Los Abuelos (Relato) -16-
Publicado en Jun 23, 2013
Andoni seguia sujetando, suavemente, las dos manos de Arantxa...
- Te estoy confesando que siempre he sabido lo otro... - ¡Sabes que nunca jamás te he engañado con ningún otro hombre ni con ninguna otra mujer sean jovenes, sean viejos o viejas o sean de la edad que quieran ser! Jamás te he engañado con nadie porque el único chico que siempre me has interesado eres tú. Además, los poquísimos que podrían haber merecido la pena salir con ellos estaban demasiado ocupados en las labores de conquistar a las chicas fáciles o en irse con las prostitutas como para que se fijaran en mí. - Ellos se lo han perdido para siempre pero no es nada de eso a lo que me refiero. Lo que he sabido siempre es que, en todos estos años, Jeaneth no me escribió ni una sola carta. Las cartas firmadas por J.J.Elizalde las escribía, con ese seudónimo, otra persona... Arantxa sólo le miraba. - La primera vez que le escribí, al mes del accidente, la contestación ya no era de ella. Yo conocía muy bien su firma y quien la falsificó lo hizo fatal. Siempre supe, durante todos estos años, que las cartas de J.J.Elizalde no estaban escritas por Jeaneth. Me guardé el secreto para amarte con mayor intensidad. - ¿Sabías, desde el principio, quién estaba detrás de todo ello? - En un principio tuve dudas pero a través del tiempo he podido cofirmar, y ahora lo sé con total certeza, y ya con plena exactitiud desde hace unos minutos, que quien las escribías eras tú. - ¿Cuándo y cómo has podido estar totalmente convencido de que era yo? Andoni ríe abiertamente... - Arantxa... hace cincuenta y cinco años no conocí yo a Jeaneth. Hace cincuenta y cinco años solamente te conocí a ti. Te equivocaste en ese detalle al escribir la última carta. - No me equivoqué. Como ignoraba que tú sabías la verdad quise yo cometer ese error adrede para saber si te dabas cuenta de que era yo quien te escribía. No sabía que eso no fuera necesario porque nunca imaginé que tú lo sabías desde el principio, desde hace cincuenta y tres años que fue cuando nos casamos; pero hoy he descubierto que me amas tanto y tan de verdad que, efectivamente, te diste cuenta. - Lo de Jeaneth fue un estúpido error de la juventud y por causa de la vanidad de las glorias humanas; pero siempre fue una relación muy superficial, sin sexo de por medio dijeran lo que dijeran muchos de los periodistas de los medios de comunciación social que suelen mentir, por envidia, más que escriben y hablan. Esa gloria tan vanidosa y mundana siempre desaparece tal como viene. De repente. Por eso ella nunca me amó ni yo a ella tampoco. Cuando me convertí en un inválido no quiso saber ya nada más de mí. ¡Vaya concepto más pobre y mezquino del amor! - Olvídalo... no merece la pena recordar a quienes tienen tanta pobreza de espíritu. - Pero sí que me es muy agradable confesarte también que yo nunca escribí a Jeaneth ni una sola letra. Todas mis palabras, todos mis poemas, todas esas fantasias que guardas con tanta pasión eran solamente para ti. Tú has sido siempre J.J.Elizalde y yo también. J.J.Elizalde hemos sido siempre nosotros dos escribiéndonos mutuamente. Mantuve tu secreto porque era muy linda esa manera que tenías de amarme, y mantuve mi secreto porque era igual de linda mi manera que tenía de amarte. Ahora ya no necesitamos, para nada, a J.J.Elizalde ni ser los dos J.J.Elizalde. Pero... ¿cómo lo hiciste? - Cuando devolvieron tu primera carta que ni tan siquera había sido abierta, no pude dejar de leerla. Me dolió en el alma el rechazo que ella hizo a tu manera de sentir mientras sufrías y decidí tomar yo su lugar para, de esa manera, ser yo doblemente amada. Una de forma directa y la otra a través de los sueños que escribías en tus cartas. No sabía que tú lo hacías por mí y para mí de las dos formas pero he sido y soy profundamente feliz. - ¿Quién te ayudaba desde Francia? - ¿Recuerdas a Sebastien Émery? - ¿Aquél a quién le gané la medalla de oro en los Mundiales de San Juan de Luz? - El mismo. Estaba locamente enamorado de mí y me lo confesó, pero yo le contesté que tú serías el único amor de mi vida. O tú o nadie. No se ofendió. Lo aceptó. Y me ayudó siempre sabiendo que nunca obtendría nada de mí salvo una noble, sincera y sana amistad nada más. Yo recogía tus cartas y se las enviaba a Sebastien cambiando, camino de la oficina de correos, la dirección. Él te devolvía las contestaciones desde Francia y a tu nombre pero siempre pensando en mi y soñando que yo era su amor. - El elegante y caballeroso Émery. ¿Sabes que sentí mucho arrebatarle la medalla de oro? Arantxa, ahora, guarda ya silencio... - ¿Por qué me amas tanto, Arantxa? - Porque ahí radica la grandeza del sentimiento humano. Amar sin importarnos vernos, por ello, sorprendidos... y porque, sin darnos cuenta, crecemos como hiedra adosada a las paredes del sueño que hemos construído y donde hemos ensanchado el destino de personas que nos convierten en sellos eternos para siempre y grabados en lo ya mucho vivido y en lo mucho que nos queda todavía por vivir. Ahora es Andoni quien guarda silencio. - Andoni... he recogido todo lo que has escrito desde que eras un niño, exactamente desde que yo nací, sobre todo desde que te conocí y aún desde antes de que te conocí. ¡Y deseo publicarlo porque el mundo debe conocerlo! - Si lo haces bajo el nombre de J.J.Elizalde lo acepto. - ¡Pero si J.J.Elizalde somos tú y yo juntos! Andoni sonríe... - Por eso mismo. Arantxa tomó las manos de él... - Siguen siendo fuertes... tan fuertes como entonces... ¿recuerdas? El vencejo vuela hacia las riberas del río que serpentea allá por las choperas. - ¿Sabes que Sebastien Émery dejó de practicar el juego de pelota y se convirtió en el mejor cirujano de Francia? - Es la primera noticia que tengo... - ¡Pues me ama tanto que ayer mismo me juró que te va a curar las dos piernas! ¡Ha estudiado a fondo tu caso y sabe que vas a sanar por completo! - ¿Tanto te ama ese francés? - Sí. ¡Jajajajaja!. Pero un milímetro menos que tú. - ¡Gracias, Arantxa! - ¿Por devolverte la capacidad de caminar otra vez por ti mismo? - No. Por no dejar que nadie te ame un milímetro más que yo. FIN -
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|