Dos ngeles
Publicado en Sep 04, 2009
Mirko mueve su rabo mínimo de bóxer y, sospechando que algo anda mal, se queja; siento apenas, con mi mano izquierda casi muerta, el frío de la vida vertiente en el hocico con el que husmea, pretendiendo animarme, empecinado en hacerse acariciar. No puedo ahuyentarlo, ni consolarlo. Candela, la perrita atigrada y mestiza, también se acerca a mi sueño, como huida del mundo, y me olfatea llorando, moviendo una cola titubeante.
Lamento darme cuenta, tan tarde, de que esos perros fueran mis ángeles; si parecía que un día hablarían, es el momento en el que quizás lo hagan. Veo alas beatíficas en el encanto de sus orejas atentas y encuentro pura inocencia en un brillo teologal, el de sus miradas caninas tan francas.
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Antonio Umbral
si una persona tiene violencia en su forma de ser tendrá un perro agresivo, si es relajado, su mascota también lo sera. eso si tenemos que tener una crianza responsable de nuestras mascotillas.hermoso texto sobre tus angeles con cola.
saludos ANTONIO.
LOBOLEJANO
Guillermo Capece
Un abrazo
facundo aguirre
klauss demon
Matteo Edessa
Anna Feuerberg
A
Enrique Dintrans Alarcn
Has logrado transmitir esos sentimientos perrunos que tanto nos humanizan. Estos simpáticos perritos entienden a la perfección el códgo emocional humano, son increíblemente amistosos y juguetones. Gracias por el texto.
Saludos
Elvira Domnguez Saavedra
margui32