Luego de nuestro primer encuentro, donde me agarro desprevenida y me deslumbro con su conocimiento sobre mi trabajo y mi desarrollo profesional, mi espíritu competitivo y arrogante no se iba a quedar quieto hasta que no igualara el marcador, que hasta ese momento estaba a su favor.
Así que sin perder tiempo me dedique a estudiar la trayectoria del caballero en cuestión, esperando encontrar su punto débil, sus defectos... porque nadie es perfecto!!
Después de varios días de frustrante búsqueda, pues el hombre no tenía nada sucio, ni escondido, me encontré con que lo habían acusado en una ocasión de plagió, durante su época de estudiante había copia materia de un autor no muy conocido para un ensayo... y obviamente mi bombillo se encendió!!
Las siguientes semanas la competencia era peor que la guerra fría, tratamos cada quien por su lado de encontrarle el punto débil al  otro o en el menor de los casos de demostrar superioridad, cada reunión, era un nuevo campo de batalla, donde solo podía anotarse el punto uno de los dos.
Realmente había empezado a detestarlo... ¡como me enfadaba ver al arreglado y bien puesto doctorcito!
A mí me costaba llevar ese marcador empatado y sí que me esforzaba, cada mañana lucia agotada, porque entre las trasnochadas para informarme y prepararme y mis otras obligaciones, casi no dormía, mientras el muy arrogante, niño bonito... siempre lucia impecable, fresco y sin ninguna angustia... ¡que desgracia, tenía que enviarme a "don perfecto"!
Me propuse no dejarle espacio para asumir su rol de jefe, ya que cuando él quería hablar o sugerir ya la operación estaba en marcha, no sé cuantas horas trabaje sin descanso... sin quererlo lo estaba convirtiendo en un héroe.
Mientras en la capital le atribuían el éxito arrollador y las extraordinarias cifras de resultados a nuestro jefe "Don perfecto"; yo estaba cada día más agotada.
Esa mañana en particular tenias un evento para solicitar más colaboración de las entidades privadas, nuestro objetivo era lograr sostenibilidad para proyectos productivos encaminados a beneficiar a madres cabezas de familia, que en el pasado habían tenido problemas con la justicia, y por su condición no conseguían acceso a los trabajos; ese era un proyecto que realmente me llenaba de ilusión y en el que había trabajado junto a excelente profesionales, personal que como yo habían puesto alma, corazón y vida a esta iniciativa...
Minutos antes de hacer la presentación empecé a sentir que algo no funcionaba bien, me sentí como un juguete cuando se agotan las baterías, más trate de ignorarlo y se lo atribuí a los nervios y la ansiedad.
Ya frente al publico lista para iniciar mi intervención, todo se puso negro... se me apagaron las luces!... de allí no recuerdo más.
No sé cuánto tiempo había pasado, estaba en un cuarto de hospital con una aguja en mi brazo que me suministraba un líquido y algún otro medicamento, al reaccionar quise salir corriendo... ¡mi reunión, mi proyecto!
La única cara conocida que lograba distinguir en mi borrosa visión era la de mi gran amiga y compañera de batalla Ceci.
•-      Ceci, por favor, ayúdame a salir de aquí, no permites que "Don perfecto" me robe mi trabajo, tu sabes que no podemos dejar que me gane, no después de tanto trabajo, no después de tanto tiempo... por favor ayúdame.
Mi fiel amiga Ceci, solo sonrió y me dijo: todo está bien, nadie te ganara y menos se llevara tu trabajo, pero sentí como unas manos suaves secaban las lagrimas que habían aparecido en mis ojos, no podía ver casi nada, lo cierto es que sin mis lentes de contacto no es muy buena mi visión y en estas circunstancias menos aun.
La voz me sonó conocida, algo dulce pero firme, sin lugar a titubeos.
•-      Nadie podrá ganarte nunca, la fuerza de la pasión que sientes por lo que haces hará imposible que alguien pueda si quiera igualarte, yo me declaro tu seguidor incondicional y si me lo permites tu más leal servidor.
En ese instante ya era consciente de quien era el que me hablaba, y al comprender sus palabras, que no eran más que la respuesta de mi gran imprudencia anterior, solo deseaba que la tierra se abriera y me tragara.
Me imagino que se estarán preguntando que sucedió con la presentación, pues les he de contar que "Don perfecto" ofreció disculpas al auditoria por la suspensión de la reunión, pues mi salud era la prioridad y nadie podría hacer la presentación, o mejor dicho si la podían continuar, pero él decidió que lo yo merecía hacerla, a lo que muchos accedieron sin ninguna objeción, a otros me toco luego hacerles antesala, y muchas llamadas para lograr su asistencia a la nueva reunión.
Don perfecto y yo comenzamos a trabajar muchos conectados, yo finalmente me comporte como una mujer madura y no como la niña berrinchosa que había sido hasta ahora... pero debo confesarles que no me fue del todo mal, por sugerencia de Don perfecto me dieron un nada despreciable aumento salarial.