Entre dos mares
Publicado en May 10, 2010
Sólo me queda una gota de sangre,
una roja inquieta gota de sangre. Sólo su sabor, su bronca suave, su ronco sonido. Esa gota quiero que nadie me la quite, que su frontera termine donde una risa, un rostro a construír definen el tiempo inmediato de la duda. Más allá el misterio no alcanza; es la voz que nunca terminamos de escuchar, la fotografía opaca de un domingo, las sillas desvencijadas junto a la mesa de enero. (El tiempo tiene el umbral de la casa paterna. Y la casa está dentro mismo del barrio de los sueños. Macetas con jazmines, chicos volando detrás de una pelota incierta, los adoquines cuidando el paso de los tranvías, baldíos donde crecían estigmas de lo que fueron rosas.) De pronto nos hicimos viejos y la quietud regresa, ese renunciamiento. Guillermo Capece
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Guillermo Capece
muy apreciado por mi el que te detengas en leerme.
(No entiendo lo que decis del cambio de las normas del portal.)
Abrazo
Guillermo
Jorge Dossi
Un abrazo
Jorge
Guillermo Capece
gracias por haberte detenido en tu analisis de mi poema: son recuerdos, a veces nostalgiosos de lo pasado.
Peuqeñas o grandes felicidades ya ocurridas...
Abrazo de
Gaucho
Hoz Leudnadez
Macetas con jazmines, chicos volando detrás de una pelota incierta,
los adoquines cuidando el paso de los tranvías,
baldíos donde crecían estigmas de lo que fueron rosas.....-esto es precioso.....un abrazo amigo
en verdad siempre es un gusto leerte....ABRAZOS GAUCHO
Guillermo Capece
gracias; cuando llegamos a tratar de no mirarnos en el espèjo, se nos ocurren cosas como esas del poema.
besos
Guillermo Capece
gracias por tus conceptos que son muy valorados por mi, sobre todo por la madurez que tienen a pesar de ser vos tan joven. Pero que yo sea genial o lo que escriba sea genial... amigo, yo se, que estoy muy lejos de eso, por lo tanto te pido que no lo repitas.
Abrazos desde Buenos Aires
Carol Love
Besos
Guillermo Capece
como siempre mi gratitud.
Abrazos porteños
Guillermo Capece
garcias por tus conceptos, siempre tus analisis son muy maduros, apesar de tu corta edad.
Abrazos
Eduardo Fabio Asis