Hipnotizante Usuario Lector y Escritor. [11-Enero-2011]
Publicado en Aug 06, 2013
Silencio que pueden despertar… Debo procurar que estén dormidas para que no noten lo que estoy haciendo. Bajar mi voz, abrir la boca e inflar mis pulmones a tope. Recuerdo cuando se dieron cuenta, les dio pena al principio decirme que era, pero no podían dejar de escucharme por la noche. Es que es inevitable y también lo es hacer ruido, fingen roncar para hacer ruido y espantarme. Es que es inevitable, es de noche y no hay nadie cerca, entonces mi memoria se refresca y mis manos comienzan a temblar; las dos que estaban recargando mi cabeza, bajan sigilosamente acariciando el mueble de madera, caliente por mi temperatura nocturna, y fría por su estructura metálica. Una vez que mis manos han cambiado a una postura más cómoda, subo el volumen de la música, mi ritmo cardiaco se hace lento, un compás a dos tiempos que rige a un musculo toma las riendas del cuerpo entero… la emoción comienza. En pequeños sustos me detengo por temor a despertarlos a altas horas de la noche; no es la primera vez que me dicen al día siguiente lo que hice la noche anterior. Por eso, con mi boca abierta, en una técnica de respiración continua, evito el sonido del salibeo al que suelo estar tentado. Porque cuando llego a ser descubierto, puedo fingir perfectamente que nada ha pasado: no reniegan, a la misma historia las he acostumbrado. Silencio, al fin, que ya nadie escucha lo que hago en las noches; me he vuelto más cauteloso y cada vez menos sonido producen mis manos. Así es como funciona mi cuerpo, que por las noches no duerme; porque siendo aún cauteloso, podrán darse cuenta del ruido que traigo yo. Pero aunque sepa que sepan, no me detendré hasta que haya acabado… Con mi relato, con mi historia: de escribir.
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