Cuando somos bebés, cuando nacemos, es el primer gesto que aprendemos o con el cuál nos comunicamos.Es algo tan sonoro y a veces silencioso.
En la niñez, muchas veces lo usamos para pedir las cosas o más bien, exigirlas.
Despúes como a los seis o siete años te das cuenta de que el llanto no sirve para eso.
Te das cuenta de que sirve para las penas, es la forma más humilde de expresar el dolor...
De adolescente muchas veces te cuestiones, si será necesesario llorar... esa fué la primera pregunta que formulé cuando tenía trece años... 
Lo dejé, el llanto no era para mí, me prometí, sin mencionarlo, que no lloraría más, nunca más.
Aunque me estuviesen quebrando un brazo, aunque me estuviesen quemando el cuerpo.
Aguantaría hasta el fin.
Eso me hizo más fuerte.
¿Puedo decirte algo?
Llora.
Apuesto a que te estás preguntando por que lo digo, si yo no me permito llorar.
Simple, como experiencia, te aconsejo llorar.
Es más fácil demostrarlo que aguantarlo.
Junté y junté rabia, dolor, penas, y tantas cosas que me estuve haciendo daño.
Y yo no quiero que te hagas daño.
El dolor que debo soportar no se lo doy a nadie.
Un segundo consejo.
Llora como si te estuviesen arrancado la piel.
 
 Gracias por leer :)