Del Poemario Ojos de Pájaro (1992-1994)
Es mi primer poema de amor
¿qué le pondré para hacerlo tan firme?;
ella es solo una niña
que lleva los rayos del día a cuestas
de sus pies desnudos
portando sandalias abiertas
que pisan fuerte
que la mantienen volando
a lo alto del columpio
que miro desde mi ventana
quizá algún día desearé a una mujer etérea
y no a una terrestre
-¿con eso tendrá la firmeza suficiente
para llenar los requisitos del poema?
Es el primero que escribo pensando en que alguien lo espere
sin necesidad de motivos, solo con la blancura incondicional
¿qué más puedo decir?;
por la soltura de su risa blanca
con dientes pequeños
con sus labios por donde sale la leche
de sus carcajadas puras que se amerita
beberlas y son más sanas que un manantial
-¿lo estamos haciendo bien, el poema se entiende?
Este de seguro será el primero con el que anhele un suspiro
con el que cualquier pensamiento fugaz
me transforme en un recuerdo
¿qué otra cosa citar?;
su nombre es Bianca le oí decir a su madre
cuando la llamó para almorzar
sus cabellos rojizos y sus ojos verdes elevados a los aires
crean un rocío de humedades
de miles de partículas que se transforman en obsesiones
si su cabello como remolinos, caireles de fuego
-como le digo a Draco-
tuviesen la posibilidad de arder
por Dios, ¡que me queme yo!
y si sus ojos son lagos reflejando los pinos
de algún bosque encantado, como los rubís de aquellas mil y una noches
-como la cito en las mañanas cuando sale jugar-
por Satán, ¡que me ahogue yo!
-¿es debido delatarme en un poema?
Es ella, la niña de la casa de enfrente
la de la entrada sin hiervas
la del jardín sin otoños
su piel parece marcada por la noche
que se tatuó en su rostro como pecas
la bóveda de estrellas que posee es suficiente
para escribir más de un poema
más de un verso
aunque ella... ni se entere.
-¿así es la labor del poeta que escribe para alguien?
qué mediocridad Draco, sí tuviera voz
si no estuviera mudo, la invitaría a jugar, es mejor que escribir-