciendo memoria; si me rio, tal vez no lo escriba, pero si deje de escribir; si lloro, seria genial: hace tanto que no he llorado; si piensan que este texto termina en que el protagonista llora, siento no poder alimentar mas su curiosidad… ya llegaran otros sujetos con sus jetas tristes; no se preocupen, todo a su tiempo. Me levante, mi cabeza me dijo que la gravedad le desagrada; me puse de pie, mis pies… nada, mis pies tienen diez dedos repartidos de cinco en cinco cada pie; me visto, o me cambio, me lavo mis dientes, cada vez siento moverlos mas con la lengua… cuando estoy fuera, me asombra ver la mente de las personas, hay gente que estudia eso; yo no, lo aprendí de la vida, y de la vida también entendí que siendo viejo, ningún científico lograra ser más sabio que uno… a no ser que sea un científico viejo, en cuyo caso se limitara a conversar de lo mismo que todos nosotros. Y ahí estas. Mujer, eres tan joven que me da miedo mostrar mis manos arrugadas señalándote algún objeto con tal de atraer tu atención. Es curioso, le gano con muchos años y sin embargo me gusta. Veo con tristeza como ella, la mujer que quiero, no se da cuenta de su entorno; perros la rodean a cada momento, y poco a poco ella se ha ido acostumbrando a sus mordidas, quizá no le gusten, pero no conoce más. Si tan solo le pudiera dirigir de nuevo la palabra; ya no soy aquel joven coqueto, que sin pena, tras ellas estaba; no importaba que tipo de relación tenia con ellas, había tiempo; no me puedo pensar ahora así… aunque tenga otros cien años seguros de vida, no la veo a ella como un extractor de fatiga, ni pienso en sus curvas como las montañas en la que me perderé; no soy un idiota, ni un pervertido, menos aun un estúpido que solo busca sexo; de esto último, una disculpa, pero eso es lo que ha impedido que llegue a conversar de nuevo con ella: cree que busco <>, y con <> me refiero a lo que con <> me refiero. La primera vez, la primera vez que la vi; la primera vez que la vi, estaba; estaba yo estaba casi agonizando; mi cuerpo frio, mis ojos hundidos, mis dientes temblando de ese frio que también me inmovilizaba y hacia de mi un aparato que solo dice ciertas palabras. ¡Bah!, ¡qué más da!, y me acerque a ella; ella, noto en mi algo diferente; si, pero en mi diferencia estaba escondida la distancia que tendría después con ella; lastima, hubiera… no existe; ella me ya me había visto, pero no había interés en eso; mejor, mejor reír en cosas vánales… ¡ahhh! quisiera ser romántico, me gustaría que este texto en vez de ser un montón de pensamientos fuera algo no tan <>; ya veo algún lector, con trauma de genio, intentando descifrar mis pensamientos en esta lectura; pequeño joven lector, no será falta de respeto, pero soy egoísta; no pienso dejarle a usted toda la verdad, porque no valorará mi vida, dirá que es una estupidez escuchar o leer a un viejo que vive de recuerdos; si supiera que usted, joven, vive más de sus recuerdos que yo; no me pida ser más abierto, usted se siente un conocedor de la vida ¿no?; seria tal vez más sincero si no tuviera tanta información en mi cabeza; me he vuelto desconfiado, mido mis palabras, se lo que digo; si se me olvida lo que dije, no importa, no tengo miedo, puedo volverlo a decir sin recordar que lo había dicho antes; ¿ve algo de inconsistente en eso? pues viva lo que yo he vivido; usted siéntase afortunado, por poder hablar con ella; si, con ella; aunque no la conozca; usted tiene más probabilidades de hablar con ella que yo… desgraciadamente eso, eso precisamente es lo que me impide estar cerca de ella; ¿porque?, veo en ella algo que desgraciadamente ella descubrirá que tiene hasta dentro de cincuenta años aproximadamente; tengo paciencia, pero mi piel no… ¿Les cuento que vi en ella? Jóvenes, busquen ese tipo de mujeres; me he enviciado con ella porque es la única con la capacidad de soportar a un loco, genio y viejo como yo; no sientan que el matrimonio les impide buscar a su pareja ideal; ¡aun existen de esas mujeres!, ¡por Dios!; no son la que el <> es su única palabra; la vanidad es después, primero la familia, primero el trabajo; ¡caramba! ahora solo se ridiculizan buscando a los veinte su independencia y a los treinta un