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Alucino el poemaal caer la tardePájaro bravío sobre la honda ventanadel recuerdoDormías alcanzado por la luz del balcónde ese cuarto de hotelamanecido de abriles Desnudo de airearrinconado junto a miincendiabas el mundocon tus pupilas volcánicasY no hubo otro murmullo en el mundoque tu pieldeshaciendo el tiempo a pedazos. “Ay, sol de la tarde,Hombre de campos rojosque destrozas los candadosque aprisionan la sangre...”Ay, urdimbre de la noche cerradaen los campos de albahacaHombre con la piel de barro y mielque navegas sobre mi como en rios sagradosconspirando contra las sombras del mundo,y la depredación del mundo,En las aceitadas redes de pescade puertos lejanosHombre con la piel de vino verdey cumbres nevadas,alteras el paso del tiempocon tus palabras como flechasPenetras en mi, como el viento del nortey tu amor es como el aguardianteen la boca de menta. “Mi amor, solo vos podes contener los rios desbocados de mi corazon”Gioconda BelliEntonces la distanciaes como el agitado rumor de las libélulaslas desnudas moscas del inviernoel túnel oscuro de las hojaslas gotas del día que pierden la esperanzay todas aquellas palabras que no llegan.se desboca el corazónen su cabalgata siniestraporque la ausencia aguijonea su metálica miradano es hastío, mi amor, es la tarde que pasa.Entonces la distanciaes como una canción lejana al caer la primaveraes como la fábula del niño enamoradoy el temblor pequeño de la tierra,se desboca el corazón con la distancia,y yo necesito otro corazón para la marcha.Hoy solo puedo ver la tarde a través de tu ausenciano es tristeza, mi amor, es la tarde que pasa. “Ay, sol de la tarde,Hombre de campos rojosque destrozas los candadosque aprisionan la sangre...” Ay, urdimbre de la noche cerradaen los campos de albahacaHombre con la piel de barro y mielque navegas sobre mi como en rios sagradosconspirando contra las sombras del mundo,y la depredación del mundo,En las aceitadas redes de pescade puertos lejanosHombre con la piel de vino verdey cumbres nevadas,alteras el paso del tiempocon tus palabras como flechas Penetras en mi, como el viento del nortey tu amor es como el aguardianteen la boca de menta. Éramos como una sola palabra entrelazada,el vasito con agua era un cementerio de cenizas volcánicasLas luces de la calleresplandecían como soles de noche,mientras reíamos y devorábamos el mundo.Éramos como una sola respiraciónconsumiendo las huellas de todas nuestras batallasy tuvimos todas las edades del tiempo.Que hermoso era ver que estabas allí,eras un mago que conjura las cosas pequeñasy le ponía alas de libélulas a todas las palabras,que volaban confundiéndose con la línea de la tierra.Éramos como una sola palabra entrelazaday en las callosas paredes de la ciudad que era nuestra,el sueño inmortal de detener el devenirse acorazonaba en la piel como otra piel descalza.Éramos como una sola palabra entrelazadaeclipsando las nevadas copas de la libertad. Sera tiempo entonces que respiremos hondoNosotros dos que anduvimos de la mano, por la calle mas poblada del mundoMirando, con el otro ojo de mas adentro, a todo nuestro alrededorcomo una brasita que suena en el vientodejamos la huella clara, transparente, tornasolada en los bareslas huellas de la espuma de cervezalos cigarrillosla mueca del cafecitoel batir de las palabras cuando si fuese una guerraSera tiempo entonces de repensar las metáforasaquellas que nos acercaban en la noche y nos hacia temblar en los balconesO sera cuestion, entonces de atrapar el navio de Ulisesen las calles empedradas.Nosotros dos que vimosla miserable sensación del mundoese policia que echaba como a un perro al hombre y le sacaba su frazada de cartono ese mozo del bar que ocultaba su vergüenzamientras comia las sobras de un plato al azar y entonces sentimos la rabia en la piel como otra piel,que nos crecia desde abajo.Sera tiempo entonces de escribir nuestro propio libroen nuestro propio abrazocon los sueños de libertad y con los otros sueñosY sera tiempo entonces que respiremos