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Crepsculo
Publicado en Jul 18, 2009
 Caía el crepúsculo sobre nuestros rostros Y el rocío nos daba su beso humedecido. Bajo nuestras espaldas la hierba desvestía Los frágiles albores de tréboles y espigos. Tus dedos se enredaban en mis largos cabellos Tu voz entrecortada mi oído acariciaba. Tu boca temblorosa las mieles de mi boca Despacio iba bebiendo con languidez pagana. Con qué placer mis ojos contemplaban el cielo, Qué feliz me sentía entre tus brazos fuertes! La pasión era un dardo de salientes espinas, El amor un estigma que quemaba mi frente. Despojados de arcaicos pudores ancestrales Nos amamos sin tiempos en la entrega infinita. Nuestros cuerpos olían a jazmines y nardos… Mi deseo era el néctar que en tu cáliz ardía. Oh, si entonces pudiera eternizar la cita! Mi letargo a las hojas del ciprés se aferraba. El ocaso extendía su cristal de agonía… Ya dormida en tu goce, fui capullo y crisálida. Era enero. A lo lejos el tibio sol naciente de púrpura y rubíes magnificaba el alba… Rinaldi María Ester. 23/05/2009.
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