COMO HOJA DE PALMERA.
Publicado en Apr 23, 2015
La niñez, no es un impedimento para saber cosas que sucederán en la adolescencia y fue esa la razón, por la que Angelita a sus escasos añitos, hiciera preguntas a mami, abuelita paterna, mujer poseedora de educación estricta y verdades sentadas en la punta de su razón y lengua. Una tarde de Noviembre, las nubes en complicidad con los vientos veraneros, lograron opacar un tanto el sol que por esa época del año, abría sus inmensos ojos hasta llegado el anochecer. El césped, fue el sitio ideal para el picnic visual que aquellas dos mujeres escogieran para contemplar el cielo. No había pasado rato, cuando la inquieta niña empezó a halar la falda de su compañera de proezas y con exclamación un tanto gritona le dijo: Mami, mira esas figuritas que las nubes han dibujado, ¿puedes verlas? Sí, sí puedo y también te escuché; has tumbado mis anteojos, con semejante grito. Te diré lo mismo que mi madre alguna vez me contó; percibo, que eres parecida a mí en muchas cosas, por ello todo lo que quieras aprender y saber, pregúntamelo que dichosa me sentiré. ¿Vale? Te contaré mi querida nenita que cada vez que muere una mujer virgen, o sea que no se casó, no tuvo hijos, que se fue inmaculada al cielo; entonces, aparece esa figura en el firmamento, avisando que ya no pertenece a la tierra. ¿Has comprendido? Tranquila, cuando tengas más edad, te explicaré mejor y entenderás; te lo prometo. El silencio que precedió a la respuesta fue largo, por lo que se hizo inminente revisar el mutismo. Había lágrimas, muchas lágrimas en aquellos ojitos grandes e inocentes. ¿Qué sucede cariño mío? Oh por Dios, siento mucho haber causado este instante para ti. Y entre sollozos sin control, se podían deletrear frases que se rehuían salir de aquella infantil garganta. “Quiero morir para contemplar esa imagen”, susurró la niña, cuando despejado quedó el sentimiento. Esas palabras quedaron anidadas en el alma de las dos protagonistas. En el transcurrir de veinte hermosos años, fueron incontables las cosas sucedidas, estudios, mucho estudio y una lejana visibilidad de incluir sentimientos que no fuesen a la familia, a las pocas amistades y a una que otra fundación sin ánimo de lucro, de las cuales era ferviente y asidua organizadora la adolescente Angelita. Y por cosas que muchos tildarían de “Cosas del Destino”, “Ley de Justicia Divina” o que se yo, un lunes 11 de Abril del año. . . la coraza que renuente parecía hacia cosas del amor, leyó en unos ojos negros, grandes y diáfanos, el más hermoso sentir nunca antes percibido, acompañado de risas nerviosas, que atraparon sutilmente aquel instante. No había duda, ambos quedaron hipnotizados y suspendidos en un delicioso enamoramiento lo que se denomina, mutua conexión emocional, o amor a primera vista. El calendario hizo maravillas al pasar y un cuatro de Septiembre a la 4 de la tarde del año. . “ Los declaro marido y mujer “ “ Puede besar a la novia”. De blanca moral y vestido también, salieron bañados con arroz y flores por doquier , sirviendo de alfombra para que fuesen pisadas por el amor de amores. El anhelo lloró después de nueve meses de alegría incomparable y continuó el tiempo haciendo de las suyas, de la mano de las circunstancias. ¿Cómo dejar de anotar fechas, si guardan tesoros de incontables sentimientos? Imposible desistir de ellos. Una madrugada de un 6 de Marzo de año 2008, la felicidad amasada se tornó magra. Hoy comentan que suelen verla, sentada sobre la sedosa arena esperando se retire el sol para conectar su mirada y encontrar la figura que desde la eternidad dibuja, el poseedor de la imagen original. Ya no necesitarás morir para observarla mi querida Angelita, mientras vida tengas, la virtud consentida y muy valorada por el escultor que elegiste , pintará una palmera en el infinito, en lo alto del cielo para consentirte y hacerte feliz. María
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