Odio las hormigas. Mi vida la paso, en buena parte, en las sierras donde tengo una casona con parque. Ahora que llueve, están anidando por distintas partes y las combato con todo lo que tenga a mano. Se comen todas las plantas, no tienen prohibición y asolan flores y hojas. Además cuando te clavan su pinza, inoculan una sustancia muy irritante y puede ser muy nociva si eres alérgica. Aunque poèticamente no sea correcto, te aseguro que las odio y las exterminaría si pudiera....
Lamento que mi comentario no sea coherente con la tristeza del poema que escribiste por la hormiga muerta y su amiga que la arrastra, sin duda para comer sus restos. Tal vez fui yo quien la pisó queriendo, no me excuso por eso.
UN GRAN ABRAZO!