EL CENTRO DE SU UNIVERSO
Publicado en Jan 23, 2010
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Desde muy pequeño descubrió el poder que tenía su ombligo. La primera vez que experimento con él fue una noche, ya muy tarde, sus padres peleaban por razones que el desconocía o no podía entender y en la soledad de su cuarto se metió el dedito en el diminuto agujero, centro de su cuerpo, y después de un largo rato de tentalear se llevó el dedo a su nariz y descubrió un aroma nunca olfateado, nunca percibido, jamás captado, ninguna vez apreciado... era un olor extraño que conjugaba varios efluvios o fragancias, se sentía quizás el olor de piel lavada pero tal vez impregnada del sudor nocturno por el calor del verano, también se podía experimentar el olor a talco, pues todas las noches después de ser bañado era envuelto por una nube amorosa y tierna del polvillo blanco a base de almidón de maíz y lavanda, era quizás el olor a miedo por los gritos de sus padres, o acaso el olor de la angustia de no poder hacer nada, pero todo eso conjugado y unido hacían que expeliera su ombliguito una sustancia odorífera única, singular y extraordinaria que junto con el jugueteo previo, constante y uniforme del movimiento circular del apéndice articulado de su manito en la cicatriz del cordón umbilical le producía un placentero alejamiento de la cruel realidad.
Así paso el tiempo, y en cada momento de alterada ansiedad, de inquietud, de presión, metía su dedo índice allí en el mismísimo hoyo central de su ser, y enseguida eran aplacadas todas sus aflicciones y temores. Con esa singularísima técnica terapéutica salio airoso del divorcio escandaloso de sus padres, de los problemas escolares y de todos los momentos causantes de stress, hasta que un día se enfrento con el peor de los retos y fue cuando conoció el amor de verdad. Era el primer trimestre en la universidad, estaba en clases absorto escuchando el parafraseo y disertación de la importancia de las nuevas tecnologías en el mundo de la información y desarrollo de los centros de documentación, cuando apuradamente llego una compañera de aula tarde y repentinamente entro al salón con una diminuta franelilla que dejaba al descubierto su ombligo. Aturdido por la belleza umbilical de la joven experimento un erección descomunal, nunca sintió su miembro hervir de esa manera, disimuladamente trataba de oliscar el ombligo de la muchacha, pero su glándula pituitaria no era lo extremadamente fuerte y desarrollada para alcanzar las misteriosas emanaciones que pudieran escapar de allí a pesar de que la muchacha se había sentado en el pupitre de al lado. Desesperado pidió permiso al profesor para abandonar la clase y enseguida se dirigió al baño donde se encerró en un cubículo y metió su dedo en el ombligo imaginando, casi soñando que se lo hacía a ella, que era su olor. Con una mano ocupada entre su ombligo y su nariz, la otra masturbaba su erguido pene y en el compás rítmico de aquel cuadro onírico sexual exploto con la furia de un volcán.
Ahora su mundo se dirigía a conquistar a la muchacha. Era imperante saborear, oliscar, indagar, husmear, curiosear en aquel ombligo. Pero todos sus intentos de acercamiento fueron en vano. La joven se resistía a todos los dulces ataques y proposiciones inocentes que le ofrecía. El muchacho desesperado por conseguir aquel objeto de deseo planeo entonces acorralar a la muchacha y en una noche en que la victima salía de la biblioteca universitaria para dirigirse a la parada del transporte colectivo gratuito que ofrecía la universidad aprovecho la soledad del recinto y la ataco por la espalda dándole un golpe en la nunca dejándola desmayada, la tomo en sus brazos y la metió en su carro y se la llevo a una apartada cabaña de hotel en las afueras de la ciudad. Era un hotel de esos, donde el amor furtivo conseguía aplacar su desasosiego, y era ahí donde el experimentaría por vez primera un ombligo diferente al suyo.
Estaciono el carro y metió el cuerpo de la chica en la cabaña, seguía desmayada, le amarro las manos hacia atrás, ato también sus pies y tapo la boca de la chica, pero no la desnudo, la tendió con delicadeza en la cama y subió la blusa dejando al descubierto el codiciado ombligo. De inmediato introdujo con suavidad su dedo y froto con extremado cuidado la pequeña depresión tratando de que la punta de su dedo no calentara mucho las sustancias allí depositadas y así evitar la evaporación repentina y fugaz. Alzo la falange impregnada y olio la punta, se estremeció, sus ojos se pusieron en blanco y una eyaculación le vino enseguida, conmocionado por el súbito descubrimiento, se desnudo y poso su nariz directamente en el ombligo femenino, lo probo directamente , inhalo, aspiro con fuerza y con debilidad, respiro sus exhalantes fragancias de rosas, carne, sangre, canela, diaforesis... tanteo también con su lengua y sintió que la vida se le iba, las emisiones seminales sucedían una tras una, el éxtasis desacerbado era incontrolable, desbocado y aturdidor. En un instante de exaltado frenesí la chica despertó y empezó a luchar por liberarse de las ataduras y del maniaco que tenia encima, el todavía ofuscado por la nueva experiencia agarro un cenicero y le golpeo la cabeza para controlarla, pero la mato instantáneamente.
Pero no se dio cuenta de que había terminado con la vida de la chica, siguió su proceso de indagar el ombligo que se le ofrecía como un botón, pero ya no exhalaba el mismo aroma, sus excelsas fragancias se apagaban poco a poco, exasperado y enloquecido hundió el dedo con fuerza, pero con el ultimo suspiro de la chica también se fue aquel olor, metió entonces la mano y así poco a poco se introdujo dentro del cuerpo de su victima, tratando de buscar el apreciado perfume.
Al día siguiente fueron encontrados por las mujeres que hacían el servicio de limpieza de las habitaciones, la chica muerta y él dentro de ella... aún vivo... respirando locamente y tratando inequívocamente de extraer algunos de los olores que tanto lo hicieron feliz. Ahora se encuentra recluido en un manicomio, con camisa de fuerza, en una celda de alta seguridad, todavía ningún psiquiatra a podido controlar y saber bien la razón y el origen de su extremada locura. El con sus ojos desorbitados sueña con liberar su mano y poder jorungar su orificio para olvidarse de todo aquello, de las cuatro paredes acolchadas, de las perennes inyecciones y agotadores tratamientos y su único momento de pequeña felicidad es cuando muy lejanamente pasa cerca de su celda una de aquellas enfermeras y deja en el aire el efluvio divino de su ombligo.
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Foto del autor Felix Antonio Esteves Fuenmayor
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Descripción

