No sé como serán tus caricias
 en el cuerpo de otra mujer,
ni pretendas adivinar las  mías
 en las de otra silueta,
solo se que son caricias diáfanas
que la luna curiosa
irradia con luz profana
en el lecho de mis noches sin vos.
Y siento mis manos vacías
 como siniestra soledad,
que  me trae la tersura de tu piel,
 imaginando que hoy
ya no estarías aquí
para dirigir el movimiento sutil
 de mis manos sobre tu cuerpo,
entregándome a descubrir
un mundo idílicamente mágico,
."el de la caricia perfecta",
.perfecta armonía de movimientos
 que inducen a mis dedos
 a percibir los poros de tu piel
 que irradian por doquier
 aroma a plenitud,
.y que tú
 amante mío
 tan sutilmente robas mi frenesí
 con solo rozar mi esencia de mujer
que te recibe
 entrelazando hilos dorados
 de dorada hermosura,
como reina que se entrega
 a ser bendecida una y otra vez
 por el cáliz del amor,
sin tiempo...
sin espacio,
entrelazando mis cabellos,
y llevándome
dulcemente hacia tu boca
como queriendo beber
 todo lo que de mi existe
 en estado de pureza.
Así desbordo una vez más
 para que tú penetres
 una y otra vez mi ser,
sin tregua...sin dolor...
con la suavidad de las burbujas
que acarician mi piel.
Así amor,
con tus manos frescas
 de infinita suavidad
recorriendo todos los rincones
 que mi cuerpo te regala
entregándome
 a  esa exquisita forma de amar,
que seguramente no volveré a sentir
 en toda mi existencia
de otras manos que no sean las tuyas.
Tampoco tengas la esperanza
 de que en esta vida
 te vuelvan a acariciar igual.