marido con forma de gato e hijos en la figura cuadrada de plasma con imágenes que también son responsables de lo que viven y de cómo lo viven; esta mujer no toma a broma los compromisos, ¡trabaja!, ¡tiene cerebro!, ¡tiene vida!... pero su vida llega hasta donde su vista le permite; esas cualidades… dos; aunque les parezca gracioso, la hacen más valiosa que cualquier chica con camisa a cuadros, peinado despeinado, pelo teñido, bajas notas, pantalones rotos, con más de una pinche puta grosería en el puto diccionario; quizá se arregle, tal vez sea atractiva, pero yo perdí eso hace muchos años esos adjetivos; la verdad jóvenes, una sonrisa, fue lo que me hizo ver en ella su interior; su interior no como vísceras o como su corazón como un poema tonto [se han fijado que a los grandes no nos impresiona tanto la poesía, hace falta más que una metáfora puberta para que la tomemos como una palabra verdadera] verdadera fue su sonrisa, pocas veces le he visto esa sonrisa, es su vestido de gala; da gala de la mujer que es, la mujer que puede llegar a ser; puede llegar a ser la única mujer actual, chapada a la antigua; a la antigua, tal vez por accidente, no importa, pero el resultado fue maravilloso; ese resultado, no se ve tan a menudo; ah, menudo venden los domingos… los domingos… venden menudo; jóvenes, les digo así, porque soy presumido, soy pretencioso; también me gane el derecho a ser como ustedes de alegres, de animados, de parranderos; aun así no puedo desvalorizar mis vivencias; por eso, aunque sepa ser el alma de las fiestas, no es lo que me motiva a existir; se que la gente busca ser recordada; hay niveles de vivir la vida -también soy gandalla, vivo la vida, ¿no te gusto?-; sé que ella, no busca ser recordada en la mente de la gente que busca recordar a cambio de ser recordada; hay un nivel superior, no solo de recordar se vive; que ellos nos olviden, sé que a propósito lo harán… por eso, con ella, por ella; por ella me ha despertado la emoción de vivir… las ganas de morir, de morir junto a ella. Ella no conoce lo que siento por ella, y como la canción; me encantaría verla durante toda mi vida hasta que mis ojos se sequen, entonces gozare el escuchar su aliento, y mi éxtasis será el morir a su lado. Señores, jóvenes, mis amigos; cuando han vivido tantas cosas, no esperas algo tan simple como una mujer hermosa; yo, la busco a ella, por ser ella; su nombre es solo una asignación que, aunque representativa, poco representa lo que en verdad significa; jóvenes, señores, entiendan que no es cualquier señorita; la veo, no puedo dejar de respirar porque me muero, aunque sería fabuloso que mi circulación se detuviera un momento y poder apreciarla mejor; señores, si he ofendido a una señorita anteriormente, les pido disculpas, pero este señor a punto de revivir no puede evitar la comparación entre las mujeres y ella; disculpen señoritas, si es que algunas de mis palabras tenían filo, no me arrepiento, ni me justifico, pero me gustaría que ustedes fueran de este tipo de mujeres, harían de los hombres simples consumidores de oxigeno; nosotros estaríamos obligados a superarnos, tan solo para estar un momento a su lado; esta mujer, a la que siempre llamo como <>, ha logrado eso; hacerme reaccionar en mi cerebro, que aunque mi cuerpo este fallando, aun tengo esperanzas de vida; aprovechare que los dientes se me caigan para comprar unos de mejor calidad y mis arrugas contaré cuando este aburrido; ella, usted; usted, señorita, que en ocasiones siento acosar por mis palabras, acciones e indirectas; usted ha sido la única persona en lograr que yo mueva mi cabeza en su dirección; que mis ideas se inspiren en su imagen e invente melodías inspiradas en las notas producidas por su forma de hablar; ahora puedo estar feliz, señorita; a usted, le debo sentirme así; sentirme sabio, pretencioso, presumido, repetitivo; por usted no me importa escribir pleonasmos y romper con los escritos de amor comunes; por usted, si señorita, por usted me convencieron a contar mi historia a un joven que apenas comienza su vida; ese joven que tiene más esperanzas que yo de estar con usted; señorita, se que jamás lograra sentirse adjudicada en este texto; lo hago a propósito, es