Maestro
Publicado en Aug 04, 2009
Con la mirada cansada, pero satisfecha el Maestro me observó fijamente; sus ojos mostraban una determinación contundente. Estaba exhausto pero contento, sabía que nada lo iba a detener, sabía que seguiría luchando a pesar de todo. Me estaba enseñando con el ejemplo; dejó atrás las palabras, escondió los sermones y se concretó a enseñar con acciones.
Poco a poco me fue develando la lección. Sin prisa, sin ansiedad. Tomando los eventos uno por uno, librando las batallas en silencio, ensimismado. Nunca le importó lo que otros opinaban, nunca claudicó ni siquiera cuando la suerte le daba la espalda; parecía que era, justo en esos momentos, cuándo más fuerte luchaba, cuando más clara era su enseñanza. -No sirven tus riñones. Le dije con un nudo en la garganta. Y él siguió luchando. -Tú corazón no puede soportar este ritmo. Le advertí temblando de miedo. Y él siguió luchando. -Tus pulmones están llenos de agua, de toxinas; uno de ellos, además, está sangrando incontrolablemente. Le susurré pensando que el final estaba cerca. Y él siguió luchando. -Ya no respiras por ti mismo, una máquina te ayuda. Y él siguió luchando. Todos a nuestro alrededor nos dijeron que era mejor despedirse de él, que difícilmente llegaría al amanecer. Y él siguió luchando. El sol apareció aquella mañana y el sangrado se detuvo, la infección comenzó a ceder y, por lo menos esa batalla, él la había ganado. Azorado lo busqué, no entendía cómo se había librado de tantos enemigos, de tantas amenazas. Al mirarlo en ese amanecer, postrado en una cama y lleno de tubos y máquinas, comprendí que seguía luchando, que a pesar de todo él seguía haciéndolo. Veinte días pasaron antes de que él abriera los ojos y con la mirada cansada pero satisfecha me observara fijamente. Hoy no sé si la diestra lección que me enseñó fue tan contundente por lo evidente de su actuar, o sí fue así porque solamente tiene 3 años, es mí hijo y siempre creí que era yo el que debía enseñar.
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Claudia Riquelme
Mis estrellas, cariños y un abrazo.
LaNegra
Susana del Rosal
miguel cabeza