Nov 16, 2010 Nov 09, 2010 Nov 01, 2010 Oct 31, 2010 Oct 30, 2010 Oct 26, 2010 Oct 23, 2010 Oct 20, 2010 Oct 19, 2010 |
El lenguaje es la propiedad privadala propiedad es el lenguaje de lo privado.Si la propiedad privada es un robo¿el lenguaje es un crimen?Es criminal entonces el lenguaje de la propiedad privada. parísun borracho vomitando sobre el asfaltolenguas saliva copiosa sobre el cuerpo del cadáverunos anteojos sobre la mesacafé un cigarro cubano bajo el rayo del solpalabrasestilete contra la mentirahegemonía de la mentirabajo la noche fresca de veranoel padre solitarioen queja por su críanacerenfermarvivir enamorado de simplemente viviro del éxtasis de la mentelas pasiones abolicionistas me aborrecensi es de carne y huesono es un diosno construyas el mito sobre las espaldas de los que piden pany les dan huesopero si ganan¿a quien le cortan el pescuezo? Frente a la Plaza Congreso, cantando una melodía aborrecible ante la indiferencia de todos. Aquella cantante solitaria, estaba acompañada por un hombre silencioso parado a su lado. No parecía amor, ni comercio, era más bien una soledad inmensa, que hedía a cadáveres destripados por la metralla, de cuyo vientre salían larvas de gusano transformadas en mariposas. Podría haber pensado en un amor que dolía tanto que su única redención era un exilio infinito en el recuerdo más atroz. Transeúntes que olían a sexo rancio y se tiraban pedos bajo la luz de la luna, seguían de largo. Y aquella cantante, morocha, regordeta y su acompañante calvo, delgado y silencioso se mantenían firmes con aquellas melodías que recordaban el trago de la cicuta de Socrates o la carga de la derrota de los soldados en una guerra sin sentido. La marcha ligera de los autos fue el final de aquel pequeño recital condenado al olvido. una muecael vuelo de las moscas en la mierdaun bostezo a las tres de la tardefrente a la pantalla una pcaburrimiento eternoun piedra perdida de cocaínabesos soñadosel fin del mundoun cuerpo estallandoen la estación de Estambulpájaros negros sobre el cablela garrapata sobre el huesohace su tarea,no hay ángeles borrachos durmiendo en el asfalto. Espero mirando hacia el techo en la oscuridad. No busco a Dios -su idea hace todo tan vacío e insoportable- Espero encontrar héroes manchados de barro y sangre, pájaros negros de mal augurio. soñé estar intoxicadoun pie sobre mi espaldaen la penumbrasombras viejasal ritmo del vientouna uña filosa desgarrándome la piel.soñé muertehomicidios perpetradosen la oscuridadmurallas cubiertas de arenaejércitos de terracota batiéndose en las tumbas.soñé viejos amoresy solo hubo silenciosangustiasamaneceres helados. mueca de patopico de patocagada de patopato a la naranja,pluma de patoen los abrigos de un infierno.vuelan los cartuchos y perdigonessobre el cadáver del pato blancoy el graznido desesperado del pato negroexigiendo que a éltambién le llegue la muerte.un solderramándosecomo mancha venenosasobre los charcos ylas alcantarillas;pate de foiel pato lucaspedófilo violadorde niños inocentescon sam bigotescomo cómplice y socio.yacen en el lagolos cadáveresy los huesos.sangre de patoen el rostro del verdugo. escupe en la vereda un salivazo blanco y esponjoso, da justo contra el cordón, queda colgado como un hilo elástico que se resiste a caer sobre el desagüe. -debo de estar podrido, dice.ensimismado en su bolsa de merca, mete la moneda saca un montón y jala, snife, uno por orificio.es un tipo duro, cara llena de hoyuelos, nariz partida y barriga. Tamaño medio pero fornido. esta noche, particularmente, el hombre lleva una borrachera extraordinaria y quiere mantenerse en pie.no puede moverse de la dureza que lleva. es alto y desgarbado y tiene cara de que nada le importa. toma su merca de a monedazos para darse valor. Para para no tener que dar explicaciones por sus actos. si viola, la culpa es de la droga, si mata, la culpa es de la droga, si roba, estaba zarpado. Una buena manera de no hacerse cargo. moquea y se lleva los dedos a la nariz. Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx era un turco bajito y regordete, pero su mirada asustaba. era el dueño de la vida y de la muerte. un séquito de matones haciendo ostentación de armas, anillos exagerados en los dedos pequeños y regordetes, un rostro lleno de arrugas y un aceitunado color a muerte. -Caeremos como peronistas, le habia dicho a Unamunu cuando este le pedía que soltaran la mano de Isabel.dijo convincente.