amo los cementerios
Publicado en Aug 02, 2010
Desde mi niñez nunca me llamaron tanto la atención los circos como esa otra cosa mágica en el mundo: los cementerios. Ese despilfarro de arquitectura para el olvido esa mezcla de belleza y espanto ¿Cuánta curiosidad por conocer esas vidas que ahora yacen muertas? Deseaba con irracional furia que me dejasen una noche solo en el cementerio y contemplar la luna desde alguna tumba ignorada. Ni Psicoanalistas ni Místicos me han develado todavía las razones de mi deseo. Tampoco me importa. ¿Existe algo más perfecto que los cementerios? Ignorantes y sabios, amigos y enemigos, allí guardan silencio. Después vinieron los modernos parques, ingratos y despiadados… sólo pasto como si nosotros, los vivos, fuésemos caballos, y yeguas. Anhelo los monumentos de Chacarita y Recoleta y sigo recordando esa obra magnífica y callada, el cementerio de Palmira, en Mendoza, el primero que encendió mi deseo por las ánimas que será también, mi definitiva casa. ¿Qué cosa sublime y atroz es el cementerio? Un lugar donde viven los muertos Y es cosa sabida, pero no siempre meditada que muy bien viven los muertos allí porque de allí… casi nunca, vuelven. (Me constan algunas… ¡ay ay!… muy breves visitas especiales, pero eso lo callo)
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Eduardo Fabio Asis
Eduardo Fabio Asis