hondo, juntos y hondonosotros que hablamos con palabras que están mas allá de la gramática, de la escolásticade la ciencia normal,mas alla de cualquier imagen donde se trepan las miradas comunesy se enlazan los pensamientosY sera tiempo entonces que respiremos hondoNosotros dos que dejamos nuestro sudor hecho un solo sudor en una copa de viday que caminamos de la mano por la calle más poblada del mundo,Y la ciudad fue nuestra: esa, y otra, y todasY tambien la lluvia mediterránea fue nuestra Y el viento que caiaY entonces descubrí que eras un hombre que se levanta con la palabra en armas,Que hace magia a la hora de la siesta y a todas las horasQue ries y tu risa despierta el sueño de los muertos,Mientras dibujas con tus dedos movimientos de alas en el aireY yo siento que mi corazón sale del cuerpo y se queda como una lámpara abrazada a tu cuello,Y te lo llevas mientras vas rompiendo fronterasvaya a saber por que callespor que nochespor que medialunascomo una brasita que se mueve con el vientoy hace fogatas para calentar el mundo. Cuando tu me hablas el mundo se ensancha y las aguilas mas voraces desvian su rumbo.Aca en Buenos Aires el otoño se desguaza en hojas.Eres como el Atlantico,que incesantemente sacude los bordes de la tierra.Quiero tus dientes cerca de mis labiosmientras te imagino cruzando como un relampago alguna esquina de Marsella,o en la ventana de un bar,o al borde de tu cama sentado fumando.Quiero oir tu voz que ensordece el mundo cuando hablas,quiero oir que me dices tres veces te amo,como si fuera un hechizo solo nuestro, solo de nuestra sangre,solo para que mi corazon se abriera en esta tarde de sol aquio de sol en Marsella.Un sol que aleja el espanto y la soledad.Digo tres veces te amo y tu piel recubre la mia como un vientoque no para de soplar. Asi fue como comenzo todoinesperadamente feroz la tarde se partioen cuatro pedazos,la ciudad era ese campo de batalla repleto de cadaveres.El polvo, los perros y el ollin salpicaban las puertas de las casas. "Vi en tus ojos todas las edades del tiempo y mas peligros que milejercitos empuñados" En la desfalleciente mitologia de los sueñosel telefono sono como un relampagoabanicando la sombra de los vivos.El llamado de la sangremas alla del Mar Mediterraneoy el hueso mismo de la palabra ramificada en el corazonmientrasBuenos Aires parecia la gigantesca cuidad de los burdelesy los cigarrillos baratosel vino en cartony los hombres de la tierra Nadie. Y en este lado del mundoyo vi en tu voz todas las voces del tiempo... Y fue asi como comenzo todoel mundo encendia sus fogatastambaleaba el orden natural de las cosasY desde la geografia de tu Vozpreparo secretamente la fugahacia una nueva galaxia. Tu boca y el Atlantico,en las antiguas profundidades como las gotas de vino, las migas de panlos sueños caidos.Tu boca y las callesdonde los hombres manifiestany suben sus banderastu boca del aqui estoy y el hasta prontoimprevisible como el clima,bajo un mismo tiempo de guerras y revolucionesy crisis circularesTu boca y el Atlanticocomo el balsamo esperadopara la incertidumbre,tu boca que sigue la ruta de los pajaros,que atraviesa los atajos de la Idea.Se defienden de tu bocamis cartas inmortalesel encendido golpe de los fuegos,y los puertos donde descansanlas manos que despiden la risa de los muertos. La fria noche del rush corrido en el escote las marquesinas iguales a cualquier piringundin de barrio que pronuncia tu nombre. Diosa pagana en la cabecera de la mesa castrense de una burguesia nacional decadente que pelea a dentelladas el reparto del botin, tu rimmel en la borrachera de mercenarios y carroñeros la suculenta acidez del estomago del mundo y bilis. Muchachita con aires de bacana en el tango de los crueles a la hora en que la historia despliega sus abismos de caras contrahechas, adonde fue a parar tu tango avinagrado, tu ollin, tus medias can-can, tu vestido de music-hall de la calle Corrientes? Ningun principe azul vendra a salvar tu sueño humillado de ser la novia de America; aplastada en todas las esquinas como una