Antidínamo
Publicado en Jul 22, 2009
La bengala en la entrada nos cegó y nosotros, dos aristócratas de ajenos arrabales, pronto imaginamos juntos el destino de par de panteras, de pilotos de tacómetros al rojo en una especie de Hollywood benigno, a color, de puras perdices; y besándonos así, rogando que el amor aún nos fuese blando, jugábamos rodando en el cielo hirsuto de los matorrales. Nunca supe que mientras besaba tus pestañas y suspiraba mis canciones al sol líquido en tu médula, la orquídea se embarraba con las mismas negras babas, miasmas de un olvido que, nocturnamente fatal, nos suple al tiempo como un dínamo en reversa.
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