-pero muchachos, nosotros no fuimos, si llevábamos solo las 38, como cuando vamos al asadito con los amigos.custodio del verticalismo y guardián de la ortodoxia, el rugiente motor de los Torinos anunciaban al barrio que se tenia que vestir de fiesta para recibir al hijo prodigo.-Zurdo de mierda.Pensar que lo llamaban mariscal de la derrota. Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmiro el cielo buscando respirar el aire de la libertad. en las madrugadas le golpeaba la puerta, tomaban vino y cocaína y les chupaba la pija -¿ no estaba preso por violín? esta bien decile que venga.-esta paraguaya hace unos petes divinos campeón. dijo lascivamente.la monto como si fuera un perro salvaje. la pija dura apuñalaba la vagina chorreante de la paraguaya, quien pedía que la hicieran mear de placer. se puso celosa e intento apuñalarlo. la cacheteo, la noqueo, de un gancho, cuando despertó se la estaban cojiendo. se dejaba mamar borracho, mientras tomaba cocaína.así transcurría la vida de un hombre solo.-a estos zurdos les molesta que la gente viva bien.le ofreció buena plata. acepto.un deja vû. Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxeste presente de supervivencia gris, este cuerpo cansado de golpes y de caricias que mienten amor por dinero o cocaína. no hay futuro. una noche un pendejo lindo le chupo la pija. lo denuncio por abuso, maltrato, violación y cuanta perversión hubiera. termino preso por abuso de menores. lo apartaron por puto. hasta caer en la desgracia y el olvido. -me hicieron una cama pero yo se las deje tendida.es un fantasma, un caricatura de quien quiso ser. Le faltaba el glamour del Bambino, y brillar como una estrella. Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx con un caño de metal en la mano se dirige hacia el tipo. camina lento hasta una parada inhóspita de colectivo iluminada por un farol,.-Puto de mierda. le mete un golpe en medio de la cabeza, los sesos del tipo se desparraman en la vereda y el sonido del golpe despierta a la jauría de perros que ladran a una luna lejana. -no hay justicia.pega un trago largo y profundo de una petaca de ginebra y se da un saque de cocaína. es tarde para volver a ser otro. El bigote de gato se ha perdido oculto entre la luna roja ylas nubes. La tormenta perfecta es un hastío, una última charla, elsuicidio de los gatos con capelinas. El hombre tigre devora el corazón y arranca con sus uñas lapiel, dejando desnudos el hueso y las venas sangrantes, de la mariconaculisuelta. Tempestades, maremotos, el agua contra las rocas destrozandolos cadáveres arrojados desde los aviones, en el sonido de las caracolas.Las sabanas y los colchones, los cuerpos destrozados carcomidospor los piojos y, las pulgas, un Stalingrado del amor.Click-click de las agujas del reloj, cálculo del valor deltiempo que todo lo destruye. Una reja pintada de verde y un largo pasillo hacia la puertade dura madera. Toc-toc. Un silencio.Fumigaron los jardines del amor y los gusanos vueltosmariposas asesinan los sueños de primavera. Un puñado de vergas florecen como rosas. Tomando sus tallos sangran las manos con las duras espinas. Regadas de saliva salpican su polen sobre el rostro de un dulce jardinero.Una rosa roja, como Rosa Luxemburgo encabezando la marcha de un millón de furiosas maricas proletarias.Un ojo que espia detrás de la puerta de vidrio a las sombras de la perversión y el delirio.Hay caos. Hay narices rotas y sangrantes. Hay dos amantes viriles propiciándose caricias: rita la salvaje y el hombre tigre. Ella se ofrece su boca como excusado y el agujero del culo, como refugio para aquellos que han perdido la noche en vano. El simplemente se zambulle de cuerpo entero en un río de mierda.Hay pasión por la destrucción. Un Bakunin que delira hasta el orgasmo por las palabras de Netchaev. Una Siberia fria y desoladora en una habitación de un hotelucho de Balvanera. Una fortaleza de Pedro y Pablo que encierra a los que saben el camino a los jardines del amor.No hay derrota sino un compás de espera.Cadáveres y chales cubriendo el cuello de unas damas de barba suave y manos duras que te toquetean el