Después de una jornada laboral tan larga como las que se viven en México; lo último que deseas al llegar a casa es discutir con tu pareja, convirtiéndose en la cereza del pastel la diferencia que tuvo con mi hijo.- ¡Otra vez tu hijito, no hizo su cuarto antes de irse a la escuela!- Y ¿cuál es el problema? En cuanto lo traigan que lo haga, no pasa nada.- ¡Cómo qué no pasa nada! Me molesta ver la cama sin hacer y pañuelos por todos lados.- A ver, tranquila, en estos momentos hago la cama y tu vista va a dejar de sufrir.- No se trata de que tú cumplas con sus obligaciones, simple y sencillamente siempre que regresa de la casa de su mamá, llega mal educado y no lo voy a permitir...Jorge y Raquel apenas llevaban dos años viviendo juntos; ya tenían un bebé de ocho meses y Jesús había tomado la decisión de vivir con ellos a mitad de la secundaria, resistiéndose ella a la decisión del púbero, teniendo que recordarle George que el día que decidieron juntarse él iba incluido con todo y su retoño, a lo que no le quedó otra que aceptar. Desde que eran novios e iban por el niño, no hubo química entre ellos, ella acostumbrada a ser la principal en el corazón de su amado y a decidir qué, cómo, cuándo y a dónde se dirigirían esa tarde, provocó las primeras diferencias, teniendo como resultado la situación actual.- ¿Qué te pasa? No te das cuenta que se hacía tarde y no la pudo hacer.- Lo que pasa es que tu hijo es un desordenado...- ¡Hey, hey, hey! Es nuestro hijo en...- ¡Cuando se porta mal es tu hijo! Además ya estoy harta, platiqué con mi madre y creo que me voy a ir a vivir al departamento de mí papá.El marido al ver que su mujer hablaba en serio decidió permanecer callado escuchando la lista de quejas, mientras su mente sólo se preguntaba; "por qué me volví a casar, si ya sé cómo es esto." - Está bien en cuanto lo vea lo reprendo y...- Qué le vas a decir "mijito no vuelva a irse a la escuela sin tender su cama, ¿entendido?" y él va a responder "sí papá" cayéndosele la baba y, tú me dirás "ya está, espero que lo haya comprendido."- ¡Híjole! En ocasiones cómo ésta pienso que la que padece Síndrome de Down eres tú.Héctor Medina BusBastante molesto porque me quedé sin auto por tres días, me encontraba esperando el bus en la terminal Insurgentes, al fin arribó a la parada y después de acomodarme a mis anchas escuché lo siguiente;--¿En qué estaría pensando el jefe? ¿Cómo se le ocurre inscribirme en el concurso de balcones? --le decía una joven pelirroja a un chico, que derramaba miel con sólo verla--.-- No está mal, ¿Cuál es el problema? Aquí estoy yo y te puedo ayudar, sólo hay que diseñar el arreglo floral y luego ir al mercado de las flores a comprarlas--le contestó el joven con una mirada que denotaba la preocupación que sentía por su amiga--.--¡Ese es el fastidio! Mira, cada vez que me pide una tarea de esas me pone a parir chayotes, porque tengo que requerir de mi tiempo libre y en esta ocasión no estoy dispuesta. Pienso renunciar.--Te entiendo Fernanda, pero te puedo auxiliar en el diseño, a mí no me pide nada fuera de mi turno, además dimitir a un buen cargo por éste tipo, no está bien.--Sí lo sé, pero me enerva que lo haga. Como él no tiene vida privada, piensa que todos somos iguales.La del cabello bermeja en verdad se notaba molesta, ya que su tez al subir al bus era blanca como la porcelana y ahora había adquirido un color camarón por la furia desbordada hacía su dirigente. --No te tortures, hago el trabajo y te lo mando por correo en la noche tocaya. Por lo demás tú sabes que me encana diseñar y sí es con flores y por ti, ¡más!--le expresó el joven, al cual se le notaban las ansias por complacerla--.--Y tu siempre me lo resuelves, la última ocasión fue la recepción que me pidió que organizara a sus jefes de Japón, no sé, me siento mal contigo pero, ¡Gracias Fernando! como siempre, eres mi ángel--al decirle esto le plantó un beso entre la mejilla y la mitad de los labios--.--En cuanto lo termine te aviso ¡Ciao!--despidiendose con una gran sonrisa--.En el momento que ella se cercioró que Fernando ya no se encontraba en el autobús, extrajo su móvil. Y dirigiéndose a la puerta de bajada, sólo alcancé a escuchar;"¡Hola! Ya está arreglado mi amor, no cabe duda que éste muchacho va a seguir haciendo lo que le pida, en la próxima parada me bajo y regreso a la oficina. ¡Te a...!"Solamente pensé ¡Qué poca!Héctor Medina Este usuario no tiene textos favoritos por el momento
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