Tus lagrimas rodaron por mi espalda como gotas de acido,
Lacerando mi piel, castigándome por mi decisión,
Me sentí entonces como una mujer sin corazón
Incapaz de valorar todo ese amor que  sin límites me brindabas,
Y yo solo allí de pie, cual brisa vana
Sin palabras de tus manos me alejaba.
No sé si llegaste a odiarme y por tu dolor hasta a censurarme
Pero con los días comprendí que mi intensión fue sana
Atarte a mi no te daría felicidad y a mí me condenaría
Seriamos dos tristes almas caminando juntas por la vida
Tu en tu lucha constante con mi espontanea indiferencia
Yo sonriendo con decencia, mientras en mi interior las maletas listas
Para huir a la primera oportunidad.
No me queda inocencia para la ilusión,
En mi pecho una negativa emoción
Que influyo desde siempre esta decisión.
¡Lo siento no quiero verte sufrir!
Por eso hoy elijo partir
Aun cuando en mi interior no deje de sufrir
Prefiero verte algún día recordarme y sonreír.