Texto sin nombre 3 [Textote y
Publicado en May 26, 2013
Inspirado en un hombre cualquiera, que se enamoró de una tal...
Sinopsis. Una conciencia inconsciente. Ese hombre cualquiera sabía que ninguna chica, antes de ella, le había hecho sentirse vivo e impotente. Sin querer, intuia que sería rechazado. Así como sin querer también, intuía que ese joven que era en ese momento... desaparecería para dar lugar al verdadero hombre. Al hombre viejo, al que ese hombre cualquiera [el hombre joven] intenta describir en este texto sin nombre, sin lograrlo. Quizá se atrevió a acercarse a ella así como era él, a expensas de fallar en su conquista, incluso pudo haberlo deseado así. Pues si vemos bien, con un poco de suerte y galantería, pudieron ser una pareja, pero hubiera sido más fugaz que un flash de fotografía. Como si fuera una vacuna, él se medico contra la fantasía amorosa... Para saber lo que quería, debía primero sufrir por no saber exigir nada de la vida. Para evitar enamorarse, tuvo que hacerlo primero. Como si fuera una vacuna. Y la escogió a ella para tal misión. Por hermosa... por fuerte... por inolvidable... qué sé yo. Aunque tuvo que arriesgarse a perder hasta el más banal saludo de su parte. Por precavido... por tonto... por heróico... Qué sé yo. Soy un hombre joven... todavía. ... Camino. Lento, tranquilo, nostálgico, admirando todo a mi alrededor; no importa si es un perro verde, o uno café, es digno de ser recordado; veo como los camiones son mas rápidos que yo, los autos mas rápidos que yo, los adultos mas rápidos que yo, los niños mas rápidos que yo… no me importa decir que ya me case de caminar, me he ganado ese derecho ¡no importa a quien! solo lo hago; la gente me pregunta cosas, me cuestiona, pone a prueba mis conocimientos: cuando buscan pelea, pierden sin que yo levante siquiera mi guardia... soy testarudo, necio, ya lo sé, díganme algo novedoso; mis pisadas son fuertes, aun puedo caminar sin bastón; mis dientes, se comienzan a descarapelar, mis riñones protestan a falta de agua, se me duerme mi cuerpo sin pedirme permiso, siento que la cabeza me revienta; todo da vueltas, o mejor dicho le doy vueltas a todo. Ya comienza mi historia, miren y sientan como su morbo y proyección se mezclan para hacer de mi historia, su historia; no se preocupen, dentro de un párrafo la describiré, pero tengo que concentrarme; Ken Griffin y su choclo me ayudan a pensar, a recordar; la silla no tanto, todo asiento debería tener un colchón o como le dicen los que saben… descuiden, estoy haciendo memoria; si me rio, tal vez no lo escriba, pero si deje de escribir; si lloro, seria genial: hace tanto que no he llorado; si piensan que este texto termina en que el protagonista llora, siento no poder alimentar mas su curiosidad… ya llegaran otros sujetos con sus jetas tristes; no se preocupen, todo a su tiempo. Me levante, mi cabeza me dijo que la gravedad le desagrada; me puse de pie, mis pies… nada, mis pies tienen diez dedos repartidos de cinco en cinco cada pie; me visto, o me cambio, me lavo mis dientes, cada vez siento moverlos mas con la lengua… cuando estoy fuera, me asombra ver la mente de las personas, hay gente que estudia eso; yo no, lo aprendí de la vida, y de la vida también entendí que siendo viejo, ningún científico lograra ser más sabio que uno… a no ser que sea un científico viejo, en cuyo caso se limitara a conversar de lo mismo que todos nosotros. Y ahí estas. Mujer, eres tan joven que me da miedo mostrar mis manos arrugadas señalándote algún objeto con tal de atraer tu atención. Es curioso, le gano con muchos años y sin embargo me gusta. Veo con tristeza como ella, la mujer que quiero, no se da cuenta de su entorno; perros la rodean a cada momento, y poco a poco ella se ha ido acostumbrando a sus mordidas, quizá no le gusten, pero no conoce más. Si tan solo le pudiera dirigir de nuevo la palabra; ya no soy aquel joven coqueto, que sin pena, tras ellas estaba; no importaba que tipo de relación tenia con ellas, había tiempo; no me puedo pensar ahora así… aunque tenga otros cien años seguros de vida, no la veo a ella como un extractor de fatiga, ni pienso en sus curvas como las montañas en la que me perderé; no soy un idiota, ni un pervertido, menos aun un estúpido que solo busca sexo; de esto último, una disculpa, pero eso es lo que ha impedido que llegue a conversar de nuevo con ella: cree que busco <>, y con <> me refiero a lo que con <> me refiero. La primera vez, la primera vez que la vi; la primera vez que la vi, estaba; estaba yo estaba casi agonizando; mi cuerpo frio, mis ojos hundidos, mis dientes temblando de ese frio que también me inmovilizaba y hacia de mi un aparato que solo dice ciertas palabras. ¡Bah!, ¡qué más da!, y me acerque a ella; ella, noto en mi algo diferente; si, pero en mi diferencia estaba escondida la distancia que tendría después con ella; lastima, hubiera… no existe; ella me ya me había visto, pero