Abuela besos de chocolate

Me voy a México este verano
presiento que tejes los últimos escapularios de coronas doradas
a Carmen la Virgen
regreso corriendo hacia tí para estrechar mis huesos a tu flácido cuerpo
me acurrucas en tus senos
 y escucho incipientes latidos mortales que
murmuran atemorizados
el dolor trocado en la red de tus venas gimiendo
tus tersas caricias me anuncian  con un débil pellizco en la mejilla
que te vas
que te vas para siempre
tus labios trémulos me confesaron
 que nunca te volveré a ver
El día de la Virgen del Carmen
vino por tì como un milagro el diecisèis de julio 
Una noche a mi regreso tuve un sobresalto
presa de   agitación enorme
salì a la fuente de tu jardìn 
te busqué en el espejo de sus aguas tibias
profundidad y altura revelaron al universo sosteniendo juntas  la luna
entre hojas caìdas del nogal imaginé oir tus pasos que arremolinò el viento
recordé tu despedida que me aclaró en que momento sólo  se debe afirmar
 la Promesa del Nunca