latita de cerveza que destila purpurina y polvo angel face por todos los costados. La tierra colorada y la lluvia traen un antiguo olor a azufre para el dolor de espaldas, a papas recortadas en la mesa, a talco esparcido en los cajones, a ajadas fotos familiares. El patio se consume en el invierno y hojas. Hay canciones que ya no escuchare, ojos que ya no veré, ni adioses que pronunciare. Copas de vino que ya no se llenaran. Mientras la casa esta llena de manos en los muebles, de dedos entrelazados en los cubiertos, de palabras perdidas en las puertas. Hay muchos mundos que no veré, como muchos son los soles, que se han ido con tu pelo para siempre. Pero el corazón del corazón del dolor trae nuevo conocimiento, mientras la historia se deshilvana mas allá de esta pequeña mañana de catástrofes el Devenir, como una copa apoteótica del mundo, en esta barricada de pensamientos, viene a demoler sentidos comunes, noches azules y thermidores. "Solo por amor a los desesperados, conservamos aun la esperanza" Walter Benjamin. Ausencias. Hay ausencias desconocidas en la casa, carreteras arrasadas, cajones mutilados, ausencias, la del vino terminado, la del beso perdido, la del amigo que esta cruzando el Atlantico, la del eclipse que rueda al borde del mantel la de la cama desecha la de la espada inesperada, la del amante que no fue y el vientre perdido Hay rincones desconocidos en la casa, restos de velas del ultimo de corte de luz, pequeñas formaciones de yerba mate en la cocina, el aliento de albahaca en la ventana. Lugares no comunes en la casa, donde permanecen los libros, las fotos como cimientos, el barro de la pisada de los perros. El tarro de dulce de leche por la mitad esparcida en la heladera como un cadaver. Navegan sin capitan los sueños, se engullen sin piedad la voz de los desesperados. Es la hora del crepusculo, en que uno intenta comprender todo lo sucedido. La mesa con las migas de tostadas, los baldes vacios en el patio, las medias que rodaron, su capacidad de devorar la tarde y los rios. Todavia hay rincones desconocidos en la casa, rincones llenos de ojos en la noche de los suspiros. Y entonces uno piensa que la lucha es dura y que el progreso es lento. Y que de tanta ausencia en el corazon, seria merecido un gigantesco acto de sabotaje contra el mundo. Ausencia, como un viento chiquito a la altura del ombligo. Ausencia, que no tiene navio ni puerto donde ir. Lida, amaba su tierra colorada, su lejano pais de naranjas , campesinos pobres e historias interminables. A los 14 sus hermanos mas grandes se habian ido a luchar por la revolucion, corria el año 47 en Paraguay, eran todos panaderos y anarquistas, siempre lo conto con orgullo. En ese tiempo tambien una bala del ejercito le habia rozado la rodilla mientras corria a juntar unos zapallos del patio del abuelo Angel, como no habia antibioticos se lo curaron con una pasta casera hecha a base de tela de arañas. Siempre me parecieron increibles las extrañas pocimas que nombraban en el Paraguay, o la costumbre de tomar caña con ruda cada 1 de agosto, caminar sobre las brasas o empujar el Toro Candil.. Tambien nos dijo que se improviso una calle para tirar cadaveres en una fosa comun, despues que vino Stroessner al gobierno, y en esa misma calle entre las 4 y las 6 de la madrugada se veian los fantasmas de las personas caminar sin rumbo. Mas tarde con las tias Eudorina, Amelia y Delia cruzaron la frontera para trabajar en las casas de los ricos, porque las mucamas paraguayas eran muy pedidas, (aca tuvo que llamarse Lidia porque el señor de la frontera le anoto mal el nombre) y la idea de venir a la Argentina la lleno de sueños y promesas. Para cuando naci, ya habia comprendido que su vida estaria detras de baldes y harina para amasar el pan, siempre soporto con gran lentitud y con firmeza cualquier catastrofe que se avecinaba, nunca le temblo el pulso, ni las manos, tenia en los ojos la extraña estoicidad del campesinado paraguayo, acostumbrado al dolor y al frio invierno o al calor insoportable de sus pueblos. "Colmillo