Leopoldo Alas, más conocido como "Clarín", no sólo era "La Regenta" sino que mucho más allá de esta singular novela, fue un autor inconfundible, original y trascendente porque, aunque vivió solamente 49 años (Zamora, 1852 - Oviedo, 1901) dejó miles de textos publicados en periódicos, revistas y libros. 
 Todo este material, referido a muy diversos lugares y situaciones, coloca a Leopoldo entre los más destacados escritores de artículos, poemas y toda una "sui generis" serie de textos "menores" pero de gran contenido intelectual. Desde su adolescencia hasta el final de su vida siempre mantuvo una actitud reflexiva y crítica, enfocando sus célebres pensamientos para hacer reflexionar, hacer meditar y hacer que quienes los leen tomen conciencia.
"Clarín" resultó ser (y así lo reconoce hoy Antonio Lucas) un intelectual poliédrico y de senda propia. Ser así, de esa manera, es ser un verdadero estratega de la Literatura en general y del Periodismo en particular. Analizando los textos de Leopoldo Alas nos encontramos todo un mundo, toda una semilla de escritos tocados por las alas del Ave Fénix. Su epistolario es, además de profundo, esencial para poder comprenderle.
Esas epístolas que escribía vienen a ser muy significativas para los seres humanos. Y estos materiales, desconocidos hasta ahora, salen y nos ofrecen una verdadera guía, una verdadera luz para entender lo que es un espíritu liberado. Y es que "Clarín" es luz bien intencionada, camino nuevo dentro de sus clarísimas estructuras, renovación de los géneros literarios y de los géneros periodísticos. Y tampoco falta el humor y la ingenua genialidad de intuir y desvelar creaciones tan originales que han creado su propia escuela. Un escritor o una escritora es grande cuando sus lecturas nos hacen felices.