LAS ANORMALIDADES DE MI CUERPO VI.-
Publicado en Jul 28, 2010
OIDOS.-
vi Que horrible el saber que en el laberinto óseo dentro de sus cuevas, cavidades abisales solo se retienen como cauce y marea de tus sonidos yendo y viniendo sin la estancia eterna de querer enraizar. Para mis oídos el llegar a ser algún día pagoda de tus rezos o tu lengua colgada de ellos como pendientes sería el sueño más lúcido jamás tenido, que las palabras se enlacen sin huecos haciendo paisajes rupestres coloridos y alegres por doquier, que se abran en los tímpanos unas extensiones por donde te puedas columpiar con tu viperino gusto, hasta hacerme explotar de forma volcánica chorreando la humanidad perdida por tus dotes… En mis oídos todo es decibel cálido del suspiro que se riega cuando pongo atención con toda la intención del nocturno silencio que puede parir sin trabas la luz apagada de la alcoba los ecos, sonoras vibraciones donde resuellan tus huesos cuando crujes en las paredes en la sala de estar en el baño en el autobús en el metro y en el parque. Y es que para mis oídos querida es una desgarradora pena que solo seas la fuga de las palabras en una fosa sin salida que encuentra salida cuando tengo gases porque sé que me entra por uno…y me sale por atrás yo no deseo que seas solo la canción que me cite tú nombre o el plato donde tu lengua succione miel agria –maldita cerilla sin azúcar lo único que quiero es que te vuelvas letras y te tatúes en mis cuevas… porque mis oídos no se hicieron para escucharte ni para ser comidos son lámparas carnosas donde tus cursivos versos florezcan luz en esos días que no estás con migo tienen esa anormalidad de ser masetas de plantas con fuego que alumbran la oscuridad aquella del laberinto, camino maldito y sucio cuando te busco en un susurro tibio.
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