Blanco" de Jack London fue el primer libro que me regalo y me dijo, "leelo y nunca pares de leer y leer, sino queres terminar detras de baldes como yo"... Como siempre odio los velorios, no tendria uno propio, esa extraña costumbre de adorar la muerte siempre le parecio que no tenia ningun sentido, quizas harta ya de los entierros en Paraguay con novenas y lloronas y fotos de los muertos alumbrando el album familiar, velorios interminables con reparto de chipas a los niños de los barrios. "Exponer un muerto y que pase la gente y lo toque!!" En sus ultimas semanas tuvo que soportar una fuerte enfermedad que la dejo sin fuerzas, pero aun asi, nunca lloro, ni se desespero ni se lamento de su suerte, miro de frente cada hora y cada momento, con la dignidad que conservan las trabajadoras que nunca agachan la cabeza. Murio, con la fuerza propia y la altura de madre de una revolucionaria. En su tumba hay un poco de tierra colorada que trajo de su ultimo viaje, eso le hubiera gustado saber que tendria cerca, como odiaba profundamente los lujos y las demostraciones, ese sencillo adios fue suficiente. Como habia humedad, la tierra se hundia sin parar y el sol empezaba alumbrar la tarde, despues de tanta lluvia en el Oeste de Buenos Aires. En la vejeztodo se enlentence,los pasos, las miradas,las vocesSe adelgazan los huesos y los sonidosChasquean las articulacionesy arden los piesSe pierden los sabores, los oloresel color de las cosasy los nombres de todos los amoresLos sueños se vuelven sepiay los labios azulesy la tierra se convierte en una migajade hombres que pierden los estribos y babeanEl vasto territorio de la vejeztiene el olor de los gatos incendiadosen las barriadas humildes,esa grosera vergüenza de dejar de serlo que se fueen el mismo portal, en la misma cama,en el mismo verano y a veces con las mismas personas,mientras la tierra se convierteen un nuevo lugarde hombres mutilados,arruga mas, arruga menosbastón más, bastón menosse amplifica la inmundiciade un mundo tan inmundo!Ah de mí!! Yo que tuve el sueño sepiadel antiguo corazón avinagradotestigo de la ultima trincheraconvertida en barbarie!! En la hora de la lluvia,hervían cucarachas en la boca del desagüePasajeros envueltos en sudorhablaban el lenguaje de señas aplastadas contra los vidriosUna luz lejana presagiaba la próxima estación,Alberti o Pasteur y sus fantasmas sentados en el borde del anden.Buenos Aires del subte BEl costado de la pequeña miseria suburbana.Jorgito cantaba,de vagón en vagón"yo no me doy por vencido"una miserable canción de amor convertida en una falsa ideología,Jorgito cantaba, le vibraba la voz y como un mago que despliegasus conejos pidió un aplauso gigantesco,Jorgito de las alcantarillas,Jorgito de la boca del subte como una tumba,recogió su gorra negra que brillaba de monedas,dejo atrás su propio cementerio Y canturreando despaciocerro su capa de niño magomientras iba cerrando la noche a su paso. Canción de cuna con sabor a canela y muertos quevuelven del agua.Un cayuco, dos cayucos, tres cayucospara el niño tiburón a las orillas de Canarias.El mito del paraíso no mitigo la sed,y el mar se transformo en un enjambre libertario y mueca.Un dolor, dos dolores, tres doloresy el Mar Rojo se cerro en vez de abrirse,no hay barquitos ni marinos ni sirenasy los náufragos eran cortinas sacudidas con el viento. Borbotones de gaviotas golpetean las maderas,Un cayuco, dos cayucos, tres cayucoscanción de cuna para el niño que vuelve del agua. .."Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" Apocalipsis de San Juan En los suburbios de Paris, por los alrededores de Plaza Miserere, en las vidrieras de Moscu. en los puertos de Indonesia, el largo sudor de la noche perdida en la garganta, a tabaco y alcohol como un mueble viejo que rechina entre las piernas, un ejercito de soldados librando en el vientre una guerra clandestina, la hiena y la noche y el lento vapor humano que se pierde en el frio de los muelles por unas migajitas. Seras la reina mas temida, la mas cruel sobre la ciudad de los miserables el dia victorioso que caigan todas las espadas atravesando la traquea de reyes y traidores, seras la reina, mientras incendiamos iglesias y capillas y bailamos en los cordones sin las mascaras de carnaval. No quise escribirte mas cartas, todo vocablo seria febrilmente insuficienteaguadas por la luz de la mañanay la fábula del tenedor que fue el único recuerdoque quedo de tu padre, me dijiste,no alcanzaban los ojos para verni los pasaportes para abordar otros territoriosque nos sacaran de aquellas siestas.En la sobremesa pactada con las gotas de vino en el manteldibujábamos que éramos otros y los mismos,pero fuimos otros y fuimos los mismosy el amor era un café sin azúcar y el horror inminentey vos, ya ves,dejabas tu pequeño infierno trabadoen el fondo del cajón.Nunca sabré que pensaste de mi aquella tardeo si pensaste después, que las horas, que el trabajo, las mañanas y las voces,que las persecuciones habían pasado,ya no sabré, ya no, si me nombraste al pasarcomo se nombra el epitafio de los muertos, Tanto enloquecer de amor en la borra de café y la nada,entonces no quise escribirte mas cartas, cuando jugaba a que era Calypso reteniéndoteen la proa de esta habitación miserable,Y entre cigarro y cigarro perdimos el mapa que nos traía de regresocomo el frío de la espina dorsal a la hora del cadalsoDeje de escribirte cartas,Todo vocablo seria febrilmente insuficiente. En esta nocturna serenidadla vida otra vez nos tendió una emboscaday el crujido del vientocomo el hombre ahogado en las minas del carbónvertió sus sombras de recuerdos en las puertas.La espesa sed de los relámpagos hicieron innecesaria tanta lluvia.Nosotros dos que fuimos apedreadosen la noche de la gran depredaciónconocimos los suburbios de nuestros corazones,la vulgaridad del amor y el sexo derrumbado contra las paredes del gheto,las borracheras en la tierra de Abisinia,el silbido de los muertos en los techos y esta serenidad nocturna también fue nuestra patria,Nosotros dos quisimos ir contra todas las formascomo grifos y sifones,halcones, servilletas, espadas y letras y encendedoresy al final la fría ebriedad de la lengua como víboracorto en dos la tarde que no estabas.Nosotros dos fuimos... Recorrías con lentitud la ruta del trafico del café en África,Y decías entonces que la inútil malevolencia de la escriturano conducía a nada,en noches como estas el pensamiento hubiera perdido su rumbola cabeza iría y volvería en un vortice certero,pero empecinado tomabas el timón y el viaje recomenzabahacia la conquista de nuestra propia mitología,la bella época de transgredir todas las palabras,hablar al revés, reformular las metáforas o hablar en lenguas..Pero el atraso y el tiempo pesaron masY la lengua como víbora corto en dos la noche entre candiles y hendiduras. En las cumbres y naviosmordia la amarga cascara de tu boca,y como racimo de resaca heladael cruento festin de fantasmaste arranco los dientes como si nada.Ni un vestigio quedo en esta madrugadaay, amor desdentado,cucaracha y sopa en la letrina del tiempo,ni un vestigioel ultimo vuelo del desden y la aventurani corazon ni tela con que darlesalvo el camino de vueltapor un callejon oscuro de Plaza Congreso Un hombre,con las barbas como girasoles de Van Goghhablaba- como un remolino-desde el despojo de un amoro su reinado.Vete lejos- diria Kerouacvete lejos con tu pequeño poemavete lejos, dejad de escribir poemas de amor.Los poemasde amorno sirven para nadason como serpientes engrilladasy pesadilla.Deja de escribir en servilletasa pequeños hombresy pequeños amores que no tienen escapatoria."Vete a la calle,a los bares, a sacudir los bordes,a cortar los cables de electricidad,a vomitar en las mesas,a coger en los baños del ferrocarrila prender fuego los techos,a levantar barricadas de pajaros,a extremar el sabotaje,vete lejos a latigazos del vientoa pintar con la nausebunda hiel de los hombresla resconstruccion de luz en los puentes destrozados..Y mas aca un hombre perdidoentre el sexo y la muerte,en la pelambre del reino de los vivos y los muertos, persiguiendo