no había interés en eso; mejor, mejor reír en cosas vánales… ¡ahhh! quisiera ser romántico, me gustaría que este texto en vez de ser un montón de pensamientos fuera algo no tan <>; ya veo algún lector, con trauma de genio, intentando descifrar mis pensamientos en esta lectura; pequeño joven lector, no será falta de respeto, pero soy egoísta; no pienso dejarle a usted toda la verdad, porque no valorará mi vida, dirá que es una estupidez escuchar o leer a un viejo que vive de recuerdos; si supiera que usted, joven, vive más de sus recuerdos que yo; no me pida ser más abierto, usted se siente un conocedor de la vida ¿no?; seria tal vez más sincero si no tuviera tanta información en mi cabeza; me he vuelto desconfiado, mido mis palabras, se lo que digo; si se me olvida lo que dije, no importa, no tengo miedo, puedo volverlo a decir sin recordar que lo había dicho antes; ¿ve algo de inconsistente en eso? pues viva lo que yo he vivido; usted siéntase afortunado, por poder hablar con ella; si, con ella; aunque no la conozca; usted tiene más probabilidades de hablar con ella que yo… desgraciadamente eso, eso precisamente es lo que me impide estar cerca de ella; ¿porque?, veo en ella algo que desgraciadamente ella descubrirá que tiene hasta dentro de cincuenta años aproximadamente; tengo paciencia, pero mi piel no… ¿Les cuento que vi en ella? Jóvenes, busquen ese tipo de mujeres; me he enviciado con ella porque es la única con la capacidad de soportar a un loco, genio y viejo como yo; no sientan que el matrimonio les impide buscar a su pareja ideal; ¡aun existen de esas mujeres!, ¡por Dios!; no son la que el <> es su única palabra; la vanidad es después, primero la familia, primero el trabajo; ¡caramba! ahora solo se ridiculizan buscando a los veinte su independencia y a los treinta un marido con forma de gato e hijos en la figura cuadrada de plasma con imágenes que también son responsables de lo que viven y de cómo lo viven; esta mujer no toma a broma los compromisos, ¡trabaja!, ¡tiene cerebro!, ¡tiene vida!... pero su vida llega hasta donde su vista le permite; esas cualidades… dos; aunque les parezca gracioso, la hacen más valiosa que cualquier chica con camisa a cuadros, peinado despeinado, pelo teñido, bajas notas, pantalones rotos, con más de una pinche puta grosería en el puto diccionario; quizá se arregle, tal vez sea atractiva, pero yo perdí eso hace muchos años esos adjetivos; la verdad jóvenes, una sonrisa, fue lo que me hizo ver en ella su interior; su interior no como vísceras o como su corazón como un poema tonto [se han fijado que a los grandes no nos impresiona tanto la poesía, hace falta más que una metáfora puberta para que la tomemos como una palabra verdadera] verdadera fue su sonrisa, pocas veces le he visto esa sonrisa, es su vestido de gala; da gala de la mujer que es, la mujer que puede llegar a ser; puede llegar a ser la única mujer actual, chapada a la antigua; a la antigua, tal vez por accidente, no importa, pero el resultado fue maravilloso; ese resultado, no se ve tan a menudo; ah, menudo venden los domingos… los domingos… venden menudo; jóvenes, les digo así, porque soy presumido, soy pretencioso; también me gane el derecho a ser como ustedes de alegres, de animados, de parranderos; aun así no puedo desvalorizar mis vivencias; por eso, aunque sepa ser el alma de las fiestas, no es lo que me motiva a existir; se que la gente busca ser recordada; hay niveles de vivir la vida -también soy gandalla, vivo la vida, ¿no te gusto?-; sé que ella, no busca ser recordada en la mente de la gente que busca recordar a cambio de ser recordada; hay un nivel superior, no solo de recordar se vive; que ellos nos olviden, sé que a propósito lo harán… por eso, con ella, por ella; por ella me ha despertado la emoción de vivir… las ganas de morir, de morir junto a ella. Ella no conoce lo que siento por ella, y como la canción; me encantaría verla durante toda mi vida hasta que mis ojos se sequen, entonces gozare el escuchar su aliento, y mi éxtasis será el morir a su lado. Señores, jóvenes, mis amigos; cuando han vivido tantas cosas, no esperas algo tan simple como una mujer hermosa; yo, la busco a ella, por ser ella; su nombre es solo una asignación que, aunque representativa, poco representa lo que en verdad significa; jóvenes, señores, entiendan que no es cualquier señorita; la veo, no puedo dejar de respirar porque me muero, aunque sería fabuloso que mi circulación se detuviera un momento y poder apreciarla mejor; señores, si he ofendido a una señorita anteriormente, les pido disculpas, pero este señor a punto de revivir no puede evitar la comparación entre las mujeres y ella; disculpen señoritas, si es que algunas de mis palabras tenían filo, no me arrepiento, ni me justifico, pero me gustaría que ustedes fueran de este tipo de mujeres, harían de los hombres simples consumidores de oxigeno; nosotros estaríamos obligados a