cierto; usted no está como quiere, eso es ser vulgar, esta como yo quiero; aunque no sé si yo estoy como usted desea; pero, espero, que entre tanta rima vulgar, tantos pleonasmos y tantos vicios ortográficos, encuentre este joven un motivo; busque un motivo como ella, porque no, la busque a usted; yo no puedo, yo la estaré esperando dentro de unas décadas; entonces ella, será la mujer, la única, la ultima que ve al hombre como el compañero de su vida, a la mujer como el ingrediente principal de la vida humana, a los hijos como trabajadores por su propia vida, al trabajo como la manera digna de llamarse humano, al error como herramienta para estar más unidos, a la debilidad como fuerza principal; muchacho, ya que esta transcribiendo esto, le digo que por más que logre acercársele a ella, no podrá jamás tenerla; que mejor final que los dos -sin usted muchacho- los dos juntos; los dos trabajando hasta endurecer nuestras palmas, por el bien de nuestros hijos; hijos educados con valores como el respeto propio y la defensa por ese mismo respeto, la enseñanza de otras formas de vida; muchacho, estoy cansado, no puedo mantener mi respiración; me canse de tanto hablar, espero esto le sirva de algo; lamento que esto no haya resultado como usted, lo esperaba, ni como usted estimado lector imaginaba; muchacho, se bien que esperaba alguna narración de un hecho histórico o una historia erótica; espérela, tal vez esa narración la tenga tarde o temprano; vea usted, lector, si ha seguido hasta estos rumbos, como mis palabras suelen revolverse, pero no confundirse… eso, señores míos, es lo que pienso ofrecerle, a ella, ¡como que a quien!; un hombre, realizado interiormente, sin depresiones, sin confusiones, con hambre; hambre de estar con ella, de mejorar mis hazañas, de superar marcas, de establecer nuevos parámetros que los poetas denominan amor; a ustedes les llevara más de veinte años lograr eso; yo, señores, les llevo ventaja, me alegra haber nacido así… usted, señorita, ahora esta sorda, no me puede escuchar; ciega, ha llegado al límite, donde su realidad muere pariendo su imaginación; cuando logre verme, espero cumplir… pero, ¿por qué digo <>?, estoy sintiendo temor, temor de que usted, supere mis expectativas: tengo que mejorar, soy un sabio, puedo ser un loco… seré un loco sabiamente enamorado de usted… Joven muchacho, ya tengo sueño; debo descansar; conozco a varios jóvenes de su edad, pero veo que usted tiene ventaja, porque me tiene a mi; soy quien todos pedirán tener dentro de varias décadas, pero solo estaré para usted; no se desespere si extiendo mis palabras, pero debo decir todo antes de rendirme físicamente; muchacho, no sea impaciente, es indescriptible todo lo que veo en ella; no se apure, le diré quien es ella cuando termine de escribir; quiero que la cuide y no la trate mal; sea cauteloso con ella, esta resentida con los hombres; por más que tengan la misma edad de ella, no pueden ofrecerle ese placer que ella busca; no la asuste muchacho, téngale paciencia, cuídela, protéjala; no importa si ella le hace a usted notar su ignorancia, aprenda de ella, hágala reír, aliméntela bien, acepte su rechazo, busque su aprobación, sienta su tristeza, medite su alegría, asegure su felicidad, goce de su sonrisa; despiértela, que abra sus ojos, no le enseñe, aprenda de ella muchacho… aprenda de ella. Vayan juntos al final de la realidad socialmente construida; entonces ahí, estaré esperándole, para darle a usted muchacho las gracias; gracias por complacer tanto tiempo la voluntad de un viejo enamorado, gracias por escribir al pie de la letra lo que digo, gracias por apartarse del camino cuando llegue la hora; gracias, por entender que la única persona que puede estar con ella, mujer por excelencia… soy yo. Se extiende convocatoria. De: Abraham Arreola Haciendo uso de todos sus derechos y en plena facultad de sus derechos romances, el ciudadano Jesús Abraham Arreola Hernández COVOCA: A todas las residentes o extranjeras, terrestres o alienígenas humanoides, y a todas las féminas con gusto en la pasión y el amor, se les invita a participar en la presente convocatoria. “BUSCANDO UNA SONRISA 2013”. BASES: 1. Podrán participar todas las personas del sexo femenino. 