la sortija del carrusel de Tanathosy abriendo sus secretosmurmuraba:-no escribas mas poemas de amora la miserable hora del crepusculo-Vete lejosa despabilar la quietud de las veredas,a buscar la llave de todos los avernos.A despoblar de palabras el amor,-como un pequeño perro- diria Kerouac. " el hombre con su historia, la lampara que alumbra".. Julio Cortazar.La tierra ocreen los ojos moribundos del tiempo.Apenas pasó raspando la nochey no tuve frio.Bocanadas de vientoexcedieron la piel y los bordes.Al final la historia pasó ylos dias de plomo todaviano llegaron y tu voz se murio antes tu voz que llevaría guardada en el bolsillo.Se amontonó la sangre en la uña de los pies y caminata.Ahora el recuerdo es una boveda secreta,otras cosas guardaré, para otros diasy como quién no quiere la cosaen la yema pequeña de los dedosse olvidará tu voz como una bala perdida. He soñado con halcones abriéndose paso los roperos de la casa-vos con aire pausado me hablabas de la miseria del pensamientodesde los noventa hasta ahora y el ditirambo del amor sobre la mesa- Nosotros queríamos pensar otra forma de hacer el tiempo y la vida.Otro ascenso. Otra magia. -Yo soñaba con halcones y afuera la calleera una encarnizada cacería- atravesábamos espejos distorsionadosy desembarcamos en el ombligo de todas las palabraspero habíamos dejado el alma en el patioy se resistía a entrar por el portón de la cocina;fuimos capaces de viajar a cualquier lugar del mundo que tuviese memoriaIrlanda, Vietnam o Nueva York sin escalasy en la delgadez de la cebolla cortadala cascara de papa y la pimienta se atraparon historias prohibidasde sexo y america. Y el sueño de halcones trascendió las bocas prometidas y tan equivocadasy como una flecha rompió ideas, figurasdesbarato la hegemonía del pensamiento y la miraday nosotros dos finalmente desenmascaramostodos los fuegosy destronamos el orden establecido de todo AMOR. "Árbol de la esperanza, mantente firme". Frida Kahlo. Aguanieve en Buenos Aires,el deshielo del corazón y los demoledoressobre la triste silla del invierno.Ningún viaje traerá de regreso lo perdido.La historia es un espiral que arde. El sueño canalla esboza su lenta sonrisa traidora.Si algo de humanidad quedaba en esta tarde,partió con el ultimo tren de la estación Constitución. Mas acá la palabra entrecortada,el entumecimiento de los pies,el día maldito y las horas que fueron perdiendo su poder,pero al fin sobre el sometimientoarderá el lento espiral de la historia con una fogatapocas veces vista y el aguanieve en Buenos Aires,derretirá la congoja y la pobreza de los hombres que no dejan rastro en la estación Constitución. Para cuando te acecha la lluviay los días se vuelvan sospechososy no encontraras veredas para mordery el esófago se convierte en un mar de cervezala emputecida mentira de la tardeno dejara lugar a malos entendidoshoy no sera un día con buen final,porque acecha la lluvia y aquí estoyni tan blanca ni tan negra,ni tan santa ni tan puta,ni perra ni heroínapero irremediablemente sospechosa. Jueves, frío y gris sobre la Avda. Belgrano, mi amigo Hermes movía los ojosaceitunados de un lado para otro, mientras levantaba las cejas,con el mismo gesto de hace veinticinco años atrás, Hablaba de los índices de abrilde la pobreza extrema, de todos los mecanismos de control socialdel refugio y de su cama cercana al Arquitecto, que escribe a escondidas sin cesar.Su barba ha crecido a dimensiones siderales. Me confeso que nunca había leído a Kerouac y casi no le creo, nosotros que habláramos de Dostoievski hasta el hartazgo, de la vida y la muerte hasta el hartazgo, henos aquí hablando de buen plato de sopa caliente al mediodíaes como si se hubiera conjurado a La Siniestra, un alma en pena que arrastra otras almassin rumbo fijo, es un invento de la mitología urbana, La Siniestra que tiene la lengua como pajaros, se come los sueños y las esperanzas delos mortales y los desarma y los envuelve es esta insensata melancolía de siesta.Es jueves y en esta tarde de faunos,ninguno de los dos tenemos ni donde