Hablar de princesas, príncipes, dragones
es evadirnos de la soledad  que nos asfixia
de una manera prodigiosa diría mágica
ahora, cuando nuestros sueños están
oxidados, olvidados, tirados en el suelo
creer en la bondad y la justicia podría
ser nuestra esperanza y la alegría
príncipes que nos rescaten de la ignominia
princesas que con su sonrisa, iluminen
nuestra senda oscura y gris llena de sangre
y el dragón que con su fuego acabe con
los malditos depredadores sin conciencia
volvamos como niños a soñar, con  cuentos
de hadas que con una sola varita deshacía
entuertos y volviera a reinar la paz
la tan ansiada paz en nuestro pueblo