Dentro de cada una de nosotras existe una felina dormida,
Esperando las alarmas para despertar y marcar su territorio, sacar las uñas y amenazar con los colmillos, espantar con un rugido que demuestre su fiereza.
Pero que nos saca de los más profundo de nuestro ser esa fiera dormida?...
Un buen día salimos de nuestros juegos de coqueteo y vanidad, decidimos dar un paso adelante, y avanzar a la siguiente etapa... Una relación... el sueño de la princesa y el príncipe azul, toma matices tan reales que comienza a sentirte en la propia carne.
Rápidamente Construimos el castillo de ilusiones y sueños donde tenemos nuestra propia romántica luna llena, noches de chimeneas y un sol que mantiene ardiente la cama.
Después de una temporada la rutina, los deseos desesperados y las ansias de volar, ponen a nuestro príncipe azul en el mundo de la oferta y la demanda, así que no tarda en aparecer la "novedad".
El ejercicio del conquistador, el apasionante juego, el cazador dormido regresa, la nueva chica entra en escena, podemos reconocer en sus ojos la misma que en su momento tuvimos... mientras no conocemos la existencia de la competidora, seguimos en modo de paz, aun cuando nuestro olfato empieza a anunciarnos el peligro, no pasa mucho tiempo antes de cambiar a modo de ataque...
Identificada la amenaza nuestra espalda se prepara para ser mas agiles y flexibles, fijamos nuestra atención aun único objetivo... eliminar la competencia, bueno cuando digo eliminar no en forma literal claro esta; pero si lograr que el no la vea como un objeto de deseo más que a nosotras. Nuestras tácticas van aumentando el modo agresivo, la fiera se encuentra al 100%, dispuesta a agotar todos los recursos para lograr que nuestro objeto del amor se quede a nuestro lado, aun acosta en ocasiones de nuestra propia dignidad, en algunos casos no tardamos mucho en darnos cuenta que no vale la pena la lucha y el costo a pagar puede ser demasiado alto para nuestra autoestima, porque al final estaremos en las manos de un niño que jamás evoluciono su estado emocional, y que al final sin importar quien llore, el siempre se sentirá el ganar, su ego aumentara; los peor es que le habremos entregada una llave mágica para un nuevo juguete que pronto será adictivo, hasta que luego  nuevamente el ciclo comienza y una nueva mujer con su felina dormida entra en su juego.