caernos muertos:"nada quedo de lo que alguna vez escribí"al fin lo que Sade o Kafka hubieran soñado, lo logre yo,no va quedar nada murmuraste, mientras esa tos te comía hasta los huesos,y pienso en tu exasperacion en las noches azules de Buenos Airesy vos caminando en medio de un ejercito de espectrosque salen de baños tapados de mierda,entonces intuí que ninguna calle es tuya,que todo lo resolves a fuerza de enfrentar sobrevivientes,la calle es un fuerte rechinar de dientes, antes de que invadan las lluviasHace frío, mi amigo Hermes se aleja como un susurro, sin dejar ningún misteriodebajo su nombre de antiguo alquimista,cuando nos creemos poetas y que podemos convertiren oro todas las palabras. Y doble por Avda. Belgrano y Entre Rios, el cielo era grisla gente cruzaba como si quisieran volverse domadores del tiempo,seguro lloverá y Hermes también. Empecinadamenterompes la siesta,este amargo sudor de sesospodría ser el comienzode algo importanteuna fabula, una muerte o un regreso,cae una aplanada hoja de oficinaque se resbalo por los dedos.Cierro la ventanilla como si fuerala escotilla de un buque perdido,el cigarrillo contra el piso y la vigiliay la empecinada militancia de quererdespegarte del mundo con una cucharita. Si te llamo con minúscula la voz se adelgaza en un territorio de vocablos desconocidos.Si te llamocon mayúsculalas letras ruedan como una pelota de trapopor debajo de la mesa del caféSi te llamo indescifrableel salitre de las lenguasdibujan sus jardines de murciélagosY entre consonantes y vocalesla migracion de los últimos pajaros del inviernodestierran de un plumazoel resto de las palabras. Y de pronto se desplomocomo quien posee una vida solida y de golpe la pierde,desencajado en un extraño paisaje, la vida se le iba por los pasillos del hospital,los ojos vidriosos, perdidosel profundo dolor de verse sumergidoen años de sometimiento,batía su respiracion como una jauría de lobos-por la tiranía que ejercía en mi niñezuna muerte así seria como alcanzar el paraíso-Pensó que habría merecido morir como un perroen medio de la noche,en manos de desconocidos que borraransu nombre para siempre de la faz de la tierray que su morada sea la ciudad de los traidores.Pero tuvo mas suerte,la vida es rara a veces o es como el polvoque se te hunde en la cara.Y finalmente se desplomo, no como un perro,vaya a saber que soledad le descacaro el ultimo aliento,a piel y huesos,desencajado del mundo,lejos de su propia tierra que nunca mas pudo ver lejos de si mismo,sin saber quien fueo que habría pasadosi volviera para atrásy no me hubiera dejado sin infancia. Los ultimos estertores violentos de un amor,se fraguan en palabras poderosas,entre el olvido y la desgraciaantiguo huracan en plena calle Rivadavia,como el lento andar del viejo que junta cartones desmesurados,el sudor de las dominicanasy el ulular de los carros policiales alrededor de la plaza,toda la miseria humana junta al costado de la terminal del 88.En esta gigantesca apoteosis del mundo,me llevare tu voz para los dias de plomo,como un zarpazo que se guarda en el bolsillo. Orion ardia. La libertad ardia.Y el beso se deslizaba por detras de los andenes,saltaba rieles, lluvias, ventanillas,sudor agazapado.Las ultimas visiones de Prometeo encadenado.Beso de mandragoras y vinagresal final de los vagones iluminados por la siesta.Volaban voces, brazos, soldados, mujeres y ancianoscorrian cerca del puesto de diariosy la boleteria, como huyendo de bombas incendiarias,el silbato del trenla marcha del monstruo casi humanodormitando en las cavernas,aleteaban palomas su herrumbre de los techos,el vapor de la maquina de cafe olia a baño tapado,habia pedazos de niños detras de las columnas pervertidasescaleras abajo,los fantasmas caian como moscas,mientras mi boca se iba a pie, tras tus pasos,tus piernas, la voz en off que marcaba la proxima estacion.En la hendidura de los labiosse espantaba la muerte por un buen ratoy la cumbre inevitable de tu lengua,ese dulce nectar envenenado de catastrofes,desparramo como aguijones el pequeño