culo hasta hacerlo una masa de pan, que una vez al horno, sera mojado con leche y orinas. Voltaire jadeante derramando su leche sobre el blanco culo de la filosofia. Un derrame de sol a orillas del Sena una rosa es una rosa? Virtuosa razón la guillotina brilla en lo alto del cadalso. El dinero es dios y el calculo ciencia, devotos del tin tin de las monedas, embriagados por el cenas colmadas en las mesas del festín. Robespierre lo hizó posible y su nombre fue sepultado sobre una pila de perros muertos y cabezas tronchadas. La perfomatividad de los sumisos judhit Butller lame sus tetas operadas dulce mana de la academia, el dinero es dios y el calculo ciencia. Entre el cansancio y la fiebre, la lluvia me promete caricias, un café caliente, libros que arrancan fuego de sus palabras, islas misteriosas, guerras civiles y revoluciones. Me acurruca el viento y la paleta gris del cielo. Unos dedos pequeños, como espinas de rosas, como agujas de inyección, inflama mi pecho. Me susurra al oído como un viejo lascivo, toquetea mi culo, juega a encender mi piel con la promesa de un sueño sin sobresaltos. Pero la lluvia, si que es despiadada, destruye en mi toda esperanza en la paz, todo orden que exista sera hijo de la violencia. Y lanza sus truenos como manifiestos. un ultimo suspiroantes de abandonar el lugar de los flashes y las lamparasacogerse a la sombrasilenciosbebiendo a escondidaslos restos de alcoholde los vasos abandonadosen mesas de maderapor parroquianos borrachos y jóvenes prostitutas;robando besos fríoscontra una pareddonde las cucarachasconstruyen su refugiocontra la guerra nuclea el caos:un enterradorsonríe borrachoa las 10 de la mañanaun árbol desnudoen inviernouna mosca zumbaenloquecidaen la ciudad se desparraman las multitudesy todo detallepasa desapercibido El alcohol quemaba mis entrañasy por las sienes estallabauna catarata de fuego.El frío se agolpaba contra las ventanasla silueta de una sombra felinaqueda atrapada en la ventiscade algunas palabras.Como si una cabalgata furiosade amazonas asesinasamenazaran la existencia mismade un rayo de cordura.Mi dulce amorme invita a sus labiospero yo prefiero mordisquearlelos cachetessabrosos manjaresde los condenados al infierno. Alimenta mi lunaun bigote de gatoque se mece en el sueño. Del cuello del hombre cuelga una llamativa corbata rosa con pintitas blancas. Tiene una enorme papada que se confunde con el nudo de la corbata y el cuello de la camisa. Parece un sapo. Su cara es grotesca y blanca, su cabeza luce entradas pronicniadas y una calvicie incipiente en la punta de la bocha, su boca es grande y el sonido de sus palabras grandilocuente. -No puede hacer nada, estas son las condiciones que ustedes aceptaron, ahora no me vengan con que no están satisfechos. Bueno si no hay nada más que discutir, estoy muy ocupado.-El tema de si son las condiciones que aceptamos o no, es secundario. Las condiciones son impuestas, no es una elección voluntaria, ya que la opción es morir de hambre. El tema es que no estamos satisfechos y no tenemos porque estar satisfechos. -Como se atreve usted a hablarme así. Se exalto y la cara de sapo se puso roja como un pepino opacando el rosa de su corbata.-Y como sabemos que a las condiciones impuestas se le oponen las condiciones deseadas y que las condiciones deseadas se logran por la fuerza, venimos a decirle que nos importa muy poco que no tenga tiempo y que desde este instante, usted ha sido tomado como garantía de seguridad mientras ocupamos la planta hasta ver satisfechas todas nuestras demandas.Al gordo cara de sapo se le fue el color de la cara y se le derrumbo la papada. Estaba más pálido que las pintitas blancas de su corbata rosa. Se había creído demasiado aquello de que a los hombres se los manda por posición social. Ahora era una pasa arrugada a quien le temblaban los labios al hablar. Nosotros nos habíamos creído durante mucho tiempo que nuestra situación respondía a un orden natural de las cosas. Ya no creíamos, simplemente nos ubicamos en el mismo lugar que el de nuestro interlocutor.Es la historia que reclama ser oídadesenterrada de los libros y los cementerios, hablando desde las vigas de los edificioslos ladrillos y los cielorrasosdonde las manos obrerasestamparon su firma.En fin,es la lucha de