2. La edad deberá ser similar a la del solicitante. 23 años aproximadamente. 3. Cualquier forma de pretenderlo es válida, pero se recomienda para verificar la compatibilidad psicológica y afectiva de los dos, que sea de manera real y directa. 4. Pueden inscribirse individualmente o grupalmente, pero el solicitante sólo escogerá a una, no siendo obligatoriamente la representante la de mayor preferencia. 5. Toda mujer interesada en pretenderlo automáticamente será pasada a la lista de personas “de respeto”, y se le entregará constancia y gratitud por parte del solicitante por el interés de manera vitalicia. 6. La intensidad de la pretensión al solicitante es responsabilidad de la participante, se le recomienda discreción y evitar entregar todo el cariño en el primer contacto. 7. Será constantemente revisada por un periodo de tres meses por el jurado para dictar su decisión. 8. La decisión final que dará origen a las ganadoras, le corresponderá al ciudadano solicitante quien será aconsejado por el jurado sin que estos puedan obligarlos a obedecer su veredicto. 9. La fecha límite será el 23 de Diciembre del 2013. Las categorías en las cuales las participantes deberán incluirse, son las siguientes: AMISTAD: Mujeres que deseen sonreír las 24 horas del día. ROMANCE: Mujeres que quieran conocer y darse a conocer al solicitante, con un buen manejo en la forma de ser feliz, principalmente la risa y el llanto. PREMIOS Dependiendo de las categorías estas serán las recompensas. AMISTAD: Carrilla ligera y pesada según el estado de ánimo de la ganadora, las 24 horas del día, en tiempos de bonanza los tacos el cine serán gratis, en tiempos de adversidad el trabajo será arduo pero compartido. Asesoría técnica en materia de supervivencia social y redes psicológicas. La duración del premio depende del uso en cuanto a valor asignado por parte del participante se refiere. Varía desde vitalicia hasta momentánea y no es responsabilidad de los miembros del jurado ni del solicitante. ROMANCE: Charro cantor estilo Época Dorada del Cine Mexicano, con un repertorio de mil canciones en alta definición. Bohemio de las décadas desde el 1910 al 1990, con un repertorio musical de más de mil piezas para toda ocasión. Un dibujante nivel intermedio básico, con facilidad de retratar cualquier rostro o paisaje. Un tigre en celo, domado para usarlo a voluntad, disponible las 24 horas. Un profesor de matemáticas sociales. Un psicólogo nivel experto todo terreno. El Real Diccionario del Sarcasmo, versión digital. Además de un locutor cuenta cuentos, disponible las 24 horas con todas las noticias del momento y temas de conversación de interés. La ganadora también será acreedora a la versión básica de La Enciclopedia del Saber con más de 10,000 años de historia e información útil para la compresión de la existencia del ser. La garantía de este premio, dependerá del uso y no es responsabilidad de los miembros del jurado ni del solicitante. EL JURADO Estará conformado por grandes personalidades de la vida del solicitante. Josefa Armendiz Treviño – Madre del solicitante, mujer de 60 años, experta en descifrar pasiones. Arnulfo Gutiérrez Borrego – Vecino del solicitante, hombre de 50 años, experto en críticas personales, con más de 30 años de experiencia en herir personalidades de carácter frágil. Ramón Alfonso Cabrera – El bravucón de la colonia de origen del solicitante. Experto en golpear a todo ser viviente, útil para demostrar la valerosidad y gentileza del solicitante e incentivar a las participantes a seguir en la convocatoria. Doña Pueblito Meléndez – Experta reconocida en “Chismes y más” en el municipio de origen del solicitante, más de 70 años en la industria de la comunicación urbana o “underground”. En su lista de logros se encuentran 1,762 peleas; 4,645 romances y 7,124,765,324 divorcios. EL SOLICITANTE SE COMPROMETE A: En caso de escoger a más de dos participantes, el ya mencionado solicitante será descalificado y la convocatoria será cancelada de inmediato. Sin que esto signifique que los implicados dejen de frecuentarse. ANEXO I Se recibirán además todas las convocatorias de las mujeres que deseen que el solicitante aquí presentado participe en su