..."PATÍBULO"
Publicado en Jan 08, 2016
El Patíbulo
La voracidad de la indigencia lo acercaba más a un patíbulo que a la inanición como destino de un amuleto frívolo Esa lejanía inaudible, tenía la picardía de una dulzura voluptuosa, en un paraíso de miserables en espera de indulgencias. Cuando consciente, miraba su memoria agonizante, reconocía que la feroz cortesía, “ensuciaba su destreza”. Heredó inequidades exhibidas en sus ropajes de carencia. Su atuendo; era un enigma venerable que brillaba como una inquieta intuición. Pensaba que cuando el hombre se vuelve futuro y pasado, la temporabilidad duerme, y deja al tiempo compitiendo siempre solo, permaneciendo conspirando secretos, entre lunas insomnes, en espera de lluvias mansas de imágenes. El tiempo, se ha convertido en mensajero sin destino. Deambula sin pausa, y todo envejece a su alrededor. Solo las remembranzas trepan sobre la hiedra sobrepasando todos los rincones de la memoria ¿Será que hemos perdido la visión del horizonte, y somos esclavos de la ficción del duende? Algo así de vaporoso, es el capricho que colgaba de su cuello, como si en ese empeño buscara su alimento conmoviendo su astucia. El progreso que se desprende de su rutina; pertenecía a una libertad domada, que vacila a veces, con el alivio del piadoso, como si la sabiduría: fuese el tributo obligado, que azota al mundo agonizante ¿Cuantas pandillas mediáticas? se mofan en el rincón de las frivolidades, provocando plausibles curiosidades, que aíslan y enajenan Ese personaje venerable; abatido entre las sombras del callejón, heredó una irreprochable piedad, en su derrota inmóvil Tenía plena convicción, que el destinatario tenía el talento suficiente para escapar de esa multitud, que daba señales de seriedad. Pero era notable su repugnancia, a la hora de pedir indulgencia. Le atormentaba esa confusión, que oscurecía su dignidad, construidas en las terrazas de la sociedad. Sentía que tenía mérito suficiente, para su redención, y también, para sus convicciones Había muchos, regocijándose de las mentiras, sentían en el fondo un sufrimiento indecible, y decidieron abrir las compuertas a la verdad, conscientes de su infamante conducta Convertido en “Ermitaño”; su imaginación, descansaba en el umbral del ocio, como si el refugio buscado, fuese una copia del mausoleo reservado a la dicha de imponderables dogmas Una aflicción, invadía su raquítica libertad, que emanaba con un denso hedor a esclavitud. Nadie en las sombras. Nadie en la luz GAVN
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Pero igual creo que las referencias dice todo