clases, estúpido. el amor sueña con odios nobles y puroscomo gemas de oro en bruto de entre las piedras mientras el odio deseaser penetrado por el puño de un amor cargado de viciospromesas de dolory lujuria;como el borracho sueñacon botellas llenas de alcoholen camas vacíassobre un colchón que irradiahedor y orines.un poco de vidaun poco de muertey mucho de algo indescifrablecomo el vacíoo el perfume humeante del ajo hirviendo en aceite,un poco como todos los días. un hombre con la luna iluminando su espalda batiendose a duelo con sus pistolas desenfundadas cayendo mientras la sangre dibujaba en el aire pinceladas a lo pollock y las balas lo atravesaban haciendo que su cuerpo se contorsione como una marioneta enloquecida. la fria risa de sus enemigos se confunde con el silbido del viento que sopla leve sobre el cuerpo del hombre caído solo en la noche sin haber sabido apreciar el sabor del ultimo beso. Eran mis últimos pesos ... y lo que llevaba en el bolsillo era lo único que tenia para comer y moverme en los próximos días. Sin embargo, y siempre hay momentos donde prosperan los sin embargo, había perdido la cabeza por un par de rayas convidadas por un amigo y snifadas junto a él. Con mi cabeza danzando a mil por horas, haciendo un recorrido frio de mis problemas mientras alimentaba en el mismo registro un deseo caliente de sexo y un pensamiento obsesivo por tomar más cocaína. Luego de debatirlo internamente -alcanzado por la ansiedad- opte por comprar más cocaína, del resto luego veríamos. Llame al dealer -nos vemos en media hora en San Juan y Pichincha, fueron sus palabras. Me fui caminando desde mi casa en Once hasta aquel lugar. Mi estado no era el mejor para corretear por las calles Transpiraba exageradamente y mi capacidad de conversación estaba prácticamente reducida a cero. Una fría mirada paranoica era mí guía. Antes de salir fume un poco de marihuana, para bajar la ansiedad, lo que no hizo más que agregar paranoia a mi actitud. Hacía un calor infernal y yo sudaba a raudales aterrorizado de todo lo que sucedía a mi alrededor: los autos, la oscuridad de la noche, la gente caminando en las veredas, las miradas inquisidoras de los que ocupan la calle para mitigar el calor con algo del fresco de la noche. Un patrullero se detuvo a cincuenta metros de donde yo estaba parado. Dos policías armados con Itakas se dirigian hacia mí. No atinaba a salir por temor a llamar la atención inconsciente de si yo era su blanco, después de todo estaba limpio y tenía tan solo mi escaso dinero encima En ese mismo instante siento una mano en mi espalda. Salte sobresaltado como si todos los demonios del infierno Se hubieran conspirado para destriparme. Era el dealer, saludándome. -Como estas viejo, cuanto necesitas?. De frente a pocos metros dos policías amenazantes con sus Itakas, el corazón latía al ritmo acelerado de un tambor de guerra. Cuando pienso que estoy perdido , atino a ver un gran cartel luminoso:"Pizza", la sangre me volvió al cuerpo. El dealer saca su paquete de entre las piernas y me hace entrega de dos bolsitas. Antes de retirarme, Opto por ingresar al baño de aquella pizzería, los policías, en el mostrador, esperando el favor del pizzero. En el baño, sobre la tapa del inodoro, tomo un pase por cada orificio. Cuando salí de aquel local, sentí el latido del corazón como una nota inspirada de la muerte. Regresando a mi casa, la noche, reiniciaba su ciclo. un estallido de estrellasun coro de orgasmosel sonido de una sarten crepitantela saliva secade un beso viejo.bostezos del recuerdo,mientras arden -bajo el vestido de raso-los pezones durosde la vieja marica no voy a beber cicutani cortarme las venasni arrojarme al asfalto desde un piso diez.no nada de eso.quizás llene mis tripas de alcohol y cocaína,no voy a coquetear con la muertemás que lo habitual,no voy a escribir estúpidas cartas de amorni pegare gritos despechados al amanecer,pero voy a abrazarme a la tristezade las almohadas vacías.no voy a olisquear flores marchitas del romanceo dejarme seducir por la melancolíapero voy a tatuarme en mi memoriatu nombre como una banderahecha jironesde las pasiones vividas. Quizás alguien lo recuerde como buen padre de familia. Amoroso esposo. Trabajador, metódico, responsable en su tarea. Ningún detalle escapaba a su ojo.Seguramente iría bien vestido y su pulcritud llamaría la atención de las damas y los caballeros de los salones y los ministerios.Mucha gente preocupada por vivir cómodamente, lo saludaba con reverencia.Hoy nadie lo admira ni habla de él,seria recordar incómodamentesu aporte al fordismo:la producción en cadena, para exterminar 60000 judíos por día.