concurso romance. ANEXO II A todas las lectoras que no se han animado a participar bajo los siguientes lineamientos, pero se interesan en el participante, se les extiende la siguiente convocatoria. BUENOS DÍAS AMOR Temática libre, sin bases, categorías, lineamientos, jueces o fecha límite de entrega. Informes, directamente con el solicitante. Convocatoria recíproca. FINAbraham Arreola Era la tarde del otoñoen que la calavera llegóestaba poniéndose un moñoy de repente se cayó.Cuando se levanto la calacamiro un blog rechonchitoy dijo, "este está rechulome lo llevo en mi morralito."Y con mucha, mucha calmapost por post se llevó,la tremenda de la muerteel blog bien vacio dejó.La muerte esta enojadacon politicos y narcos,porque no hacen su chambay encima le hechan los cargos.Ya se me fué el internety la muerte tiene la culpa,le encanta hacerse tarugaviendo a ese que dice "Mire usté"Ahora si que mate a la metricala calaca, conmigo no tendrá piedadlas calaveras no siempre son tetricasaunque siempre rime con verdad.Tun data, tun data, tun data...Y es que ya no estoy enamorado,como hace un tiempo creí,más bien, estoy agonizandopor que me quiero ya ir de aquí.Los enamorados y la muerte se parecenluego dicen sí, luego dicen no,aunque alguna diferencia ha de haberaunque todavía no la encuentro yo.Amor mio, mio, mio,hay viene la muerte a por tí,no le digas siquiera pioque yo te cambie a por mí.Que bonito es ser como yo,un buen amigo de la huesuda,y si hay alguien que me la sudami amiga, segura con él ya cargó.Amor, yo no lo necesito,lo quiero es mucho tequila,el campo me trae comiday la muerte la bebida.Tun data, tun data, tun dataVi mi foto en un altarcito,que puso mi nieto el mayory el muy descaraditopuso mi foto en ropa interior.Niños mendigos de estas épocas,ya no saben siquiera rezar,al camposanto me llevaron réplicasde "no cobertura en su celular".Tun data, tun data, tun data... Ahora resulta que nuestro amor,hasta que la muerte nos separe;amiga huesuda hazme un favor,llévate a mi vieja a casa de su madre.Y que me responde la muy conchuda:Ahora resulta que soy la mala,sólo porque yo te doy de comer,nomás falta que pidas lanapara irte otra vez a beber.Y sigue todavía la condená.A la muerte la estaré esperando,para ver quien tiene más faldas,quiero ver si es capaz de lograrlode cargar con un puerco a su espalda.A jijo... puro amor apache.... Casi se acaban mis versosque hice para este blogya saben que si no les escribocon la muerte entonces estoy.Pero no crean que andaré muerto,ella y yo somos bien cuatesandaremos en algún huertocomiendo bien conchudos cacahuates.Sólo algo nunca olvidenque la muerte es bien canijano más, para que ya no votenpor otro copete de Televisa.Ya con esta me despido,me estoy haciendo maje aquílos veo en el camposantocantando ya muerto y feliz. RIPAbraham Arreola Hoy es una noche pesada.De esas en las que escuchas voces macabras, que en realidad son ecos de los ruidos de tantas fiestas: pero son en realidad su verdadero sonido.Regreso de trabajar mirando la hostilidad de todos contra todos, sintiendome atacado por cada paso que el camión me obliga dar hacia atras. La solemnidad de unos ensombrece el ambiente y las carcajadas cual animales en celo enrojece mi contexto: bestias de dos pies con garras nuevas, garras que tienen sólo por un tiempo, sólo dos veces al mes.Bestias de dos pies.Bajo del autobus, las nubes en la noche tornan gris el cielo negro y los autos pasan a gran velocidad, me extraña porque esto pasa si siempre lo hacen con precaución.Hoy el desenfreno es lo importante, morir en un choque de apasionante metal les fascina hasta... hasta la muerte.Y hoy, llegando a mi hogar, salgo deprisa pues quiero tocar un poco el piano al aire libre.Pero el aire esta enojado, me trae ecos macabros de ruidos: salones de fiesta cuyas resonancias dejan atrás su música para traerme risotadas lentas y graves, que es en realidad su verdadero sonido.Me intimida la noche, la maldad humana se esparce esta noche y hace que esconda mi instrumento ante el rugir de un animal oscuro.La vida en rosa, era mi primer tema a interpretar. Ya nadie cree en ella. El viento me advierte que regrese, que vendrá en la noche una malicia humana, que