Cuando hayas talado el último árbol, contaminando el último rio y pescado el último pez, te darás cuenta del que el dinero no se puede comer.
 
¿Qué nos mueve?,  ¿La ambición alimentada por nuestro ego, que funciona mientras destruye el mundo? ¿Una competencia a muerte por ver quien produce más en menos tiempo, donde la flora, fauna y el propio hombre no son más que un medio para alcanzar nuestros objetivos? ¿En qué momento renunciamos a nuestra humanidad, para convertirnos en demagogos, perversos y corruptos que justifican sus crímenes contra el planeta, como indispensables para la supervivencia humana, degradando y denigrando a la tierra a la vez?
Para que gastar palabras con algo tan redundante como es el tratar de explicarle al que dice ya saberlo todo, ya que el problema no comenzó en la chimenea de una fábrica, ni en el escape de un automóvil, mucho menos en la pila de hojas secas que queman sin vergüenza, no, todo comenzó cuando el hombre pensó, cuando se ubicó como un individuo en el mundo y comenzó a rebajar a un nivel más bajo todo lo que lo rodeaba, mientras el hombre se empezaba a idolatrar a si mismo por su juicio, llevándose a niveles exorbitantes, donde la tierra ocupa un tercer plano después de ellos y lo que necesitan, la estela de destrucción que dejaron como su marca, como su huella sobre la tierra,  como una sombra enorme que crece cada vez más y se traga al planeta bocado por bocado, y ahí estamos nosotros, mientras desechamos y consumimos sin medida, tejiendo con una sonrisa en el rostro y una expresión despreocupada la soga que todos llevamos al cuello, es una escena verdaderamente aterradora sin embargo para muchos cínicos y capitalistas esto no es más que un motivo más de mofa.
EL homo-sapiens es la única criatura que puede estar consiente del daño que le hace a la tierra y seguir caminando erguido.
Es nuestro orgullo, aquel que nos ha convencido de que somos mejores que todo lo demás,  que nos ha llevado malgastar los recursos naturales que la tierra con mucho esfuerzo no ha dado, como si la apuñaláramos fríamente  por la espalda.
Lo necesario es limpiar, porque hoy en día no importa cuántos miles buscan limpiar y un verdadero cambio, si hay millones detrás ensuciando, pero no solo la basura, es necesario que el hombre se dé cuenta de su verdadera situación y haga catarsis, no es el esfuerzo que hagan unos cuantos para salvar la humanidad, si no el esfuerzo que hagan todas las personas para salvar al planeta y así mismos, una vez que las personas hayan reflexionado sobre todo, y tengan una opinión distinta y favorable hacia él, el cambio podrá comenzar pero este cambio debe ser cada vez más radical y urgente, debido a que mientras la contaminación aumenta, también se reduce el porcentaje de personas preocupadas, el cambio no lo hará la propaganda ecológica, el cambio lo haremos nosotros es tiempo de que hagamos algo todos, no mañana sino hoy.