El Fturo se acerca.
Publicado en Aug 21, 2009
Calles de New York, calles de Boston,
Londres, Paris Calles del Laguito.¡ Callen! Silencien sus voces, sus ruidos habituales Sus muchos planes de compras Y de usura. Deténganse a mirar No ven lo que esta sucediendo. Aún no se dan cuenta. Están absortos En sus proyectos En sus míseras vidas deslumbrantes En sus planes ambiciosos Olvidaron todos el pasado Solo unos pocos recuerdan Está siendo expuesto Nadie lo nota. Tiemblen en sus pobres corazones vanidosos, Egoístas. Derrochadores y vanos ¡La Revolución ha llegado! La revolución es palabra de odio De miedos, de tensiones. Las bolsas se desploman Los hombres miran ansiosos las pizarras electrónicas Deseando que llegue la hora del cierre La pesadilla aumenta Afuera el pánico avanza en las calles Una a una las invade Empiezan los saqueos Los pobres agazapados Se han lanzado con todo, contra todo y todos. Hambrientos por años, anhelan Las grandes comidas, los dulces vinos Los aromas que desprenden los suntuosos restaurantes Y que ellos solo conocen por sus olores Que de nada sirven Solo de torturas a sus flacos estómagos ¡Viva la Revolución!... Pasan gritando unos locos mugrientos y maldicientes Que arrastran un carrito de Wall Mart Llenos de latas y jamones enormes Y Coca- Colas de dos litros No falta quien ante la urgencia del momento Se sienta en plena acera y coma Con ansias mordiendo una hogaza y dando sorbidas descomunales a una lata de jugo de pera Que locura. Las Señoras se han refugiado en el Waldorsf Y temen temblorosas por sus prendas y sus carteras repletas de tarjetas Afuera la policía es impotente para detener la furia acumulada La jauría humana en plena faena compensatoria. Por días, por años, por siglos La impotencia del no ser, solo un número Una ficha, un voto tal vez Que en nada cambia su estado Afuera la vida es un caos Los coches son apedreados y sus dueños bajados a patadas Y luego son incendiados los coches y los buses. La ciudad huele a humo, a balazos, a caos ¿Será el final?. Más no escuchan las trompetas descomunales ensordecer a todos. Ni ven descender Ángeles, ni arcángeles Negros con la cara enloquecida sé ríen en la cara de los dueños de los escaparates Y lanzan grandes piedras a las vitrinas Latinos desprovistos de identidad corren A depositar los dólares que los desquiciados tiran por las puertas de los bancos Haciendo depósitos destinados a Quito, a Oaxaca, a Barranquilla. La niña que vende periódicos en la esquina del Bronx Ante la locura no atina a cerrar el estanquillo Corre, corre como poseída ante la muñeca de la casa de juguetes Esa que siempre que pasaba Ansiaba acariciar entre sus brazos Y besarla y decirle, no llores aquí esta mamá Con la ternura innata de las niñas Que crecen pronto. Y le toma, pero no sabe que hacer con ella Esta aturdida, la veía tan lejana Y ahora esta en sus manos La palpa se sienta y llora Un llanto comprensible Dejo de ser un sueño Ahora no sabe que hacer con ella y la devuelve a la vitrina Y se aleja callada, llorando inconsolable.
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Verano Brisas