El escritor en la televisin...
Publicado en Apr 26, 2010
El escritor había terminado, como él decía siempre, el penúltimo de sus libros, porque tenía la esperanza que su destino le permitiera vivir unos años más para no dejar con su muerte el último de sus textos. Por consiguiente, ya llevaba en su haber varias obras literarias. Sus comienzos de narrador fueron con relatos cortos, los cuales iba a vender en los colectivos o en el metro durante algunas horas de la tarde, cuando supuestamente salía a descansar. Naturalmente, como era un desconocido, le compraban, casi por lástima, sus ejemplares, los cuales volvía a imprimir en la imprenta de un amigo. Siempre guardaba algunos centavitos para comprar hojas, después de ir a cenar algunos tacos en la calle, ya que su único aliado en esa locura le regalaba la tinta y su trabajo. Durante el día se la pasaba tomando café o agua. Las madrugadas eran sus únicas compañeras para escribir, por eso comía en las noches, pues él siente que el corazón está contento, sólo con el estómago lleno. En alguna ocasión, encontró tirado un periódico que todavía lo guarda en una caja fuerte, porque ahí encontró el anuncio de su suerte: Se invita a todos los escritores a participar en un concurso de cuento corto.
El narrador desnutrido participó sin la esperanza de obtenerlo, pero ¡Oh sorpresa!, el primer lugar se lo dieron a él. Así fue como empezó su modesta carrera de escritor y aunque no era tan famoso como otros, podía vivir de su profesión. En su tiempo de miseria, se acostumbró a estar solo para no participar en traer niños sin futuro, por eso en las reuniones sociales en las que debía asistir, se comentaba que era homosexual, ya que escogía bien a sus compañeras, quienes guardaban muy bien el secreto de esas noches ardientes con él. Su editora había contratado un breve espacio para la presentación de su nuevo libro en un programa de televisión, que duraba treinta minutos. Cuando llegó a la entrevista, se encontró sorpresivamente con una modelo espectacular, que tenía unas piernas de garza, que no se parecían a las del futbolista que estaba al lado de esa ¨monstruosidad de belleza¨. La moderadora empezó a conversar largo y tendido con la perfección de medidas: ochenta y cinco, sesenta, ochenta y cinco. •- ¿ Qué haces para estar tan perfecta ? •- En realidad, mi cuerpo es así. Nunca voy al gimnasio y siempre he comido de todo, porque nunca fui pobre. •- No puede ser. Yo como chocolates e inmediatamente engordo. Después para bajarlo necesito cinco sesiones de gym... El tercer invitado escuchaba pacientemente, cuando después del comercial, que duro cuatro minutos, las dos mujeres siguieron platicando: •- ¿Cuál es tu tipo de hombre?, porque se dice que andas solterita. •- Bueno, tiene que ser atractivo. Con esto quiero decir que, si no es alto, atlético, bronceado y con ojos azules o verdes. Mejor que ni se me acerquen.... •- Y si te habla por ahí un millonario, aunque no cumpla tus requisitos. Por ejemplo, el hombre que está a tu lado lo acaban de contratar en unos de los equipos más importantes del mundo por siete millones de Euros. ¿Tendría él una oportunidad contigo? •- Me estás poniendo en un aprieto... pero ya sé, si no contesto, me vas a decir que tengo que responder, así que te diré que, él ya está cumpliendo con dos de los requisitos: Es alto y he visto su cuerpo por la televisión cuando se quita la camiseta para festejar sus goles y, la verdad, no está nada mal, mmm... •- Está bien, pero todavía no dices si tiene alguna oportunidad contigo... - Creo que si. Hemos platicado entre comerciales, y me parece gracioso, hasta podía decir que es un ¨ feo atractivo ¨ Después de la repuesta se escucharon las risas de la locutora, la modelo y el futbolista, y el tercer invitado esperaba pacientemente la segunda ronda de comerciales. En esa pausa el jugador aclaró que ya tenía novia, pero la chica de portada coqueteó diciendo: ¨No soy celosa ¨. Por eso cuando volvieron al aire todavía se estaba riendo. La animadora dijo a su audiencia lo que había acontecido en esa pausa. Siguiendo la entrevista con el futbolista con las mismas clases de preguntas para seguir entreteniendo al público. •- ¿Qué va hacer con tanto dinero, después de no haber tenido nada en tu niñez? •- Todos piensan que todo ese dinero me pertenece, pero no es así. El equipo que me vendió se queda con un gran porcentaje por mi transferencia, también hay que pagar a todos los intermediarios que hicieron posible mi contratación...Y finalmente con lo que me queda, primeramente, pienso dejar construir dos casitas. •- ¿Por qué dos casas, si con una alcanza? •- Tienes razón, pero la segunda será, por si en el futuro me corren de la primera. Y como creo que va a sobrar un poco de dinerito, me compraré un carrito. Quizás un Ferrari. Nuevamente hubo carcajadas por el humor del futbolista y el tercer visitante pacientemente tuvo que soportar los cuatro minutos obligatorios de comerciales. Cuando estos terminaron, el camarógrafo enfocó al escritor con una cara muy seria, que escondía su frustración por el circo que se ofrecía a través de ese medio de comunicación. Esto no fue desapercibido por el productor del programa e inmediatamente le dijo a la locutora que comentara al auditorio, que el siguiente bloque se presentaría un nuevo libro... Siguiendo con la entrevista. •- Se dice que, por fin ya te agarró Cupido, porque cambiabas de novias como cambiar los miles de pares de zapatos que tienes en tu closet. Por cierto todas han sido modelos y participantes de belleza. •- En realidad yo he sido siempre un hombre fiel, porque siempre he andado con una modelito a la vez, pero por alguna razón nadie me ha llegado al corazón como Yanina. •- Por cierto, Yanina, es la única que no es ni modelo, ni Miss. •- No, ella es una chica que está estudiando actuación. •- Por ahí me han contado que es una alumna sobresaliente. Por cierto yo conozco a su mamá que fue una gran actriz. Ella trabajó por muchos años, aquí, en nuestra casa. •- Entonces, la puedo recomendar para una telenovela... Después de la propaganda pública de la hija de uno de los socios de la televisora y el último bloque de comerciales. Por fin le llegó el turno al escritor. •- Disculpe que lo haya echó esperar. Ahora sí, en dos minutos puede usted contarnos algo de su libro... Entonces el narrador se paró sin decir ninguna palabra y se marchó, tomando tranquilamente entre sus brazos el libro que tenía como título: ¨Mi libro en la televisión¨.
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Alfonso Z P
de la farándula. Bueno este relato, frustrante para el escritor. Te felicito.
Saludos: Alfonso