Trato de seguir caminando, el aguacero no me deja ver que rumbo exactamente tomo, me lleva hacia una callejuela que además de húmeda, muy obscura esta, sigo mi camino, tengo que llegar al trabajo, apenas son las ocho y media de la mañana, toda la noche lloviendo todo huele a humedad,sigue nublado no sale aun el sol,camino de prisa tengo que llegar, esta callejuela tiene un olor que ayer no tenia,huele a llanto a desesperación, corrro casi ,y algo me hace voltear, Dios! es un niño, empapado, lleno de tristeza, medio vivo, o medio drogado, solo tendrá acaso 5 años, me dan náuseas, Diego mi hijo apenas tiene 3, va a la escuelita, ve las caris, pienso, no puede ser, quie es capaz de matar a un bebé de esta manera? Me acerco y le pregunto, hola chico, como te llamas, y entre sueños de cemento, e inocencia casi perdida me dice, Ángel, me da por llorar a cántaros que se confunde con la intensa lluvia que arreció,que jugada de la vida,  Ángel vamos a un lugar dónde te daran de comer, te cobijaran, te enseñarán muchas cosas.
El se incorpora y me llega el olor de cemento, ese caracteristico que incita a los mas vulnerables a caer...
Muy de repente salta al otro lado de mi, arrebata mi bolso, y corre, corre cuan rafága de viento, desaparece, le grito, le quiero ayudar, triste emprendo mi camino a la oficina, empieza a clarear, poco a poco se va la lluvia, sale el sol...
Sigo caminando solo falta una cuadra,mi bolso esta ahí, como esperándome,recargado en la banqueta, corro, lo levanto y veo solo me faltan unos dulces que le compré a Diego y no se los entregue ayer, y pienso, inocente, tu escencia de niño, nunca la vas a perder...