Y Laura se fue al alba,
persistiendo aún su perfume
con fragancia a lavandas,
como alas invisibles
recorriendo descalza
los jardines de la casa,
que trasmuta aún su figura
delineada en brisas etéreas
que a su paso derrochó su ser.
Laura de porcelana
con sus pasos livianitos,
desperezando sus días
en este cuarto vacío.
Deambulando su hermosura
como finura de antaño, 
perfilándose su ausencia
como una espera estancada
entre tenues ilusiones
de esperanzado regreso
a estas caricias de plata.
de sus sábanas aún tibias
y  su tacita blanca
con aroma a café intenso
de esas tardes invernales
con perfume a leños de hogar
y fogatas que encienden nostalgias
de risas y llantos
caricias y besos.
Laura se fue al alba
con su traje de ilusiones
y su mochila de sueños,
buscando horizontes nuevos
acariciando regazos,
retornado  cada tanto
a realimentar su alma
de  tibios  nutrientes
de este hogar que aún es  suyo…
Esperando por ella,
al  retorno de sus sueños….
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