MAIZ PARA LAS PALOMAS
Publicado en Aug 29, 2009
MAÍZ PARA LAS PALOMAS
El hombre, un jubilado como tantos otros, sobrevivía gracias a las pocas monedas que le daban por su maíz, en una de las plazas de la ciudad. Se pasaba toda la jornada armando sus bolsitas y arengando a la gente para que le compren aunque sea un poco de alimento para sus aves. -¡Maíz para las palomas!-, repetía sin cesar a lo largo del día. Sin proponérselo, se había creado entre el viejo y sus palomas una suerte de simbiosis, de la cual supieron sacarle provecho durante algunos años. Ambos se necesitaban como el aire. Los animales dependían de su alimento, y el anciano, del dinero que le daban por sus raciones de maíz. Pero luego, una profunda crisis se abatió por la ciudad, reduciendo significativamente las ventas de sus raciones. El hambre y la miseria se multiplicaban por todo el país, dejando a su población en un profundo estado de indefensión. Como consecuencia de ello, se fue diezmando la cantidad de palomas que rodeaban al jubilado, a tal punto, que un día comprobó que apenas quedaban cinco palomas (las más fuertes) en la plaza y una sola bolsita para repartir entre ellas. Nadie la compró, el dinero escaseaba en la ciudad. Resolvieron, entonces, dividir el botín entre las cinco palomas. Les fue difícil de digerir, salvo para una, la que se comió los ojos. GABRIEL FALCONI
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miguel cabeza
Afilada imaginación la tuya. Enhorabuena
gabriel falconi
no crean que soy tan terrible... tengo en el fondo algo de romanticismo jeje
debe ser esa mezcla de uruguayo y argentinoique tengo .... al igaul que Horacio Quiroga( salvando las distancias)
un abrazo cordial a ambos
norma aristeguy
Conociéndote un poco más ahora, sé que siempre sugieres, no hay nada más feo que lo que está todo dicho en un escrito.
Pero eres terrible Gabriel, peor que yo para decir las cosas sin decirlas.
Para mí has logrado una síntesis sensacional.
No soy quién para felicitarte, pero lo mismo lo haré.
Arturo Palavicini
como siempre con esa pincelada final, le das un toque majestuoso al cuento.
Felicidades amigo, eres la muestra viviente de que no se necesitan grandes argumentos para crear un relato maravilloso.
Felicidades amigo. Sigo pendiente de tu trabajo.
Un caluroso abrazo.
Arturo Palavicini