Jul 14, 2013 Apr 10, 2013 Apr 03, 2013 |
Pues ¿qué he de decir? Lo conocí hace tiempo ya.Yo tenía 17 y él 25, no sabía a dónde el auto iba hasta que se detuvo frente a una casa cuya puerta parecía de algún preescolar.Mi tía y yo bajamos del auto y él abrió la puerta. Nos miramos, sonreimos sin querer ocultar esa chispa que se había encendido ya.Él vestía de una manera extraña, pero bueno, era comprensible, era domingo y estaba en su casa; camisa floreada color naranja, pantaloncillos cortos, negros y abombados, sandalias rojas, una gorra bicolor y unas gafas hipsters sin mica.Mi tía rompió el momento y preguntó por el licenciado. Sore nos mostró el camino y encontramos al licenciado pintando las paredes del garage.Mi tía emocionada saludaba al licenciado como si hace tiempo no se vieran y yo esperaba que Sore volviera. El licenciado animado por las visitas llamó a lo lejos: "Sore, ven hijo, quiero presentarte a tus primas".Espera ¿sus qué?En ese momento Sore y yo nos vimos con cara apenada pero cómplice; nos habíamos gustado y minutos después nos enterábamos que éramos primos.Esa tarde comimos ahí y yo evitaba a toda costa cruzar ya mirada con él. Recuerdo que antes de probar la sopa, me levanté y pregunté por el sanitario para lavarme las manos y Sore me llevó al baño más lejano de la casa entera; mientras el agua caía, él me preguntaba cosas de mí, talvez irrelevantes, pero al voltear a verlo, él me veía, no como a su prima, sino como a la que sería su mujer. En la sobremesa rezaba por que no me hablara pero lo hizo, se dirigió a mi y preguntó cuáles eran mis planes de vida; le conté que pensaba salir de la ciudad para estudiar literatura entre semana y criminología los sábados; él me contó que era cineasta. Hoy apareció de nuevo.Dice que quiere pasar la vida entera conmigo, pero yo creo que ya es muy tarde.Lo ví hace semanas; nos sentamos a platicar y a beber té, él llevaba rosas que no entregó, mas las dejó frente a mi asiento. Caminamos después, nos dimos la mano y nos recostamos en ese pasto falso mientras veíamos al cielo y reíamos estúpidamente por cosas que no importaban pero nos acercaban; esas, esas cosas que nunca compartimos, por miedo a no ser quien el otro esperaba.El cielo nos mostró una parvada hermosa que voló sobre nosotros, aun teniendo todo un cielo por escoger. Me pregunto aún si algo habrá sigificado.Me dejó a la puerta de mi casa y al despedirse, vio mis ojos y me dijo: "te amo infinito"; tuve ganas de llorar, por más que quisiera evitarlo, sabía que esa era la última vez que escuchaba esas palabras de su voz. Eros me habla de tí...Eros dice que piensas en mí y que quieres de mis labios tanto como yo quiero de tí.Te quiero como te quise el día que te vi, pero no como los días que pasaron enmedio, porque en esos días, te odié.Ágape me dice que tuve razón, que nos amábamos con la fuerza de mil tormentas, que cuando la tormenta nos arrastró, teníamos que parar; teníamos que alejarnos y sanar...sanar solamente y volver a estar juntos, que no había otro destino posible, pero no sanamos, Sore, no sanamos, sólo nos dañamos, nos despedazamos enteros.Eros me habla de tí en las noches y en los días cuyas noches sueño contigo, que tu aroma y tu sentir son permanentes en mi piel y tus ojos de lágrimas delatan que me extrañas.¿Qué hemos hecho, Sore? Nos matamos y ahora que volvemos a vivir, no podemos evitar recordarnos, añorarnos y extrañarnos con la fuerza de mil mares.Estás lejos, Sore, lo estarás después de mil miradas más. No hablo de mil días, sino de uno, de uno solo con mil y más miradas, de amor, resignación y gritos que debilitan el alma.Dame unas horas Sore, no te vayas aún. Puedo sentirlo. Tu corazón sigue cosido al mío y sé cuando sufres, cuando tratas de olvidarme y cuando quieres partir.Hoy no te quieres ir, porque me extrañas. Caminaste por el puente una vez más y observaste el sol al momento de su partida. Apuesto a que pensaste en mí. En nuestros novecientos noventa y nueve encuentros voluntarios y en ese único coincidir.El día que pedí tu nombre al viento ¿lo recuerdas? Te llamé sin que lo supieras y llegaste.Cabello largo, suéter azul ¿cómo podría yo olvidarte? Eros y Ágape aún me hablan de tí. Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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