LIBRE DE PECADOS
Publicado en Aug 28, 2009
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"Téte-á-téte", sentenció Julieta y cerró la puerta. Él desayuna batido de zanahorias con arándano. Ella yogur natural descremado. Él sube a la cinta 30 minutos. Ella transpira con los abdominales. Él elige dormitar en el jacuzzi. Ella: relajación tibetana. Antes del trabajo una infusión de ginkgo biloba y guaraná. Ella un jarro de té rojo. El es CEO de Moodys. Ella licenciada en marketing. Vida higiénica. Casa higiénica. Sexo higiénico. Ocio higiénico. Él cree que Latinoamérica sufre riesgo financiero y que la región debe incrementar sus niveles de reserva. Ella apuesta al desarrollo de un sistema innovador para emprender el camino del desafío y la competitividad, sin caer en los vaivenes fragmentados y propios de una economía mundial en crisis. Al mediodía ensalada de hinojo, hongos y alpiste. Ella, ensalada de frutas y espuma de gelatina. A media tarde natación y reflexología. Julieta, como hace 5 años, cama solar y ayurveda. Él nunca regresa antes de las 22. Ella jamás se duerme sin leer a Paúl Auster. Llevan diez años de convivencia. Él carga con tres engaños: Pamela, la mejicana que conoció en Cozumel. Valeria, la azafata peruana que le envía mensajes de texto a cada rato y Adelina, su cuñada, 8 años menor que Julieta. Ella prefiere a César, un maduro profesor de Filosofía Oriental que la enamora en su casa del Delta cuando la tarde se pega al río San Vicente. Desde hace tiempo descubrieron que el amor no tiene dueño. Que la felicidad es episódica y que el deseo es una utopía. "Tenemos que hablar téte-á-téte", dijo. Su perro afgano la miró y resignado volvió a echarse sobre la carpeta naranja.
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miguel cabeza
inocencio rex
gracias por compartir esta maravilla