“Solo el trabajo os hará libres” rezaban los portones de Auschwitz.Martín Eichmann, no busquen un monstruo con garras y colmillos. Reconozcan en su obra,el espíritu del capitalismo. no son tiempos heroicos ni tan siquiera interesanteslas balas no silban a nuestro pasoni las noches son la cuna de conspiraciones.una deshilachada bohemiade pequeñas tragediasfines de semana de reposo o resacalúgubres lunes de opresiónpuertas con cerrojos y en lugar de balcones desfloradoscámaras de seguridadel ojo de un búho vigilante.el amor es una mentira liquidauna caricia fugazcomo toda pretensión de trascendencia.multitudes solitariasacompañadeas por sus sombrasdeambulan en busca de dineroestablecido como única unidad de medida del virtuosismo humano.la poesía ya no sniffa las estrellasni se embriaga de los maressangre sudor y semenartículos del mercadola lengua de la lujuria y las revolucionesextirpadael deseo de estallar como fuegos de artificioadormecido en un limbo de ansiolíticos.la cocaína es silenciola marihuana un perfumelos ácidos una menta fuerteterremotos subterráneos emergerán imperceptibles asaltando la ilusióno seguirá el efecto narcotizante de la barbarie.pasión abolicionista del éxtasisde la historia aburguesada. agotado paso dos noches sin dormiry el insomnioacaricia mis sienes¡maldito sádico!sus manos son ásperasy su susurro un dulceencantomi novio yace enojadoel porrono me anestesiala noche es un enorme silencioy el insomnio-como el mismísimo marques-me azotacon espasmos de locura Le dije sos un pajero muentras le meneaba el culito y él lanzado me frotaba pajero pajero pajero y mi ojo del culo se abria dandole cabida al mundo se vacia la botella de vino y una alarma de auto suena a lo lejos.el guisado era un manjar y el recuerdo pura potencia del deseo.libre de dogmas y de juiciosebrioarrojado a la contemplación de la nada Si hubiera conocido a Bolaño le hubiera propuesto: tener sexo oral y eyacular sobre un libro de Borges; inyectarnos heroina el uno al otro mientras recitamos poemas infrarrealistas; emborracharnos con tequila por las calles de Coyoacan y orinar en los poemas de Neruda; refugiarnos de Godzilla en un hotelucho de El Paso; entregarnos al sueño en los brazos de unas putas asesinas; vengar a los caidos con pistolas a las cinturas al amanecer; conjurar con besos de lengua a nuestros modelos del espanto. Quiero chuparte el sueño quiero secarte las sienes de sudor y de muerte te quiero lejos cubierto de lodo y olvido; quiero pelarte como al hueso de los pollos despojarte de piel, reducir a cenizas todo recuerdo. sudor orgasmos semen. bajo los hierros oxidados de la torre Eiffel, a orillas del Sena en la memoria de Robespierre Madame Rolland y los comuneros de 1871 recitando poemas de Verlaine, al pie de la gillotina yace el verdugo lamiendo las tetas de Maria Antonieta. Vemos crisis, vemos guerras ¿que esperamos para hacer revoluciones? No es una imposición moral. La moral no lleva más que a erigir opresiones. Es una cuestión de humanidad. De no caer infinitamente en la degradación, de no naturalizar la barbarie. No necesitamos de Dios cuando bebemos un vaso de vino y esperamos por un plato caliente. No necesitamos de la ceguera para guiarnos entre calles ruidosas donde la sangre o la angustia riega las calles y los inversores compran propiedades. No necesitamos del amor, cuando tenemos sexo copn un amante que nos devora la piel y las pesadillas. Niños palestinos despedazados por las bombas racimo, fuegos artificiales y colonialismo. Las drogas ya no calman el dolor del mundo. Necesitamos revoluciones. Los gitanos corren desnudos al sol entre los girasoles. Y la apariencia del fuego proyecta la sombra en las paredes de la noche. El otro día, en el Sarmiento hedia a furia y violaciones. Ahora la luna tiene ojos de aceituna y bigote de tigre. La ola democratizadora resulto en una concha dientuda, una mantis religiosa que devora