Lesbianismo... Una enfermedad?
Publicado en Dec 03, 2012
En el país en el que vivimos, aun esta mal vista la ambigüedad sexual, hasta el punto que permitimos que cierto porcentaje de población se prive de libertad de expresión a causa de esta discriminación. ¿Somos nosotros, seres comunes y silvestres, herederos de absoluta verdad como para juzgar la condición sexual de otro ser humano común y silvestre? ¿Cuál es la edad necesaria para darse cuenta hacia donde van nuestras miradas, nuestros sentidos y nuestros deseos? ¿Si soy lesbiana, soy una absoluta enferma?, ¿Quién es mas enfermo; el discriminador o el discriminado? ¿tan malo es salir del closet? Ciertamente, estas son interrogantes que dan vueltas en mi cabeza desde que comprendí que mi inclinación sexual iba enfocada directamente hacia las mujeres.
Tan solo tenia 12 años de edad cuando comencé a darme cuenta que mi gusto preferencial no era por los hombres; no era por mis amiguitos del colegio, no era por mi vecino; mi gusto preferencial era por mi mejor amiga. En ese momento de descubrimiento propio fue cuando mi cabeza se llenó instantáneamente de interrogantes; dudas que me hacían sentir que yo no era parte de este planeta, dudas que me hacían sentir que yo era inferior al resto de los seres humanos, dudas que me hacían pensar en una enfermedad inevitable; enfermedad la cual acabaría en deceso. Pero inmediatamente comenzaba yo misma a cuestionar mis propias dudas y pensamientos. Si esto que me estaba sucediendo era algún tipo de enfermedad, ¿tendría algún tipo de cura? Si esto era una enfermedad, ¿era normal que los síntomas fueran esas típicas mariposas que se sienten en el estomago o los nervios al estar frente a frente con mi mejor amiga? En esos momentos, solo quería certeras respuestas, las cuales sabía que certeramente no existían o que al menos nadie inteligentemente hablando podría dármelas. Lo más probable era que si iba donde algún especialista para que me aconsejara me diría “usted es muy pequeña para saber aun lo que quiere o cuales son sus gustos reales”, pero ¿Qué tanto puede opinar una persona la cual desconoce el tema por sentimiento propio?, ¿hasta que punto puede tener la moral de decirme eso si no lo esta viviendo? Se me olvidaba que ese es su trabajo; decirle a la gente que todo lo que hace es anormal para que le paguen más para decir supuestamente cual es la verdad absoluta. Alrededor del mundo existen muchas personas adultas y niños en esta condición; adultos que mantienen una mentira de por vida por miedo al qué dirán, por miedo al rechazo, por miedo a perder a sus amigos y familiares, miedo a no ser aceptados. Niños que no saben qué hacer ante tal situación por miedo a sus padres, por miedo a que se burlen y ridiculicen su condición sexual. Discriminar a un homosexual por su condición, es como discriminar a una mujer por no comer queso o a un hombre por no comer tomates, es decir, que es algo totalmente estúpido. ¿A caso le hago algún tipo de daño al resto del mundo por mi gusto por las mujeres?, ¿les afecta de alguna manera en su diario vivir que yo vaya de la mano con mi polola por la calle?, ¿se van a traumar si me ven dándome un beso con otra mujer?, ¿les va a dar asco esta situación?, ¿les da algún tipo de vergüenza ajena? Si las respuesta a estas interrogantes es un “si”, yo puedo dar una respuesta más completa aun. Daño, aflicción, asco y vergüenza ajena deberían darles los violadores, los asesinos, los ladrones, los mentirosos, los infieles, los maltratadores y hasta ustedes mismos por no aceptar la verdad de los demás. Asco debería darles por hacerles daño a personas que al resto no le hacen nada. Gracias a la discriminación de la gente es que entre la población homosexual existe tanta rebeldía; gracias a esta discriminación es que muchos homosexuales viven una vida de mentiras y apariencias, gracias a esta discriminación es que entre la población homosexual existen tantos suicidios. Provocar eso… debería dales asco. ¿Acaso en la intimidad de sus camas no hacen cosas descaradas, las cuales si se exhiben en público serian juzgadas? Tratemos de no mirar tanto la pelusita en el ojo ajeno y aprendamos a sacarnos la pelusita del ojo propio primero. Hoy con 19 años de edad. 7 años después de tener claro que mi preferencia sexual es por la gente de mi propio sexo, 7 años después de haber experimentado la experiencia nueva que marcaria mi vida para siempre, puedo señalar de manera segura que mientras cada ser humano sea feliz, ya sea con una relación homosexual, bisexual o heterosexual, debe seguir así, ya que lo primordial en esta vida es la felicidad. Si mi felicidad depende de vivir a escondidas toda mi vida por mi condición sexual, prefiero seguir siendo feliz así. Mi vida no depende del mundo, solo depende de mí y de la gente que sabe mi secreto y me sigue queriendo así, tal como soy, sin peros ni tapujos. Tal como soy… una persona normal igual que todas las personas normales. Si la enfermedad que causa mi felicidad me lleva a la muerte, prefiero vivir con mi enfermedad esperando mi suceso.
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