Fragmento aleatorio 1
Publicado en Aug 31, 2009
Presentaciones innecesarias En un bosque apartado lejos de la civilización se erigía una muy elaborada cabaña, en ella vivía un hombre muy rico llamado Carlos, que poseía grandes extensiones de tierra por todo el mundo. Oro y joyas adornaban sus manos y su bóveda se encontraba llena hasta el tope con todo tipo de reliquias relucientes. Era una buena vida, una vida de opulencia y placer, sin embargo Carlos era extremadamente tacaño y celoso. - yo tengo todo lo que quiero. Decía Carlos, aun cuando viviera solo y apartado en aquel frondoso bosque sin querer gastar su dinero. Sin embargo cierto día... - ¿cierto día qué? No te parece un giro argumental un poco brusco, apenas y comienza la historia. Carlos estaba sentado afuera de su casa, tomando el sol y disfrutando de su lujo... - no te hagas el listo conmigo, se lo que pretendes, terminaré como un cuento estereotipado, del hombre rico que termina siendo muy generoso, Dios, eso pasó de moda cuando murieron los hermanos Grimm. De repente y sin previo aviso un coco golpea la cabeza de Carlos haciéndolo sangrar. Tirado en el suelo Carlos grita al aire. - no podrás censurarme. Mientras gritaba un ave se acerco al hombre. - a que si puedo censurarte - Dijo triunfalmente el ave- tengo total poder sobre ti, puedo hacerte hacer lo que quiera. - Jamás, no permitiré que me usen como un títere, no señor. Carlos se sentó en su silla plástica y vio fijamente a los ojos del ave. En ese momento la pequeña ave se convirtió en un hombre vestido muy elegante, alto y esbelto, con un sombrero de copa. - No vine a preguntarte si quieres o no, he venido a ofrecerte poder. - intentas tentarme o algo así, y luego caeré en desgracia. Creo que esa historia ya existe y es muy popular de por sí, es que no la conoces... - no sé porque te dejo hablar tanto, de todas formas quiero que me ayudes de una manera voluntaria. - de todas maneras me obligarías- dijo Carlos levantándose de su silla y acercándose al elegante hombre. - ¿así que tenemos un trato? El hombre misterioso acerco su mano a Carlos y este sin dudarlo la apretó. - no tengo más remedio, esta Carlos a tu servició. - es un placer Carlos, yo soy... bueno, creo que tu ya lo sabes.
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doris melo
Sebastian Rodriguez Cardenas