refugiode la condicion humana. En este extraño pais de salamandrasno entiendo el idioma que hablan sus habitantessoy como una erranteque busca interpretar signos en el aire.Los lobos empalidecieron su hambruna del mañana.Aqui,solamente yo puedo conservar los recuerdos mas feroces y todossus alrededores.Despues de la depredacion, la piel se deslizo sobre un campo minado,pero solo yopuedo conservar los recuerdos mas ferocesy aun allite sigo llevando ventaja. Este camino ya lo cruze,en este infierno ya estube.la tarde de hojarasca y la tibialechedel sexo y la nada.Este aire ya lo respire otra tardeLa vida electronica pasa a un costadollena de luces de neon y calles embarradas,como una guillotinala tarde es una miseria recostada.Dar la vuelta, por este infierno ya estube,es casi un territorio conocido.Me deslumbrael frio y el adios anunciadomas aca me bato a duelocon mis propias palabras. La tarde del lunes se me cae por el borde de la mesa,heraldos cabalgan bajo el polvo actual de las calles,cual infierno abrio su puerta en este dia?Pero mas aca hay una ventana reseca que rechina,alguien pasara cantando sin duda y otra vez el viento demolera mis costillas,muerdo la tarde el lunes,de añoranzas, de amares contrasentidos,hacia un lado y el otro, tironeadosamores como aguijonesque solo son capaces de abrir vaya a saberque puerta pequeña del Infierno. el vacio es el principio,el vector de los vientos,la madera con la que fueron hechas las palabrasen este invierno,el lento carrusel de los sueños y la boca que embriagahasta el suplicio,pero esa boca estaba mas cerca de las bestiasque de los heroes,si fuiste el Señor de las Batallas,no has dejado nada en pie sobre mis calles,ni el vino volcanico sobre mi cabeza rapada,el vacio es el principiodonde se amarran todos los vientos,tu tempestad no me asustapero le temo a esa boca que esta mas cercade las bestias que de los heroes,ya no sere yo quien te escriba sobre los ultimosdeshielos del invierno,hare una gran fogata con las musaspobres,tristes,maderas con las que fueron hechaslas palabrasen esta tarde de perros. Yo te leia como un libroy cada palabra era como una antigua ciudad que se descubre bajo la arena,las columnas de Acropolisy el sueño de victoria de Alejandro,yo te leia como un libro sagradocada mañana en pasillos crepuscularesbuscando la inmortalidad guardada bajosiete cerrojos,jugando a las escondidastras las velas del navio de Ulises. Tu cabeza se hundia en espadas ensangrentadasque rompian sortilegios,te leia como un mosaico de verdades reveladaspor prodigio de mis propios encantamientos y las pequeñas cosas familiares.Pero las babas luminosas del tiempo hicieron su trabajo,y este exilio se transformo en morada permanentey en las ventanas de los suburbiostrasnocharon los hombressu depojado corazon de estaño. Arthur Rimbaud escandalizaba en la París roja de la Comuna a los poetas de la rima y de la métrica. Llamaba a cambiar la vida. John Reed correteaba a Pancho Villa por el México insurgente y se conmovía en diez días ante la revolución de los soviets. Maikovski erizaba la piel de la revolución, reclamando el derecho al pan y a la poesía. Andre Breton proclamaba la unidad entre arte y revolución, definiedo al surrealismo como el comunismo del genio. Miguel Hernandez se pudría en Carabanchel. Roque Daltón huía de los paredones de fusilamiento de los militares para ser fusilado por sus camaradas. Paco Urondo caía en manos de los grupos de tareas, bajo el sol brillante de Mendoza. Hasta el stalinista Neruda marchaba cada tanto de exilio en exilio. Bertold Brecht se quejaba de poder con los elefantes y sucumbir ante los piojos. Cuerpo y palabra en una misma dirección. Tristes son los poetas y escritores adoradores del amor y respetuosos de las leyes. Inconmovibles frente a la vida. Rendidos frente a lo existente. Temerosos de incendiar el mundo y sentirlo crujir bajo sus pies.
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Oscar Franco
Te invito a leer alguno de mis poemas espero te gusten.
Un saludo y feiz años nuevo 2010.