La templanza de un guerrero no tiene comparación
domina su cuerpo entero de toda vana emoción
antes de entrar en batalla prepara todo su se
cualquier inquietud la calla, se concentra en su poder
su pensamiento es ganar, la derrota en él no existe
y antes de entrar a pelear ya de victoria se viste
se mantiene siempre alerta, no pierde el tiempo en dudar
con la mente bien despierta, con ansia de  dominar
su pulso siempre es seguro para manejar la espada
no siente ningun apuro y no lo perturba nada
su mirada penetrante al rival hace temblar
con el valor por delante y dispuesto a conquistar
cada músculo en su rostro muestra determinación
de miedo no hay ningún rastro, solo gran resolución
su caminar decidido se asemeja al del león
y en la pelea sumergido no pide ni dá perdón
en su cuerpo se adivina toda la fuerza de un toro
su fortaleza domina, vale tanto como el oro
y su porte se asemeja al águila en las alturas
pues dominar no se deja, está libre de ataduras.
Oh! guerrero de otros tiempos que mil batallas ganaste
en ciudades y en los campos tu sangre tambien derramaste
!qué decepción sentirías si vieras al hombre actual
de pena te morirías, perdió su sangre real!