Cuando desperté todo me resultó extraño.Miré a mi izquierda y comprendí por qué.Estiré la mano,y toqué el cuerpo que se extendía a mi lado.Estaba caliente,aunque podría jurar que era un cuerpo muerto.Ya nada era igual.No sé por qué elegimos engañarnos con los espejismos del pasado,de algo que ya no puede ser.Y ambos lo supimos al despertar.Nos miramos y no nos vimos,nos besamos y no nos sentimos.Ambos estábamos vacíos,solitarios,exiliados del amor que nos unió un día.Fue triste,y doloroso.Aunque ya no podíamos sentir ese dolor.Porque todo lo desperdiciamos,porque todo lo perdimos,porque,nos ocupamos de nuestras metas individuales y eso mató el amor que nos unía.Asesinamos el futuro que juntos habíamos imaginado,y seguimos como si nada hubiese ocurrido.Entonces todo se enfrió.Las miradas,los besos,las caricias.Pronto nos convertimos en un hombre y una mujer más,que entrelazaban sus cuerpos sin sensación alguna,tratando de buscar en unas horas de cama,lo que hacía meses se había perdido en la nada y el olvido.Los recuerdos son como fantasmas.A veces las personas también lo son.Sólo nos quedan fantasmas perdidos en lo recóndito de nuestras mentes egoístas,sentimientos escarchados en nuestros corazones mezquinos,y un cadáver.El cadáver de nuestro gran amor.
Noelia Terrn Torres
Un beso.