me hará como ellos:Como esos que se emborrachan despues de trabajar o estudiar. Y terminan dormidos, peleados, muertos... vendidos ante el alcohol.Como aquellas que pretenden a cuanto hombre se les cruce, para ocasionar una ola de muerte.Como aquellos que viven aprisionados en su trabajo e intimiadados por su jefe, y que en la noche de esta noche, salen cual serpientes buscando hurones.Chaneques urbanos, transforman metal y papel de paga en gran maldad humana.Pido a Dios fuerza, y lo cuento para quien sienta eso, sepa que no esta solo... aunque entre esa persona y yo, exista muchos kilometros de distancia.Regreso a mi hogar, la noche es muy triste y me dan ganas de llorar, la humanidad esta sumergida entre tanto mal. Cada cuatro años ocurre este evento. Un día más al año. Un día más donde puedo gastar mi tiempo en abrazarte. Un día más donde puedo usarlo en trabajar. O cumplir un sueño... por un día... un día más. Hoy es 29 de febrero del 2012. Y no volvera el 29 de este mes hasta el 2016. Te disfrutaré como si fueras mi cumpleaños. Como aquella despedida que sabes que será larga, pero que al final de un tiempo largo, volverá... para irse otra vez. Un día más que es un día menos. Un dia que no he planeado, debería ser así. Hoy es el día de aprender que en ún día, mil milagros suceden. Que en tan sólo 24 horas adicionales a las ya establecidas: más de millones de segundo morirán. Y en un segundo un beso y en otro segundo el segundo beso. ¿Y en millones? ¿O en miles? Es un día de regalo, un hiden bonus. Un atardecer queretano de regalo. El alba que adorna la corona de los cerros. Todo un mundo en tiempo y espacio... para tí. Sólo... tomalo. Este, si es un día libre. FIN De quien será la noche me pregunto... debería salir de mi cuarto donde ahora escribo estas lineas breves...¿Existirá un lector nocturo para este escritor de tercer turno?Dónde deje mis cuentos quiero saberlo, pero la noche me intimida y viola mi lucidez: veo conejos dorados perdidos entre graznidos de un pez.Puedes leerme, eso es cierto, pero: ¿puedes sentir al leerme lo que yo al escribirlo?Que es un escritor sin lectores... un arbol que en silencio cae, un niño abortado, el llanto que en carácteres representados en código binario se limitan al llenar espacio en un disco duro lejano propiedad de un servidor comercial cuyas frecuencias electromagneticas son limitadas o intensificadas hasta rebozar por el astro rey quién fotositetiza en fragmentos macroscópicos la unidad mínima de la poesía que es tan común en estos días y a su vez tan escencial como poder redactar sin faltas ortograficas sólo para llenar en extractos rectangulares de poco espesor una expresión encefalica que no es más que un reflejo de la libre armonia que todo el sistema digestivo ha creado para el corazón.Pero: Si no estas tú.Mi querido lector.Que sentido tiene escribir. lkjblkjblkjabñoY)(Y098ñalsnñalke{lñkmasdf3w51a351a3w54asfw4n08nNÑLKNñjnñklKLjbljkblkjblkjabuih´{wijfkhslñkdjvnkdsjajkdñalwij{aklsdmf{awoejfpawipsfnawoifnapowifnañwl{nf{aisnfaspaoinni{´niñoin{ñlin´ñ0ow9hawinpionpi8h´p98h0ublñkjbaiw3u498aw7fbaw3hrw3rnawadsnfpoi4wnfpowiaenf´w9a8nhfaosifn280nwoeifnaw89fnawfn2'40h9naw09fn4a8pnersaoinoisnd+pwng{hakh+'m{alkvndñ{ajpsovna+{spdvna04´9jsdvopjgnhg0ngnipoinadfghapih09'90j4'890hj9ajfhNAÑIshpioahpaosdf{IHPoióni{inasódifna}spgnw+4niasinagw3408yh Viviendo la distanciagozando los momentosaqui andamos genteno se me vayan a aguitar. Volverépara todos juntosponernos a cantar. no estaría aqui, pues no acabaria jamás de escribirlo. Cuando lo superas todo,cuando nada te importa,cuando te mira el loboy no te acongoja. No quiero abrazos,dicta mi canción de amorQuiero abrazar. No quiero amor,quiero amar,quiero amar... Cuando te sobra estiloy no celas tus motivoscuando cantas sin sentidoy viven tus sentidos. Solo una palabra esla cambia en mi frase diariaamar por millareses lo que pide mi alma. No quiero abrazosni sentirme amadoquiero abrazaramar sin abogados. No quiero cariciasquiero acariciarno quiero ser hijoquiero ser papá. Cuando ni el viento puederobarte un suspiroes cuando estas enamorado Cuando aquel hombre te muerdesin darte un motivoes porque estas del otro lado. No quiero que me amesoh mujer sos