LIBRE DE PECADOS
Publicado en Aug 30, 2009
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"Puede ser que te lleves los únicos momentos de placer de mi historia". Seguro te preocupa el minuto, el instante, la inmediatez. A mí me inquieta el tiempo, que nada tiene en común con tus maquilladas terquedades. Me hago cargo de los olvidos temporarios, de mis constantes desafíos, de mi inútil costumbre a dejar todo terminado, de no renunciar a lo imprevisto. Asumo mi falta de coraje, mi indiferencia, mi insoportable meticulosidad. Ya ves, reconozco varias de mis miserias. De algunas otras prefiero ocultarlas, son profundas y las llevo como lunares en la espalda. No soy tan bueno como parezco ni tan mezquino como imaginas. Tengo arrebatos de locura que son sencillamente humanos como tus permanentes ironías. No hago de este amor una partida de ajedrez. Nunca supe de reinas y peones. En verdad, no te llevas ningún momento ni yo te lo regalo. Los dos dejamos a la madera sin lustre, a la piedra sin cristales. Nos robamos mutuamente, nos peleamos como pendencieros. Los dos caímos en el fraude, en el engaño, en la laceración. Este es nuestro amor, nuestra forma obsecuente de decirnos afrentas, sin perfume ni esencia, sin ondulación. No sabemos de lo bueno, de lo adecuado, de lo propicio. Es el vínculo al día, sin mañana, sin aquello del proyecto y la reconstrucción. La forma primaria y madura de dos desleales amantes, sin respeto al engaño y cómplices de la infidelidad.
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miguel cabeza
inocencio rex