Los vi... depus de morir (Parte 1)
Publicado en Aug 30, 2009
Victoria no tenìa ni las màs mìnima idea de lo que le esperaba al aceptar ese trabajo, nunca sintiò que le cabiarìa la vida por completo y en un instante, nunca vio las señales que le decìa "¡Vuelve a casa!". Para ella, el estar justamente en èse lugar era el mas grande de sus sueños y no hiba arenunciar a el por tonterìas. como que estuviera un una zona demaciado peligrosa, en medio de la nada, y el mas insignificante de los detalles, que estuviera en Rusia.
Se despidiò de sus padres con algo de tristeza pero la emociòn que la embargaba era mucha como para dejarla ir, viajò miles de kilòmetros desde New York para Rusia, mirò por la ventanilla el tiempo que pudo soportar, pero luego se uqedò profundamente dormida. Tuvo un sueño de lo mas extraño: se encontraba en un cuarto obscuro y frìo, estaba asustada, pero esos temores disminuyeron cuando las respiraciones de otras personas le dijeron "no estas sola", sin embargo algo no estaba bien, algo malo hiba a pasar..... -Señorita, hemos llegado a Moscù. Victoria se sobresaltò al oir a la sobrencargo, habìa dormido casi todo el viaje, y se habìa perdido la vista aèrea de Rusia. -Gracias- le dijo a la aeromosa con voz ronca a causa del sueño, tomò su pequeña maleta de viaje y esperò hasta que el aviòn terminò de aterrizar, bajo del mismo algo adormecida aùn pero recordò que su nuevo jefe habìa enviado a un asistente por ella. Sonriò ante la idea de un pequeño hombrecillo nervioso buscàndola por doquier, Victoria no era fàcil de encontar, ya que , al mirar a su alrededor descubriò que en medio del aeropuerto se veìa como una rusa mas: de pelo rojo oscuro, ojos azules enormes, piel pàlida pero no llegaba a los extremos de parecer enferma, y no muy alta. Ahora era ella la que estaba nerviosa pues no tenìa idea de còmo serìa el asistente del señor Putinqui, la confuciòn se tornò en angustia mientras miraba a su alrededor, estaba a punto de pedir ayuda cuando una voz a sus espaldas la sobresaltò. -¿Señorita Harrison? Al volverse a ver al desconocido de la voz no pudo evitar sonrojarse, puesto que era muy guapo, tenìa los ojos verdes, el pelo negro y un poco de barba, era alto y gallardo. -¿Si? El desconocido sonriò y se presentò. -Soy Edmund Hoppeford y mi jefe es el señor Putinqui. El alivio la recorriò entera y le sonriò. -Sabìa que alguien hiba a venir. -Muy bien señorita Harrison, permìtame llevarla a su hotel. -Gracias y por favor llàmeme Victoria. -Muy bien, y yo soy Edmund. Salieron del aeropuerto mientras ambos charlaban del nuevo trabajo de Victoria (secretaria del Sr. putinqui) y del lugar en donde trabajarìa ( Casa en donde la familia imperial rusa fue asesinada). Descansarìan por la noche pero tomarìan un auntobùs para llegar a ese lugar.
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Martn Ficcin
JUAN CARLOS
Cariñoss..Juan Carlos..
Sandra Miranda
Es otra serie, pero desgraciadamente es hora de dormir y mi mami ya quiere que apague la computadora.
Bye