Agua, aire y fuego (La sirena vieja / José Luis Sampedro)
Publicado en Jun 28, 2013
Acabo de terminar de leer la novela titulada "La sirena vieja" del hace poco fallecido José Luis Sampedro. La sinopsis oficial de Ediciones Destino, Colección Áncora y Delfín dice así: "Egipto, siglo III después de Jesucristo o bien cualquier época, la nuestra acaso. Época de cambios y enfrentamientos, confusión de dioses. Dos grandes imperios, el romano y el persa, inician una lenta decadencia amenazados por el empuje de los bárbaros, el asentamiento del cristianismo, las intrigas de Odenato y Zenobia, reyes de Palmira, y la emergencia de nuevos pueblos. La protagonista, envuelta en su belleza y su misterio, nacida de las aguas como nueva Afrodita, recorrerá un apasionante itinerario por nombres y religiones distintos, sucesivos amantes y países diversos hasta llegar a Alejandría. En ese escenario, dos hombres marcarán inexorablemente su destino: Ahram el Navegante, hombre de acción sediento de poder, y el filósofo Krito, poseedor del don de la palabra, hombre y mujer a un tiempo. Todo en el Egipto de José Luis Sampedro se mueve en lo fronterizo, en el enriquecedor filo de lo múltiple y cambiante. Como en los mitos, todo nace más de una vez porque todo en algún momento recibe una luz nueva que lo recrea y vivifica. José Luis Sampedro nos ofrece así un apasionado Cántico a la Vida, que sólo los seres inscritos en el Tiempo pueden llegar a disfrutar en toda su riqueza. "La vieja sirena" asume también, como novela, su condición fronteriza, constituyendo a la vez una extraordinaria recreación histórica, un relato fantástico de lirismo y sensualidad inusuales en la narrativa contemporánea, una reflexión sobre el poder de honda raíz humanista y una parábola sobre nuestro vertiginoso e inestable presente. Al final de la lectura el dibujo de la trama desvela lo que encerraba la bella y enigmática paradoja de su título: una imborrable lección de amor"
Pero, en un sentido más crítico, y ajeno a lo "oficialista", ¿qué podemos encontrarnos al leer este digno libro?. Yo he encontrado la ostentación del poder, la disoluta sensualidad más que el sexo (salvo algunas escenas pornográficas); las ritualidades sociales, políticas y religiosas; la conciencia interna de los personajes como productos de la Creación de Dios; Occidente versus Oriente; La Poesía como algo superior a la Filosofía; la introspección humana; el cambio de los ritmos narrativos (primera y tercera persona); lo eternamente femenino y lo temporalmente masculino (lo que conocemos como "el eterno femenino"); el conspicuo machismo beligerante; el feminismo agresivo; las desviaciones sexo-sensoriales; la catarsis social que acaba en desastre financiero; el inmenso predominio de lo concreto sobre lo abstracto (salvo en alguno momentos que se hace incomprensible para el "lector medio"); la colonización versus la conquista; el triunfo del verdadero amor noble sobre el falso amor libre; la liberación espiritual; el renacimiento atemporal; el carácter intrahistórico personalizado (caracterización de los persoanjes); la excelsa visualización extrahistórica; la falencia humanista en arras de las traiciones sucesivas; los impulsos vitales; los ritmos sincopados de las aventuras; las exhaustivas descripciones escenográficas; los preceptos literarios humanistas; el fin de los dioses y el triunfo del Cristianismo. Y todo ello en base a los tres elementos primordiales de la formación humana: el Agua (Glauca), el Aire (Krito) y el Fuego (Ahram).
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