Genoma y feromonas: Monstruo
Publicado en Feb 08, 2010
¿Y que pasó, preguntarás entonces, atónito lector, para terminar clamando por un bazooka y llegar al cóctel de vodka y clonazepam?
Ahora que, como fantasma hambriento, no veo sino con ojos cuencos, sé que aquel amor es sólo recuerdo. Comprendo que empieza abrasándolo todo en el fulgor de la pasión, pero que esa adherencia inicial es sólo una ilusión, el fulgor que vale la pena vivir, pero que fatalmente termina en opacas cenizas. Tarde. Creí que por ese fulgor valía morir. El fuego del placer sexual, ese goce que nos hace sentir tan vivos (y por el que la vida sigue viniendo), es el mismo que acaba por hacer de nuestras relaciones una especie de organismo independiente, ese horrendo mutante invisible que nos avasalló como partes involucradas; sí, porque, ilusos, queremos (creemos) poseer al amor... y por querer (creer) poseerla (¿por amarla?), por querer (creer) unirme a ella, me fui enrollando, cada vez más, en su propio drama interno; y así, por quererla (creerle), volví aquel drama suyo mi propia trama; así, cuando ya no pudimos disfrutar, con la simpleza merecida, el hecho de tenernos el uno al otro, el pánico nos dominó y, naturalmente, el amor empezó a marchar en reversa. Apareció ese monstruo que suele hacer al respeto y a la amistad iniciales desaparecer, espantados, por alguna claraboya; quizás fuese a fuerza de los todopoderosos celos, seguidos de sonsas represalias, que aquel monstruo se devoró a la inocencia necesaria para la fe del amor. La relación, devenida en monstruo, se tragó a cada uno de nosotros con las trampas de la monotonía, con las miles de hostilidades ocultas en la cotidianeidad de la vida conyugal, con el putísimo recelo resultante de una pátina de diestro tedio y una angustia de siniestra desilusión.
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inocencio rex
pero más allá de la pregunta, a ese misterio que es el amor, lo define la fe...
che, gran texto de monroy " el amor no existe" y muy bueno tu comentario tambien
Roberto Langella de Reyes Pea
Roberto Langella de Reyes Pea
Desde mi punto de vista, entre la fe y la duda, el ser evoluciona. Es una creencia práctica, es algo que corroboro en tu escritura, además.
Yo celebro esta novela, que habla de certezas y de dudas, y de duras comprobaciones.
inocencio rex
gracias, mi amigu
Roberto Langella de Reyes Pea
Mastropiero
inocencio rex