Utilizar la poesia como metodo de autoaprendizaje y autoconocimiento. Purificar el ser a travez de la palabra y hacer que la belleza brote desde la piel.
El tiempo nos regalael desencanto. Ahora veo en detalle los poros de tu pielAquellos descuidos,hoy no los perdono. Disuelto el fervorVeo mejor. La sabiduria del cosmosposee la razón de alejarme de ti Y tu presencia,ya casi,se torna ausencia. Con un cansanciolleno de nostalgiasuspiro,te nombro,olvido.
Felicidad fue aquel momentoinfinito como mapa de estrellas (todas) Felicidad bajo la ausencia del solespacio donde en vela hubimos conectado Que mi pecho se adornóal adorarte. Cuando vi tu rostro tenuementeiluminado por la claridad del un candelabro. Revivirlo a veces consuela... Escribirlo te trae conmigo.
Se distinguían desde lejos, dos siluetas contrastando en un cielo crepuscular. Caminaban el uno hacia el otro, por un sendero, a su encuentro. En un árbol de bastas ramas desnudas culminaron unificando el camino, dando los últimos pasos antes de detenerse, sobre un suelo de tierra ferrosa, alfombrado de hojas secas. En aquel prado donde las violetas flores silvestres danzaban a ritmo de la brisa (dando color al paisaje), estaban ellos, erguidos, de pié, el uno frente al otro, él frente a ella. Él observaba fascinado su cara iluminada por un as de luz el cual el retroceso de una rama dejaba al descubierto, bailando también al ritmo del soplar. Aturdido de tanta claridad, hipnotizado por la exacta silueta, tal como esa imagen interna (que solo él posee). Sin permitir ni siquiera una palabra, tomó coraje, un corto suspiro, y posó sus labios sobre los de su amiga, que aún conservaban sabor a frambuesa y el singular perfume de sencilla mujer. Cerraron los ojos y se dejaron transportar por el canto de un zorzal posado en la rama más alta, quién estaba decidido a no dar lugar a que el silencio los despertara de esa ilusión de un mundo detenido, inmóvil. Concluía el beso mientras él retiraba lentamente la cabeza restregando los ojos, a su vez ella le apretaba con dulzura la mano y separaba con esfuerzo los labios que no lo querían abandonar. Fijó la vista en ella toda y apretó con fuerza los párpados hasta ver manchas luminosas tratando despertar. Pero ella, es de aquellos sueños, que dormido no se sueñan.
Hundir profundo un pensamiento En un no vago recuerdo Anhelando revivir Cada palabra, cada fragancia, cada momento Experimentando un caudaloso Arroyo de sensaciones Dudar de la realidad Con fragilidad de cristal Soñando que sea eterno Volar al ras del suelo En prados de amapola Una luna pintada, cándido mandala. Hasta ver de nuevo tus ojos Candentes ojos En un fondo de rosedal Y así tentar otra vez un ilusionar. Que el hoy fluya con el rio Sin subir tras un espejismo Donde hay gravedad Súbita luminidad Tejiendo un sendero Paralelo a un camino ajeno Pasos a ritmo encantado Por un latido guiados Curtidos del pasado.
Consuelo no existepeor desiertotampocosupongo que envidia es,cuando en otra pielanhelo vermeverme para tenerte,tenerte y descontenerir soltando de a poco el airepara no ahogartey asi, juntar poco a poco mis piezasarmarmehasta ser yo otra vezsolo vos podes devolverme
No es más que un desierto Una habitación sin sonido Donde no existe la calma No existe un sentido Mi oasis, vos Mi esencia, vos No veo consuelo al resucitar Prefiero dormir, no despertar. Un grito mudo, Un corazón desnudo Sueño con puñetazos al diablo Ríe y ríe…y no le hacen daño. Como un trípode de dos patas En quien rige el constante desequilibrio Quizás en busca de un alivio, Un Dios guía de mi destino.
Quizás es otra de esas noches de ciertas figuras las cuales tras un vaso se vuelven difusas. A quién quieres engañar si tras una curda segura se refleja tu grito de ayuda ya ahogado de intentar Noches nuevas, y la verosimilidad, se siente enclaustrada, en una imagen destruida que nunca abarco la verdad Quizás creas que tu idea es incierta pero con ya tan poca certeza tu pasado, no despierta sólo, vuelves al zaguán, recordando la simpleza.
Un plato vacío De tu locura, el delirio Rodeado de bultos, Una pieza de pan, Un colchón desfundado, Y un domingo que de por sí, Suele traer consigo un aire abandonado. Una súbita desgracia, Se oculta en ese viento que sopló oxidado Y que cada tanto su brisa, odiosa brisa, Lentamente te trae ese vil recuerdo. Cuanta nobleza puede haber En alguien que jamás conoció la dignidad. Cuanta certeza puede tener Una mentira que oculta una verdad.Que sabia tu mente Reacciona a lo circunstancial Evita el colapso creando al delirar La LOCURA Quien te acompaña, te apaña Hasta el final Infinita resulta la ignorancia a veces, Hay quienes la llaman enfermedad.
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