Cuando soy humo
penetro en la niebla
y temo desvanecerme 
en mi vanidad,
perdiendo crédito
ante mis ojos.
Entonces mi raciocinio
pacta con mi voluntad
no claudicar
a la idea primaria
de que predomine
mi autonomía 
como pasaporte 
a la "dignidad",
que entre comillas
es el único escalón 
que deseo ascender
en mi escala de valores,
para que mis alas
aunque invisibles,
retomen vuelo
hacia la libertad de ideas,
dogma al que me remito
en pos
de mi enriquecimiento espiritual.
La libertad que me permita
una vez más
ser consecuente conmigo,
totalmente libre de mis actos,
avanzando en el camino del respeto
que marca la linea  del vecino,
afianzando
mi equilibrio emocional
de no sentirme
el centro del universo.

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