Se llama Ellery Sweet, es una joven, delicada y hermosa blonde escocesa que se ha hecho popular por sus vídeos caseros y pornos. Ante la cam, se desnuda lentamente y se masturba mientras lee los comentarios que le dejan los pillados por su hermosura.
Elly no es caliente porqué su belleza es glaciar. Solo sus grandes ojos negros parecen contener cierto ardor si no fuera porque se adivina que una lluvia de tristeza apaga cualquier fuego interno. Se masturba mucho rato, tiene vídeos que sobrepasan los cuarenta minutos. Se toca con aspecto cansino y su pene de grandes dimensiones ni se moja ni se pone colorado. Cuando lo suelta de su mano cae abatido sobre el muslo; si miras bien el pene de Elly Sweet te parecerá un ser con vida propia: algo así como un niño cansado y que solo quiere dormir. Elly Sweet tiene en su página web colgadas algunas fotos de cuando era un adolescente, antes de que empezara a tomar hormonas. Entonces era un chico gordo y más bien feo. Su transformación casi resulta increíble pero es gozoso el comprobar como la belleza puede crecer y multiplicarse en un cuerpo humano.
Elly mira a la cámara y dedica a sus admiradores guiños de complicidad: tuerce la boca de manera divertida, nos hace morritos o se rie con su voz cantarina tras leer con atención algo escrito que salta de pronto ante su rostro. Se sube su camisón azul si se lo pides. Y te enseña por unos instantes sus senos tan pálidos: blanca piel perfecta adornada por unos pezones rosas, casi pintados. Todo es muy bonito, Elly. También tu larga melena demasiado rubia, la esbeltez de tu cuerpo, la cuál atribuyes en uno de los foros donde entras a que te estás metiendo en la anorexia. Así razonas cuando uno de tus chicos te interroga acerca de que en cada vídeo que cuelgas tus senos son cada vez más pequeños. Nos anuncias que no sabes si seguir metiéndote hormonas pues desconoces si esto puede hacerse durante mucho tiempo. En tu blog, en el pasado enero, anunciabas que se cumplían dos años desde que lo hacías. También en tu blog has ido contando tus cambios físicos y como te ibas sintiendo en cada etapa. Te veo completamente desnuda en uno de tus vídeos (es la copia de los últimos 10 minutos de uno muy largo que publicaste hace casi medio año), sentada en una confortable silla ante la cam. Abierta de piernas y meneando tu pene de un lado a otro. Todo es muy suave. En este vídeo tampoco llegas a correrte. Solo en uno lo haces y no voy a contarlo. En todos los demás, tras un montón de caricias, acercas tu rostro a la pantalla, apagas tu cámara y nos quedamos en negro.
Si, el pene de Elly Sweet es un instrumento triste de placer.