Pre y Post: Mi terremeto
Publicado en Mar 04, 2010
Las horas no son exactas... 23:30 hrs., Arjona sale al escenario cantando uno de sus últimos éxitos, con esa voz donde la doble ele suena a un marcadísimo sueño y esos labios de ave que lo hacen tan sexy. La adrenalina subía a mil por hora junto con la cerveza que rápidamente trepaba hacia los confines de mi cabeza hueca. Era una noche esplendida, no había comido nada desde las 13:30 pero mi estomago no murmuraba ninguna queja, es que mi cuerpo y mis sentidos estaban tan relajados, henchidos de gozo, de esa satisfacción que juras que es felicidad porque se provoca por pequeños sucesos en la vida pero significan demasiado. Es que el solo hecho de tomar una cerveza junto a mis amigos y mi amiga-hermana provoca el ambiente propicio al estruendo que hacía Ricardo en mi cabeza. 1:30. El trovador, empezó a entonar la melodía de”Acompáñame a estar solo” y mi voz desgarrando se apoderaba de una botella para simular que era su micrófono. Nunca canté muy bien, la verdad lo hago pésimo. La Claudia y el Michel dicen que grito a la hora de pretender cantar y eso no es agradable a las personas que están cerca de mí. Es que la cerveza sólo me hacía querer que mi cantico de sirena llegara hasta el escenario de Viña del Maro hacia ti. “Acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto, tu en tu sitio, yo en el mío como un ángel de la guarda…” A mi hermana la llamó su “peor es nada” mientras tocaban esta parte y se quedaron hablando por casi dos canciones. A la Claudia también la llamó su novia (que ama a Ricardo) para dedicarle esa canción. El Michel estaba más preocupado del dolor de su encía, después de la extracción de la muela que de la celestial composición de Arjona… ¿y yo? ¡Ja! Yo cantaba… como si mis amígdalas fueran sardinas desbordándose de su tarro en conserva, con tal emoción que hasta las vecinas opinologas del block, cotorreaban sobre lo catastrófico que era mi canto. “Acompáñame a decir sin las palabras lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad…” 2:03. Esta es la parte del momento culmine, cuando mi celular debía hacer la pregunta por ley que nunca se les ocurre: Está usted seguro de realizar esta llamada. Pero no lo hizo. Y apreté el botón verde donde la flechita apuntaba hacia tu nombre en la pantalla. Escuché tu voz con ese “Aló” tan alegre y enérgico que siempre regalas, y esperé 3 segundos para colgar. Quería que escucharas la canción, aunque no te gustara Arjona… sabías que yo lo amaba y con más de una canción me acordaría de ti. Después de apretar el botón rojo, se incrustaron tantas ideas en mi cabeza que el rubor inundó mi rostro dejándome perpleja. Me dio una vergüenza escalofriante y solo por ese gesto, solo por haber puesto más fuerza en mi dedo para cargar ese desarmado botón verde. Es que quizás no era propicio hacerte notar que pensaba en ti y que además quería que escucharas mi canción. Tal vez fui precipitada y te sentirías un poco ahogado tras mi gesto. Es que tan solo unas 4 horas atrás te había besado. El primer beso de tantos que pretendñia obsequiarte y aunque dijimos que lo dejaríamos fluir, yo me sentía bien y quería demostrártelo, pero me daba miedo que te alejaras por mi pasión… Quizás no fue nada. 2:45. Ricky dejó de cantar. Me palpitaban las sienes. Era necesario que me fuera a la cama. La verdad es que el dolor de cabeza no era nada, la nada casi. En comparación al revoloteo de mariposas y polillas que paseaban por mi vientre, es que me sentía tan bien y eso era de una rareza extrema. No había dicho que me sentía bien por al menos 3 años. Sentía mi cama tan blanda, tan suave, tan mía que lo único que faltaba era tu cuerpo ocupando ese espacio a mi lado vacío. Quise sacar esa idea de mi mente, por culpa de ese temor a que por alguna maniobra divina, tu pudieras escucharlo. No tenía sueño, al contrario, podría haberme quedado toda la noche imaginando escenarios próximos a nuestro encuentro o reemplazando mi vida por una telenovela donde yo era la protagonista llena de éxito y belleza indiscutibles y tú el galán que se perdía en mi amor, esas boludeces que a uno se le ocurren antes de quedarse dormido. Pero no quise pensar en eso, me quedé divagando en las cosas que poseía en ese momento. Nº 1: entraría a estudiar Filosofía en dos semanas a la U que yo quería. Nº2: tengo un trabajo asegurado para los fines de semana del resto del año. Nº3: las relaciones familiares estaban en su mejor momento. Nº4: Tenía a los mejores amigos del mundo a mi lado. Nº5: (y para más remate) comenzaba algo contigo ¡Y yo ni siquiera lo había pedido! Bueno en cierta medida sí, pero veía tan grande esa palabra Amistad, ahora seguía existiendo pero con otro grado de sabor. ¿Qué más podía pedir? Para mí eso era la felicidad individual porque si hablamos de colectiva entro en otro tema que esta vez, en este relato para ti, no quiero tocar por nuestras diferencias ideológicas. 3:12. Me habré dormido con la inmensa sonrisa en el rostro, esperando despertarme a las 10 en punto para ir a trabajar. 3:35… no logré despertarme a las 10. El remesón fue tan fuerte que los muebles de mi dormitorio quedaron echo añicos, se me cayó la repisa de al lado de mi cama de sopetón en la cabeza pero no perdí la razón. Los gritos desgarradores de mi madre fueron mucho más fuertes que el dolor…las imágenes se tornan confusas desde ahí, no sé en qué momento me vestí…. Son sombras las que se cuelan por entre el caos. Recuerdo que gritaba sin saber por qué, después cuando todos estuvimos en el potrero al lado de los blocks…entré en Shock. Me mecía de un lado a otro, las lágrimas corrían sin movimiento de mi cara… Las noticias de la radio dejan entrever que fue una catástrofe que afectó a casi todo el país… la TV... No quiero ver noticias, ni puedo. No hay electricidad ni agua… ni nada. Ya nada volverá a ser como antes, no hay mañana en este infierno… solo esto, lo que veo y lo que tal vez… también observes tú. No lo sé. Han pasado tres días y nada sé de tu paradero. Es horrible este vació, esta incertidumbre, este miedo, esta desolación… esta soledad. Quizás en un futuro todo cambie… este remesón, aparte de ser físico inundó todos los seres que hoy a la deriva nos encontramos…
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Rodal
Resulta difícil comentar algo tan personal y reciente. Técnicamente, es un escrito muy bueno, muy ágil y con gran dominio del idioma. Por momentos muy dulce, pero muy bueno. Uno consigue situarse a tu lado en el transcurso de esa narración. Uno comparte tu sonrisa, tu emoción, tu intoxicación etílica y luego, tus lágrimas.
Lo que hay detrás de estas líneas, sin embargo, es un drama enorme del que no me atrevo a decir más que mi deseo de que esa vida tuya se vaya recomponiendo poco a poco hasta llegar al punto feliz que tenías antes de la sacudida.
Recibe un fuerte, muy fuerte abrazo.