Palabras Clave: Cuento Ombligo Locura Fijacin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Creditos: Felix Esteves

Derechos de Autor: Reservados


Comentarios (12)add comment
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Felix Antonio Esteves Fuenmayor

Gracias Luna
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January 25, 2010
 

Felix Antonio Esteves Fuenmayor

Gracias Victoria, me alegra que te haya gustado.
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January 24, 2010
 

Victoria Saez

Wuow... me encanto!!!!!
cda quien con sus locuras..
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January 24, 2010
 

Carlos Daniel Irribarren

COOL. Locura pura. A ese loco lo que no losuelten nunca
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January 24, 2010
 

LUNA

MMM .... CREO QUE REVISARE MI OMBLIGO. JEJEJE, MUY BUENO ESE TIPO DE LOCURA QUE PLASMASTE AQUI, ME GUSTÓ, AL EMPEZAR A LEER NO IMAGINE QUE PASARIA ALGO HACY CUANDO CRECIA, ME SORPRENDIO, FELICIDADES.
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January 24, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Muy agudas tus observaciones acerca de las diferencias entre tu personaje y el de "El Perfume", y tenés razón, claro que lo que busca tu personaje es aislarse del mundo, porque precisamente, él quiere unificarse con el ombigo, el centro del universo, y con su olor. El se reconoce en el olor de su ombligo!; es perversamente brillante!.
Insisto en que pienses en lo de la novela, porque puede salir algo muy jugoso.
Hey, y yo no soy maestro de nada!; nada más trato de dar opiniones constructivas, con buena onda, y me alegra mucho si podés sacar de provecho algo de lo que te digo. Abrazo.
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January 24, 2010
 

Felix Antonio Esteves Fuenmayor

Gracias Roberto por tu comentario. Efectivamente leí "El Perfume" y me asombro mucho la capacidad de Süskind de adjetivizar los olores, creo que la película no le hace honor al libro a pesar que la dirección artística es muy buena. El olor en este cuento al igual que en el libro de Patrick Süskind es el leit motiv, con la diferencia (Entre muchisimas más ya que no me quiero comparar con el excelente escritor alemán) de que en mi cuento es el olor del ombligo, mientras que en la obra "El Perfume" son todos los aromas, como Ud. ya señalo. Pero también hay otra diferencia que en mi cuento el olor sirve para alejar al protagonista de la realidad, desde muy pequeño se aislo del roto mundo familiar a traves de su oloroso hoyo umbilical, hasta que descubre otro ombligo en la compañera de clase. En la afamada novela el protagonista quiere utilizar su capacidad olfativa para realizar la fragancia perfecta por su obseción de oler igual que los demás, porque el no despedía ningún efluvio o olor. Admiro a Süskind porque creo que es un escritor extremista que sabe crear muy bien los ambientes y los estados neuróticis de sus personajes. Leí "La Paloma" y me parecio igualmente brillate.
Me es muy grato recibir sus comentarios porque vienen de un gran maestro.
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January 24, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Un cuento impecable, con un título que quizás sugiere y promete un poco más de lo que luego ofrece el cuento. A ver, tu cuento es impecablemente bueno, pero todas las implicancias filosóficas, poéticas y religiosas que sugiere el título... ¿No se te ocurrió hacer una novela con esta historia?.
El relato guarda un cierto parentezco con "El Perfume", de Süskind, quizás viste la película, o leiste el libro. Pero vos no solo estás hablando de un perfume humano, estás hablando del perfume del ombligo humano. Con tu habilidad para narrar, y el alcance del mismo título que le pusiste, podrías hacer una novela mil veces más trascendente que la de Süskind. Ese "Centro del Universo" del que hablás, me refiere a los momentos más prodigiosos de "2001: Odisea del Espacio", también.
No sé, ya te digo, como cuento creo que se lleva todos los premios. Ahora, si con esto quisieras hacer una novela; bueno, creo que sería excelentemente buena. Me parece que no agotaste el tema, quiero decir, y tenés el material para hacer algo realmente superlativo. Te felicito, porque lo encontraste vos solo.
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January 24, 2010
 

Felix Antonio Esteves Fuenmayor

Todo por un ombligo, si. Pero esa obseción fue originada por otra situación. Gracias por leerme siempre
Abrazos
Felix
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January 23, 2010
 

Felix Antonio Esteves Fuenmayor

Gracias Noelia por leer mi cuento, me alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo
Felix
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January 23, 2010
 
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