superarnos, tan solo para estar un momento a su lado; esta mujer, a la que siempre llamo como <>, ha logrado eso; hacerme reaccionar en mi cerebro, que aunque mi cuerpo este fallando, aun tengo esperanzas de vida; aprovechare que los dientes se me caigan para comprar unos de mejor calidad y mis arrugas contaré cuando este aburrido; ella, usted; usted, señorita, que en ocasiones siento acosar por mis palabras, acciones e indirectas; usted ha sido la única persona en lograr que yo mueva mi cabeza en su dirección; que mis ideas se inspiren en su imagen e invente melodías inspiradas en las notas producidas por su forma de hablar; ahora puedo estar feliz, señorita; a usted, le debo sentirme así; sentirme sabio, pretencioso, presumido, repetitivo; por usted no me importa escribir pleonasmos y romper con los escritos de amor comunes; por usted, si señorita, por usted me convencieron a contar mi historia a un joven que apenas comienza su vida; ese joven que tiene más esperanzas que yo de estar con usted; señorita, se que jamás lograra sentirse adjudicada en este texto; lo hago a propósito, es cierto; usted no está como quiere, eso es ser vulgar, esta como yo quiero; aunque no sé si yo estoy como usted desea; pero, espero, que entre tanta rima vulgar, tantos pleonasmos y tantos vicios ortográficos, encuentre este joven un motivo; busque un motivo como ella, porque no, la busque a usted; yo no puedo, yo la estaré esperando dentro de unas décadas; entonces ella, será la mujer, la única, la ultima que ve al hombre como el compañero de su vida, a la mujer como el ingrediente principal de la vida humana, a los hijos como trabajadores por su propia vida, al trabajo como la manera digna de llamarse humano, al error como herramienta para estar más unidos, a la debilidad como fuerza principal; muchacho, ya que esta transcribiendo esto, le digo que por más que logre acercársele a ella, no podrá jamás tenerla; que mejor final que los dos -sin usted muchacho- los dos juntos; los dos trabajando hasta endurecer nuestras palmas, por el bien de nuestros hijos; hijos educados con valores como el respeto propio y la defensa por ese mismo respeto, la enseñanza de otras formas de vida; muchacho, estoy cansado, no puedo mantener mi respiración; me canse de tanto hablar, espero esto le sirva de algo; lamento que esto no haya resultado como usted, lo esperaba, ni como usted estimado lector imaginaba; muchacho, se bien que esperaba alguna narración de un hecho histórico o una historia erótica; espérela, tal vez esa narración la tenga tarde o temprano; vea usted, lector, si ha seguido hasta estos rumbos, como mis palabras suelen revolverse, pero no confundirse… eso, señores míos, es lo que pienso ofrecerle, a ella, ¡como que a quien!; un hombre, realizado interiormente, sin depresiones, sin confusiones, con hambre; hambre de estar con ella, de mejorar mis hazañas, de superar marcas, de establecer nuevos parámetros que los poetas denominan amor; a ustedes les llevara más de veinte años lograr eso; yo, señores, les llevo ventaja, me alegra haber nacido así… usted, señorita, ahora esta sorda, no me puede escuchar; ciega, ha llegado al límite, donde su realidad muere pariendo su imaginación; cuando logre verme, espero cumplir… pero, ¿por qué digo <>?, estoy sintiendo temor, temor de que usted, supere mis expectativas: tengo que mejorar, soy un sabio, puedo ser un loco… seré un loco sabiamente enamorado de usted… Joven muchacho, ya tengo sueño; debo descansar; conozco a varios jóvenes de su edad, pero veo que usted tiene ventaja, porque me tiene a mi; soy quien todos pedirán tener dentro de varias décadas, pero solo estaré para usted; no se desespere si extiendo mis palabras, pero debo decir todo antes de rendirme físicamente; muchacho, no sea impaciente, es indescriptible todo lo que veo en ella; no se apure, le diré quien es ella cuando termine de escribir; quiero que la cuide y no la trate mal; sea cauteloso con ella, esta resentida con los hombres; por más que tengan la misma edad de ella, no pueden ofrecerle ese placer que ella busca; no la asuste muchacho, téngale paciencia, cuídela, protéjala; no importa si ella le hace a usted notar su ignorancia, aprenda de ella, hágala reír, aliméntela bien, acepte su rechazo, busque su aprobación, sienta su tristeza, medite su alegría, asegure su felicidad, goce de su sonrisa; despiértela, que abra sus ojos, no le enseñe, aprenda de ella muchacho… aprenda de ella. Vayan juntos al final de la realidad socialmente construida; entonces ahí, estaré esperándole, para darle a usted muchacho las gracias; gracias por complacer tanto tiempo la voluntad de un viejo enamorado, gracias por escribir al pie de la letra lo que digo, gracias por apartarse del camino cuando llegue la hora; gracias, por entender que la única persona que puede estar con ella, mujer por excelencia… soy yo.
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