divinaquiero que me cantesamame más, todavia. No quiero que me matentampoco quiero matar:no quiero que me cantencuando decida callar. El tenia amigos y se sentia dichoso.Era un hombre grandioso. Rodeado de amigas, de amigos, de todo lo que un chico bien puede pedir: salidas a bares y lugares de altares al sexo. Para que al final de una borrachera se diera cuenta que estaba solo en realidad. Se hizo solo, se sintió grande, pues era grande, pero no tanto, su ego le hizo voltear hacia abajo y mirar, y regresar. La gente lo admiraba y el entrego lo poco que habia recuperado de si mismo. Regresó al salón de la tristeza en el mismo lugar donde les entrega sus sonrisas sinceras, tan valiosas para él, tan comunes para ellos. Y se volvió a dar cuenta, que fue un autoengaño su vida al creer que siendo un solitario se vengaria de ellos: la venganza nunca le trajo más que pensamientos distraidos. Ahora... Se va. ¿Volvera?Quién sabe...Él sabe. Y no volvera. La fantasía se traduce en bellas palabras que marcan nuestras limitantes para demostrarnos a un nivel subconsciente lo mal que estamos pero lo bien que podemos soñar. Aquel gato dio un buen trato para recibir un gran plato. "Que tu único consejero sea tu corazón"Abraham Arreola Véanlo como quieran, es interesante la frase incluso para un doctor especialista en cardiologia. Cuando comprendí la frase mi presión sanguínea permaneció igual, mi digestión siguió dándome lata y el dedo lastimado que me dejo una mordida de perro casero no sanó de milagro. La frase es tan simple y tan ambigua, que bien podrían decir que es demasido cursi y estúpida: ciertamente un estupido le encontrará ese significado. Una llave que abre puertas; la gente esta decepcionada porque sólo abre porquerias sin darse cuenta lo que ustedes ya estan previendo; la gente tiró esa llave ahora desprestigiada a la basura y un viajero la encontró. El viajero miró esa llave con otras que ya tenia, juntó las llaves estrategicamente: la llave encontrada encajaba perfectamente en aquel rompecabezas, una pieza que encontraba sentido entre tantas otras, mejores que ella pero al fin, habia encontrado su verdadero signifcado. El lector consentido ahora estrenando gafas y pelo largo miró atentamente a la frase, recordó el consejo que le dio a una querida amiga y quedó pensando... se hechó a la cama para descansar pues le parecía que la frase era digna de una tarjeta de felicitación de esas que venden en las papelerias. Despertó sonriendo, la frase tenia más sentido de lo que parece, pensó: y se fue a trabajar. FIN. Porque si continuo dejaré a un lado mis deberes, fin, con la finalidad de finiquitar esta frase proveniente de finados instantes que serán cobijados en la fineta financiada por el recuerdo finido de mi vida que en la finca final de aquella finable historia miran con finura la fina finiestra y aquel finchado mediocre que se finta a sí mismo en un finamiento sin fin... Eres un como un gran diamante nuevo:Bien Bruto. En ocasiones, no es el "porque" lo que buscas, sino tan sólo un "..." Queria poner algo en el face, pero me gustó tanto, que mejor lo publico aqui. La jarra blanca que a tantos vasos mal agradecidos dio agua: volvera a la fuente. (Originalmente el cuatro de marzo del dos míl once) Siempre esperas que de tus escritos ganes popularidad y elogios sin fin... que te pueden decir los gatos que no sea para alabarte. Es grandioso recibir elogios; que por cada mini ensayo te den aplausos, que gracias a tu literariedad te ganes un asiento en el lugar de los tristes o una plática con los hipocritas. Vale, que me han elogiado, seguramente estoy bien, así voy bien; el avance es nulo, ¿dónde está el progreso del artista si no fuera por la competencia? Los competidores no son enemigos, son maestros. Los elogios sirven para ganar dinero, pero no para hacer amigos. Anda pues amigo, vete a recibir piropos de aquellos sin alma; pero antes, mira cómo has dejado de ser autónomo, y esperas a que te digan lo que debes hacer. Estás muerto, te has viciado de tanto éxito falso. Porque después de que los hayas cautivado con letras, deberás atraparlos con tu fuerza física, despues seducirlas con tu humor encantador... te haces mil: mil pedazos. Y