todas las disidencias, las procesa en la bilis de su organismo, las vomita como instituciones. Ardor en el estomago, sinfonias de vientos y terremotos. La lengua desea al helado y tu escroto. la fiebre horada los musculos y los huesos se hinchan los ojos la cabeza estalla con las voces chillonas de la tv doy vueltas en la cama duermo de a ratos, en los otros ratos tus muecas me hacen doler de risa y tus besos son aspirinas. solo deseo una almohada hecha de tus cachetes. A mis espaladas la noche guarda silencio; la sombra se desvanece; el sueño me brinda rojos labios del pasado sabor a cenizas El insomnio se cuela entre las sabanas acaricia las sombras. se tira pedos frente a sueños de gloria y huesos crujientes; se hace marihuana sed pornografia; se hace silencio poema musica de motor de heladera cucaracha danzarina. El imsomnio es un amante de la noche fría. Una mujer -casi vieja, casi niña- devora su manzana en el cordon de la vereda. Lleva un vestido rojo a flores y una bombacha azul que se deja ver por las piernas abiertas. Gritan los muchachos obscenidades los esposos rehuyen la mirada de su esposa (que se tocan disimuladamente) para espiar aquella vista. Enormes labios rojos que si pronuncian la sexo marchitan flores de acero. Ella mastica su manzana sin importarle como la miran o la desean, juguetea con sus piernas. Piensa que el amor no es más que un fugaz fantasma, la representación de un papel que provoca eyaculaciones en el viento otoñal que la acaricia. El tren se desplaza y los ruiseñores caen acribillados por uñas de gato sangran sus ojos se desprenden y ruedan las ruedas del ferrocarril. Un té caliente y bay biscuit el cuerpo arrojado en el vacio o sobre el colchon meado de los amores trocados en odio y lujuria. No quiero morir, dijo el hombre parado frente al paredón con sus ojos cubiertos esperando la orden de fuego. No quiero matar, dijo el soldado con su fusil apuntando al pecho del hombre vendado en un camino de Granada. Adiós luna, dijo uno, perdón Dios, el otro. Silbaron las balas. Vencio la obediencia sobre el coraje, el orden social sobre la poesía. Esa noche, una luna gitana derramaba sus lagrimas. Cuando me mando a dar por culo lo tome literalmente: una verga venosa para el goce y cocaína para el olvido. Nadie podrá decir que ni hice caso a sus palabras. Shakespeare escribió que quien cantaba cavando una tumba hacia algo terrible. Supongo que pensaba que se violaba la paz de los muertos, que se olvidaba, con el leve canto del hombre cavando, el dolor de los asesinados y envenenados, de los llantos de las viudas. Violaba el buen hombre con su canto humano, la terrible música del silencio eterno de los muertos, reducía la muerte a una cena de gusanos y cenizas. Para el cavador, después de todo, se trata de hacer llevadero su trabajo. Quizás el sol sobre su frente sudorosa, el contorno de las nubes o el vuelo rasante de algún pájaro hayan encendido en el hombre el deseo del canto. No es él, quien va a entregar un amor perdido a los brazos de la tierra (el cuerpo a enterrar es para el cavador una carga a dejar allí, a ser cubierta por tierra fresca y humus, que se hunde mientras el cuerpo se amolda al peso del barro). El cavador tampoco espera que salgan mariposas volando de lo que fue el vientre arrugado de una vieja (aunque ha visto gusanos devorando la carne pegada a los huesos y las cuencas de los ojos de algunos niños); no le interesa esconder ahí los desastres de la historia. Solo quiere cavar, hundir su pala en el humus negro, dejar un hueco decente donde depositar el cadáver que le toco en turno. Solo desea terminar su trabajo para marchar a casa y beber una fría cerveza. El acto terrible del cavador es cantar feliz por un buen trabajo. Me acompaña el insomnio el silencio el puño de mi novio horadando el culo y los pensamientos vertiginosos de una muchacha en celo. Me acompañan la oscuridad un haiku el tronar de los huesos la desesperación y la humedad que pegotean el cuerpo. Me acompañan todos los fantasmas menos el sueño. << Inicio < Ant.
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Oscar Franco
Te invito a leer y comentar alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y felicidades.
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Latoya Canibal