La muerte me soplaba al oído, me susurraba palabras de amor y de alivio, encantado por su musical voz de pájaro azul, me deje llevar y olvide el mal que hice sin medir, el daño producido por estos largos años de ambición desmedida y de egoísmo. La muerte me decía simplemente "déjate besar que será mejor tu próximo destino". Me deje besar hechizado con sus labios de dulce vino y con su lengua de doble filo me hirió el alma, el corazón, se devoro mi espíritu. Cerré los ojos tratando de olvidar lo tanto vivido... y me salieron alas. Pensé que fácil es volar con tanto giro, y entre giro y giro, me pose en un espejo y con mis tres ocelos y mis miles de ojos compuestos me di cuenta que mi maldito avatar era solamente una mosca... ahora era un maldito bicho.