crees que es correcto aguantar tus sentimientos sólo porque al expresarlos ya no serias popular; así que a cada enojo tuyo, maldices en tus adentros, adentros del baño escolar, y cuando sales te lavas la cara para encerrar tu coraje: ese coraje, te hace humano, pero al guardarlo se va pudriendo, te hace mierda. No temas al regaño y burla; los halagos te empalagan, sus abrazos te asfixian, sus manos te ciegan. ¿Que importa si se ríen de tu lengua escrita? No copiaste a nadie: tienes voz propia. Anda pues, lánzate a la verdadera vida... y haz que tus escritos pasen al frente, que sean atacados, que mueran miles, no importa; cuando veas al primer sobreviviente, y mires hacia atrás, verás tu evolución: que no lograras si te entretienes en ser amigo de todos. Entre miserables satisfacen sus deseos, ellos se solapan sus perversiones. Ellos, siempre te aplaudirán, jamás querrán quedar mal... Recuerda al gato, que se acaricia a si mismo contigo, te llena de pelo: crédulo, te alegras porque te quiere. Ahí te hablan tus amigos, para ellos eres indispensable. Bueno... tal vez te moleste saber: sólo eres un perfecto imbécil. Es por tu bien enterarte. No pasas de ser la mascota de un grupo de humanos, ya que al primer fallo, te irás: sólo te quedará la envidia de ver cómo los errores de otros, y más graves que los tuyos, se justifican con la frase de: él es así. Dime pues, ¿te crees autentico?, o ya captaste que eres un ser de diversión... Pero si tanto te gusta estar entre los aplausos, quédate pues: los aplausos son falsos, por lo que tu ego no es tuyo, y tú, no existes. No te admiran por ser exitoso, te aplauden por ser bufón. ¿Acaso crees que recibo siempre elogios? Si tanto admiras mi actitud hacia el mundo, deberías ver lo que viví, lo aprecio porque no fueron abrazos fuertes ni invitaciones a beber tragos lo que me trajo hasta este lugar. Pero, si sólo sabes admirarme, elogiarme y decir que somos amigos: ¡largo de aquí! Con mi orgullo, que es sincero, me basta para seguir caminando. Que un amigo de verdad no te apapacha, te reta: te hace mejor. Para eso fuimos bebés y luego niños, para causar a todos un suspiro y sentarnos a impresionarlos porque ya sabiamos multiplicar y cantar ópera a los cinco años. Pero bueno, es lo que te puedo decir; desaparece de mi vista, me eres molesto, no te puedo dar todo lo que tu quieres; !anda¡, !indaga¡, !vive¡; esperas que por tu cara de imbécil me causes ternura y te diga todo lo que sé... no es por ser codicioso, pero no entiendes lo que es esperar un mes para comprar un libro de diez pesos, extiendes la manita y todo cae: hasta tú. No te hagas, naciste becerro: pero te volviste buey. No soy amigo de los que gozan arrastrándose por la mierda y que gustan ser la silla de cualquier posadera flatulenta, de esos que sonríen a todo el mundo y se comportan exactamente igual a cómo con los que se están juntando en ese momento: no pienso dar un minuto siquiera de mi vida a un parasito como tú. No te daré las partituras de mi vida. FIN Todos los aforismos incluyendo el texto contextual, son propiedad de Abraham Arreola; cualquier copia no valida será considerada como una mentada de madre al autor, por lo que pedimos que si se lleva: pues: la tuya.Debido al discurso del texto se aceptan criticas: escríbalas en un cuaderno y luego quémelas en un ritual de purificación de estrés. Coma frutas y verduras. Permiso CEGOV: 87-57-65-78 exclusivo para la zona metropolitana.Todos los derechos reservados, los zurdos están libres. << Inicio < Ant.
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Fin >> Que chico tan presumidoquiere ser "inolvidable";con su carácter afablenos llegó su remitidodel modesto consentido.Pienso que su sueño ansiado,recientemente expresadose inscribe en no puede ser,pues sería reconoceruna justicia viciada. Lo que bien está a la vistano necesita anteojos,solo parecen antojosde mente poco realista,que escribe desparramadocon un ego alborotado. Algo menos que un soneto,quizás más que un sonetillo,yo le escribo a este chiquilloy le dejo un saludeto. El chiquillo que yo miento Un hombre bien adulto es, pero quiero ser cortéscon un juvenil acento.
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