Cantos hondos (Tiempo de cánticos / Julián Herreras)
Publicado en Jul 27, 2013
Leo "Tiempos de cánticos", de Julián Herreras (1948-2003), y me encuentro a un poeta auténtico; un poeta que, en la profundidad de sus versos, hay momentos en que supera incluso a San Juan de la Cruz porque, sin ser místico llega a ser más espiritual. Alguien ha dicho sobre él: "su vida fue un Tiempo de Cánticos, Cánticos a la Naturaleza, a las cosas sencillas, a las personas... Un Cántico enamorado a la Vida...". Y es que Naturaleza y Vida son, con mayúsculas iniciales para darlas mayor relieve, los paradigmas esenciales de "Tiempo de Cánticos".
Julián Herreras es un poeta tan valiente y decidido que, ante un mundo que parece tener miedo a la Verdad Cristiana, él inaugura su libro con una entradilla presente en el bíblico Cantar de los Cantares: "Levántate amada mía, hermosa mía, y ven! Que ha pasado el invierno y ha cesado la lluvia. Los brotes asoman sobre el campo, el tiempo del cántico ha llegado y se escucha el arrullo de la tórtola en nuestra tierra". Poeta de los Tres Tiempos (desde la Piel al Vino, desde la Amistad hasta la Otra Orilla y desde el Náufrago hasta la Muerte). Imponente forma de hablar sobre la Eternidad no sólo del espíritu sino también de las cosas. Ni los ateos, ni mucho menos los agnósticos, pueden comprender algo de tan elevada categoría poética. La claridad es una de las características de la poesía de Herreras. Una claridad que invade al lector o lectora desde el primer verso del primer poema. Música de sinfonía acompañada. Julián Herreras elogia al amor por su mujer y esposa pero no se olvida de los aconteceres universales del amor. En continua referencia al Señor Jesucristo él escribe desde la piel humana, con ese latir que le arrebata el sentimiento y le hace cantar al agua, al viento, a la tierra, al fuego y a todos esos componentes que humanizan a los hombres y a las mujeres que creen de verdad en Dios. Caminos de piel. Los poemas de Julián Herreras nos guían en su recorrido pegado a sus versos y, a veces, por los bordes de las sombras a los que insufla de Luz como proyección de su Verdad Cristiana. Para este poeta el cántico del sexo se circunscribe como postulación primigenia, pero no única, del cántico del amor. Un "Te Amo" repetido que se inicia con un descubrimiento y termina con un hallazgo. Cánticos de unión en un mundo donde tantas parejas humanas parecen haberla perdido. Pero Julián Herreras no. Y por eso es capaz de transmitir la esencia matrimonial continua. ¡Dios es Uno! y además con materia consciente y con energía lúcida... por eso el poeta nos habla de cosas del corazón, de cosas de amantes, de cosas tiernas y de cosas de compasión. Con pasión. Esa es la gran verdad de Julián Herreras. Cosas que necesita urgentemente nuestro mundo. Para Herreras llegar a los amigos es llegar a través de Jesucristo para poder compartir la sabiduría de los sentimientos; esos sentimientos nobles y puros que transmite paralelamente como hizo, en su tiempo, San Juan de la Cruz en "La noche oscura". Pero aquí, ahora, tenemos a un poeta (Julián Herreras) que no nos habla de las tinieblas sino de esa oscuridad que termina en Luz y que se inicia siempre como un misterio para convertirse en una realidad. No se olvida Julián Herreras de la humildad. ¡Buscad a Dios! Es el grito poético para decirnos que podemos escalar y llegar hasta la cumbre precisamente por estar necesitados. Una propuesta de poeta digno y de poeta concienciado. Desde que se asume como parte integral del pueblo de Dios y para el pueblo de Dios, hasta hacer una reivindicación de Miguel Hernández con su "Tiempo de cánticos". Pasando por la Esperanza entra en la Vida con esta manera de sentir de verdad lo que es ser escritor. Ese presentarnos una Armonía en la que Dios diga su Palabra a los predestinados de la Gracia. Un "ABBA" con el que nos presenta un Cielo Nuevo y una Nueva Tierra. Desde la caída del otoño el poeta se remonta a la sencilla primavera. Y desde el tejado de sus sueños penetra en el paisaje escuchando a los gorriones para terminar en un ámbito/ambiente que es, ni más ni menos, la Vida. Al final de la lectura podemos repetir lo que ya se ha dicho de él: "Cada cántico surge de una experiencia concreta. Pero en general podemos afirmar que los cánticos surgen de una actitud de sensibilidad y desde la mirada contemplativa de la realidad. Cánticos a voces, a voces variadas, cada una con su timbre, su acento, su matiz; donde caben las voces discordantes y hasta desafinadas. Cánticos para corear o tararear, para templar y contemplar, para musitar o susurrar, para relajarse e incluso dormirse y soñar, para saborerar. para gustar y degustar". Es un gran libro.
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