¿Que subyuga al poeta?
El disparo a mansalva que hiere su asombro
o el futil lagrimón que se esfuerza
en brotar por la yerma llanura del sabio.
Bibliotecas vendrán a juzgar por sapiencia
y otras tantas encuestas sondear
la fiebre intensa que se concentra
mordiendo los labios.
Musa en la torre encadenada,
trampa en los cuentos,
albur de hadas,
un paraiso de alcohol y drogas
tan esencial como las palabras.
Será el tormento de un desamor,
astilla en carne
o la emoción de los detalles
esmerilados.
Una protesta disciplinada o
rebelión que desnuda en flor,
la transición que domina el metal.
Sera el cielo esa señal,
será misterio el devenir inspiración
un mix de vómitos, plegarias
y esa loca obstinación
de la sangre en los labios.